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— Estás loco? Si tú no lo puedes despertar, entonces quién lo hará?

Minho caminaba alterado de un lado al otro aún en la habitación del guardia, que seguía sumido en un profundo sueño. Después del beso fallido de Felix los tres chicos se sentaron buscando una solución al tema.

— Y si hacemos que todas las doncellas en el pueblo lo besen?

El menor de todos volteó con una cara de molestia hacia Hyunjin, mostrándose con celos ante la idea del chico.

— Está bien, solo decía...

Se escondió como un pequeño niño detrás de Minho aterrado por la expresión que Felix tenía desde qué su intento por salvar a su amor fue en vano.

— Como podemos arreglar esto?

El rubio tomo su rostro entre sus manos intentando no llorar ante la terrible frustración que sentía en ese momento, el no era el verdadero amor de Bangchan. Lo sabía, pero su corazón no quería aceptar el echo.

En fin era su culpa, por hacerse ilusiones. Porque Bangchan nunca lo tomaría en cuenta.

— Está bien, trae a las chicas...

Dijo en una última opción, a pesar de su disgusto ante la idea.

Hyunjin se levantó a punto de salir al pueblo para reunir a todas las muchachas y pedirles de favor intentar despertar al guardia, hasta que una mano le impidió atravesar la puerta.

— No! Espera...

Minho llamo la atención de sus menores, tenía una teoría un poco descabellada pero sentía que podía funcionar.

— Qué tal si tú no eres el Felix de este Chan...

El mayor de todos se rasco su brazo nervioso, le asustaba el echo de volver a ver al Felix malvado y rencoroso.

— Ustedes dos siempre parecían disfrutar de su compañía, Chan te ama. Dudo que pueda amar a alguien más que a tí.

El rubio tomo la mano de su mayor, negando no quería ver la felicidad de su amigo siendo arruinada de nuevo. Pero Minho asintio, ninguno de los dos quería hacer daño a su mejor amigo.

— Changbin!

Minho llamo al hada y este apareció al instante al lado de los presentes. Felix se negó de nuevo aferrándose al cuerpo de Chan, una vez ya lo había dejado en una cama. No quería volver a cometer el mismo error.

— Felix es hora de regresar, tus brazos están muy lastimados. Y creo que deberías acabar lo que empezaste.

Primero señaló sus muñecas sumamente lastimadas, nadie podía creer que el menor estuviera viviendo con aquél intenso dolor sus antebrazos.

Y luego hizo referencia al día en que intento besar a Chan cuando esté se mantenía en coma.

— Solo llévatelo!

Minho intentaba apartar el cuerpo de Felix del guardia, al que el rubio se aferraba con todas sus fuerzas.

El mayor de todos apretó las heridas del rubio, quien chilló echándose para atrás lejos de Christopher. Sostuvo sus cortes que empezaban a derramar sangre.

— Ya!

Changbin tomo la cabeza de Felix y susurró unas extrañas palabras antes de que el menor cerrara sus ojitos.

Felix no pudo despedirse adecuadamente de ese Chan, no pudo contarle toda la verdad sobre su repentino cambio y mucho menos pudo disfrutar de su amor de cuento de hadas.

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En un cuarto blanco, muy lejos del mundo fantástico y muy lejos de la peligrosa magia, Felix despertaba de un supuesto coma.

Escuchaba como goteaba el suero que se conectaba con su cuerpo, también el sonido de una máquina indicando su estado vital, vivo aparentemente.

También sentía sus antes dolorosas heridas, ahora cocidas y casi sanas. Ya no se estremecía por el dolor que antes sentía.

Un olor que desde hace tiempo no había deseado percibir, entro por sus sentidos. Aquél aroma distintivo a medicina y enfermedad, la última vez que pudo sentir aquel olor fue el día que intento quitar su vida.

En ese momento todo estuvo claro, había vuelto a su mundo. Changbin lo había mandado de vuelta a un lugar donde nadie lo quería. O al menos eso pensaba él.

Cuando quiso mover su cuerpo, sintió un fuerte dolor recoriendo todas las partes de este. Se sintió entumecido y cansado.

Al momento que trato de abrir sus ojos, sus oídos se centraron en unas voces muy conocidas.

— No puede entrar aquí señora!

La dulce voz de Minho se hizo presente en la habitación, gritando miéntras escuchaba unos zapatos de tacón tratando de llegar a su posición.

— Tranquilo niño, solo quería ver a su querido amiguito antes de trasladar a Chan a otro hospital.

Esta vez fue la señora Bang quién hablo, como maldecia al volver a escuchar a aquella molesta señora, que en todos los lugares siempre buscaba el mal para Christopher.

— Usted sabía que Felix estaba mal y aún así no dejo que viera a Chan. Si el muere usted será la única culpable.

— No me interesa, después de todo mataría a dos pájaros de un tiro. Porque digo, no creerás que esos dos me importan en lo más mínimo. La verdad esperaba que Christopher en algún momento se fuera de la casa, pero esto es mejor así nunca más tendré que volver a escuchar sus tontos cumplidos hacia este niño.

Felix pudo sentir cuando una mano recorría todo su rostro, acariciando sus mejillas. Sintió un asco intenso, cuándo notó que se trataba de aquella bruja que parecía odiar a todos menos a sí misma.

Entre abrió sus ojitos y notó a Minho queriendo acercarse a él, siendo detenido por la mano de la señora Bang qué lo veía con detenimiento.

Volteó un poco sus ojos encontrandose con un libro de portada gruesa, perfecto para estamparselo en el rostro a alguien.

Debía actuar en ese momento si quería salvar a Chan.

Porque si dejaba que la señora Bang lo trasladará a otro hospital, ella lo dejaría morir.

Porque si dejaba que la señora Bang lo trasladará a otro hospital, ella lo dejaría morir

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Fairytale ↬ ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora