Pensamientos y dibujos de duendes

7 1 0
                                    

Ya llegada la noche, todos regresamos a nuestras casas.

Apenas entro en mi habitación, me quito los zapatos y me lanzo en la cama. Hoy fue un día bastante largo.

Mirando el techo con una galaxia dibujada, analizo todo lo que pasó hoy: lo que hice con Max en su casa, la clase de manejo, la decaída de mi abuela, el consuelo de Max, la pelea con Max, la conversación con mi hermano...

Me centro en la pelea que tuvimos, creo que fui demasiado ruda con él; de todos modos, solo tenía buenas intenciones y no había forma de que llegara a su casa apenas lo eché.

Mierda, la pelea.

Pienso en eso y solo llega a mi cabeza que admití en voz alta que me sentía atraída hacia él. 4 ojos admitió lo mismo y no sé cómo sentirme al respecto.

¿Será que mi hermano tenía razón?

Max's POV

La rabia que tengo no me cabe en el cuerpo.

El día de hoy empezó increíblemente bien y terminó como una basura: Tuve algunas primeras experiencias junto a Lena que me encantaron y no le pude agradecer correctamente porque me trató terrible. No sé porqué me sorprende, ella siempre ha sido una mala persona; y aún con sus actitudes, yo seguí buscándola.

Pero ya no más.

Estoy harto de dar y no recibir, de su jale y empuje, de sus malos tratos. A partir de ahora la ignoraré como ella lo hace conmigo a ver qué sucede.

—Aghhh— gruño con rabia, tomo un zapato y lo lanzo contra la pared buscando desahogarme de alguna forma. Funciona un poco, por lo que tomo varios zapatos y repito la acción. Justo cuando voy por el cuarto zapato, la puerta se abre mostrando a una confundida Lucy; no pude detener el zapato que tenía en la mano y pasa por encima de su cabeza, chocando con la puerta que está al otro lado del pasillo.

Rápidamente me acerco a ella.

—Lucy ¿Estás bien? ¡Lo siento tanto, hermanita!— tomo su cara entre mis manos y evalúo toda su cabeza en busca de golpes.

—Estoy bien, Maxi ¿qué hacías con esos zapatos? —se rasca la mejilla, claramente extrañada.

—Estaba un poco molesto y lanzarlos contra la puerta me ayudaba a acabar con la molestia— sonrío con vergüenza.

Ella voltea hacia el lugar que recibió los zapatazos y se pueden ver claramente varias pisadas. Demonios, tengo que limpiarlo rápido. Lucy comienza a reír emocionada, ahora es mi turno de estar confundido.

—¿Por qué ríes, hermanita?

—¡Porque parece que un duende caminó por tu cuarto! —verla de esa forma me sube el ánimo.

Observo la pared un momento, pensando —Tengo una idea ¿por qué no dibujamos un duende junto a las pisadas?— ella se da la vuelta y sonríe muchísimo.

—¡Sí, sí, sí! —da pequeños saltitos en su lugar.

Ambos vamos al pequeño clóset entre nuestros cuartos y sacamos todo lo necesario: lápices, borradores, pinturas, delantales, paletas, etc. Y comenzamos.

Luego de una hora riendo y trabajando en el pequeño duende, lo terminamos. Mide unos 45 centímetros, tiene su característica ropa verde, cabello rojo y una olla de oro. Ambos damos dos pasos atrás para verlo mejor.

—¿Qué tal quedó, hermana?

—¡Quedó muy lindo! Gracias, Maxi— me abraza y me da un beso sonoro en la mejilla.

En ese momento, mi mamá entra al cuarto y enarca una ceja al ver lo que hicimos.

—¿Qué pasó aquí, chicos?

—Maxi hizo unas pisadas en la pared e hicimos un duende— ella se acerca a mamá y le susurra al oído (aunque claramente puedo oír todo lo que dice)— nada lo hicimos nosotros, todo fue obra del duende.

Mamá ríe y nos pide que bajemos porque la cena está lista, no sin antes decirme que hablará conmigo después sobre la real razón de las pisadas.

(...)

Doy vueltas en mi cama, no puedo dormir. Veo el reloj de mi mesa de noche y marca la 1 am. Genial.

Me siento y decido hacer lo que siempre hago cuando no puedo dormir: pensar. Pienso otra vez en lo que pasó el día de hoy, específicamente en la pelea.

Entiendo que sea una chica reservada cuando se trata de su familia, pero lo de hoy fue una total ridiculez. Aún no puedo creer que me haya rechazado de esa forma. Suspiro. Mejor no adentrarme en ese tema porque me explotará la vena del cuello. Toda nuestra discusión y lo que pasó antes se reproduce como una película en mi cabeza, una y otra y otra vez. No entiendo qué hice o no hice mal.

Algo hace clic en mi cabeza ¿acaso yo...? ¿cuándo...? ¿Cómo...? Por favor, conciencia, dime que no le dije eso. Gruño frustrado, tomo la almohada que descansaba bajo mi cabeza y grito con todas mis fuerzas.

—Mierda...— le susurro a mi habitación. No puedo creer que le haya dicho que me atrae en un momento así. Debería ganarme el premio al chico más romántico del mundo. Ruedo mis ojos.

Otro clic en mi cabeza ¿ella también dijo que yo le atraigo o también fue producto de mi imaginación?

—Mierda al cuadrado...— me levanto de la cama, salgo de mi cuarto y voy a la cocina. Tal vez un poco de jugo me aclare las ideas.

Dos vasos de jugo y un plato de cereal más tarde no produjeron absolutamente nada. No sé qué hacer con mi vida.

Vuelvo a mi habitación y doy vueltas en círculos pensando qué haré. Es evidente que ella negará haber dicho que le atraigo, así que me mantendré fiel a mí mismo y la ignoraré, no puedo dejársela tan fácil.

☆☆☆

Hola a todo el mundo. Como ya dije antes, la inspiración no ha sido mi mejor amiga últimamente, pero hoy les traigo capítulo nuevo.

Levante la mano quien ame a la pequeña Lucy 🙋‍♀️

¿Qué opinamos del "plan" de Maxi?

Estoy muy feliz porque la historia ya pasó las 200 lecturas. Muchas gracias a todos los que le están dando apoyo ¡Los leo luego! 

Todas las primeras veces de Max Gutiérrez ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora