Capitulo 27

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—Aquí tienes—expresó ella, dejando mi tasa enfrente de mi. Le soplo y le doy un buen sorbo. Sabía delicioso.
Ella se sienta a lado de mi y toma ente sus manos aquel pequeño bulto. Aprieto mis labios y acaricio con mi pulgar la orilla de la tasa.

—¿Cómo fue?—. Ella voltea rápidamente—¿Tú matrimonio?—. Ella lame un poco sus labios y se queda pensando.

—Feliz, teníamos muchos problemas externos, porque él no ganaba muy bien en su trabajo, pero vivíamos bien, con algunas deudas, pero supongo que era normal—. Le tomamos al chocolate—. Pero siempre tenía tiempo para Axel—. Sonríe ligeramente.

—Se parece mucho a ti—niega con la cabeza.

—Se parece a él—sonrió—Los chinos, fue lo único que sacó de mi, pero todo, incluso en su gentil carácter es de él—.

—Pensé...que no querías tener hijos—. Ella aprieta sus labios y ambos nos miramos a los ojos.

—Lo se, pero...todos cambiamos de parecer—. Deja la tasa a un lado—. Axel no fue planeado, junto con muchas cosas, pero gracias a él y al próximo integrante de mi familia, hace que me sienta menos sola—. Tomo su mano y la apreté con delicadeza.

—Nunca has estado sola—sonríe ligeramente—. Una de las cosas que más recuerdo...era el hecho de que yo te hice creer que lo estabas y lo único que tenías era a mi—. Confesé soltando su mano—. Cuando te escuchaba decir que no estabas sola, que tenías a personas que te querían, me ponía demasiado furioso—. Sonríe ligeramente y asiente con delicadeza.

—A veces, prefiero no hablar de lo qué pasó entre nosotros—. Recalcó—. Para mi, fue como vivir en el mismo infierno, Hiccup—. Alza su vista—. y se que ahora eso te atormenta más de lo que me atormenta a mi—. Besa mi mejilla—. Prefiero evitar malos recuerdos y quedarme con lo bonito.

—Como la vez que te construí aquellas escaleras—ella sonríe impresionada.

—Es cierto—. Se recarga de la barra—. La construiste porque ni tu, ni yo alcanzábamos mis libros del casillero de la escuela—. Ríe ampliamente y yo también suelto la riza. Trata de levantarse, pero su pie se atora con la silla haciendo que por poco se cayera. La sujete con fuerza y la mire a los ojos.

—Tienes que tener cuidado—ambos bajamos la vista para poder ver mi mano en su pequeño vientre que apenas empezaba a abultarse. Sonreí ligeramente y ayude a que se colocara mejor.

—Cuando recién llegue  con mi tía, lo que pensaba era en qué momento pasaste hacer tan desconfiado de mi. No te hubiera dejado por nada, solamente por lo qué pasó, pero lo bueno aquí es...que tuve que irme para que comprendieras la gravedad del asunto.

—La última vez quise...matarte —. Ella asiente ligeramente—. Fue lo mejor que pudiste hacer...irte.

Ella no menciona nada, solo mira la taza con tranquilidad, su sonrisa aún no desaparecía pero ya era muy ligera. Vi como se llevaba la taza a sus labios y en unos momentos la taza estaba vacía.

—Descansa Hiccup—.

Ojos azul cíelo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora