Capitulo 1

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He comprado una casa para mí solo, sé qué es raro, una casa para solo una persona, lo sé, pero ahora como trabajo todo a ido muy bien, bueno eso es para la perspectiva de la gente, la verdad soy alguien más solitario, mis amigos de la preparatoria ya hicieron sus vidas, muchos se fueron y otros simplemente se quedaron.

El día está bien, no digo que excelente porque no lo es, hoy es un fin de semana y me di cuenta de que necesitó comprar algunas cosas para mi casa, ya saben, alimentos, juguetes para Chimuelo Junior, ya que el que me regalo Mery, murió de depresión, supongo que al no verla, no resistió la idea de que no estuviera con el.

Salí a correr con Chimuelo antes de empezar a realizar nuestro deberes, el vecindario era Pacífico, alejado de la ciudad, donde vivía antes Merida, compre la casa aquí porque me recuerda a ella. Cuando iba a darme la vuelta para correr por la otra calle pasó un taxi color amarillo y en la ventana del vidrio pude ver a un niño de chinos castaños y ojos color azul, movi mi mano en forma de saludo y este copio mi acto.

Seguí corriendo corriendo con Chimuelo, corriendo casi por toda la manzana.

Pov Mérida

Por fin habíamos llegado a Nueva York , de inmediato pude sentir aquel presentimiento tan acelerado y no soy la única, Nueva York siempre a sido a sí, las personas van corriendo de un lado a otro por su trabajo. Hace mucho no me sentía así.

Tome a mi hijo en brazos ya que el segundo apenas se iba formando en mi vientre y apenas empezaba á notarse, baje con Axel las escaleras y en esos momentos vi la imagen de Hipo esperándome abajo de las escaleras, me quedé congelada por uno minutos, baje con temor para acercarme a él y verlo, de frente, moví mi cabeza en forma de negación y lo ignore, llenado a la sala donde estaría mi maleta. Empede buscándola hasta que por fin encontré todas las maletas.

—¿Disculpe quiere que le ayude con todo eso?—volteo mi cabeza rápidamente, era un señor con traje de trabajo y algo ya grande asentí para que me ayudara por lo menos de ahí al taxi.El taxista ayudo a meter las maletas y a subir a mi hijo.

—Muchas gracias—agradecí t subí al taxi, le di la dirección y puso en marcha el auto para ir a la casa de mi madre, en el camino, mi niño hermoso iba observando el paisaje

—Mira mami—señala los edificios—aquí hay más.—iba parado en el asiento señalando y saludando a cosas o a personas.

—Axel, no te vayas a caer—exprese tranquila—si hijo, aquí todo es más ruidoso y duro—suspiro con pesadez

Salimos de aquellos enormes edificios para ir a las casa residenciales de esa ciudad. Al dar vuelta vi a un hombre corriendo con su perro color negro, no le di importancia.

—Mami, mira el pedito—río al escuchar a mi hijo.

—perrito amor, perrito—le doy un beso y en unos segundos llegamos con mi mamá, quien ya nos esperaba afuera de la casa.

Salí del taxi y puse a mi bebé en el suelo, y corrió con mi mama quien lo cargo enseguida, bajaron las maletas y nos hizo el favor de llévalas hasta la entrada, le di buena propina por ayudarnos tanto.

—Ve a la sala, amor.—le di un beso en la mejilla para después mirar a mi madre quien me abrazo por la pérdida de mi esposo.

—Como lo siento, Merida—me abraza con fuerza, en esos momento no sentí algún dolor, lo extrañaba mucho, pero tengo que salir adelante por mis hijos—bueno por lo menos te dejo dos pequeños, uno viene en camino y otro va a salir muy tremendo como tú,  Merida

Ojos azul cíelo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora