*Kenta*Si señores, yo Nakahara Kenta, pedí recostar mi cabeza en su regazo y ahora, después de sentir sus suaves caricias y embriagarme con su aroma, estoy pidiendo que me bese.
¿A quién voy a seguir engañando? Lo deseo. No sé si es lujuria o que se yo, pero lo deseo.
Su cara de desconcierto no tiene precio, pero yo me estoy muriendo por tocar sus labios, así que coloqué una mano en su nunca e hice que nuestros labios se encontraran. Beso que al principio le tomó desprevenido, pero que ahora me lo devuelve con gran intensidad y pasión. Su lengua entra sin ningún permiso a mi boca y puedo sentir su pircing.
Si Dios!! Me encanta sentir su pircing en mi boca!!
Nos movemos y de alguna manera termino a horcajadas sobre él. Nuestros labios se separan y con respiraciones apresuradas nos quedamos mirándonos fijamente. Me pierdo en sus ojos verdes que parecen joyas de jade... son preciosos...
Una de sus manos se desliza sutilmente por mi muslo dándome un sin fin de sensaciones.
– Aizome... – dije para volverlo a besar y él ya con descaro me tomaba de las caderas aferrándome a su cuerpo. Jamás en mi vida había sentido tanto placer con tan solo restregar mi cuerpo con otro. Nuestros labios se separaron por falta de aire y Kazuna aprovechó para decir.
– Ken, mejor vamos a otro lado.
Ahí va de nuevo "Ken" me encanta cuando me llama así, pero obvio que no lo voy a admitir.
– Te lo dije. – sonreí burlón mientras le daba un suave beso – para tí soy Nakahara-san.
Bufó con fastidio – ¿En serio ni en este momento? Eres malo Ken... – me dió un pequeño mordisco en mi lóbulo que hizo que gimiera.
– Con respecto a lo otro, me parece bien largarnos de aquí – lo volví a besar, pero esta vez en el cuello.
Nos levantamos, fuimos hasta el auto y conducimos hasta uno de los hoteles que estaban a su cargo, no queríamos interrupciones.
Apenas cerró la puerta me estampó contra ella, dándome un apacionado beso, ya no era suave, se podría decir que era salvaje y hambriento de deseo.
– Me vuelves loco... – dijo para volver a besarme. Nuestras lenguas chocaban produciendo enormes sensaciones.
Nos movimos y mientras nos seguimos besando, quitabamos la ropa que estorbaba, quedándonos completamente desnudos en segundos.
La habitación estaba llena de nuestras feromonas que nos volvía aún más locos y desesperados por darnos placer. Me empujó a la cama y caí, por un momento se quedó admirando mi cuerpo – Mierda eres tan hermoso. – con esas palabras se colocó entre mis piernas y empezó a besar mi cuello dándome pequeñas mordidas, y así bajó hasta mi pecho, que no dudó en devorarlo. Yo gemía en cada roce de su lengua y pircing, bajó hasta mi abdomen donde pasaba su lengua y después llegó a mi gran erección, la miró asombrado y dijo:
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Obedece alfa.《Completa》
RomantizmNakahara Kenta un frío y agresivo omega que desprecia a los alfas que abusan de su género, conoce por temas de negocios al traficante de armas Aizome Kazuna, un alfa que tras no encontar a su pareja destinada decide simplemente divertirse con quién...