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Tres chicos caminaban por los ahora desolados caminos del pueblo, cada uno con un arma en su mano. Todos con su mirada hacía el gran castillo qué ahora era tomado por las fuerzas del mal.

Rodeado por tallos de rosas llenos de espinas, con flores marchitandose en su exterior, protegiendo lo que más preciado tenía aquel cuento. La torre más alta, dónde ahora un tierno Bangchan reposaba en un supuesto sueño mortal.

Felix no sabía cómo había vuelto a ese punto, un mundo en donde su Chan se encontraba con los ojos cerrados y a la vez separados por aquella bruja, a la que su chico llamaba madre.

— Están seguros de que quieren acompañarme?

El rubio miró preocupado a los chicos tras de él, quienes apenas y podían manejar una espada. Eran tan inexpertos como el pequeño rubio.

— No te dejaremos solo Lixie, sabemos lo importante que es salvar a Chan.

Minho lo reconfortó poniendo una de sus manos en los hombros del menor, aún no sabía cuál era el plan de Felix para salvar a Christopher pero confiaba en él.

— Está bien, solo no se mueran.

Hizo una seña a ambos chicos para que los siguieran, estos siendo cautelosos y tratando de no estorbar en el camino del rubio recorrían cada camino que el menor se los indicaba.

Felix por su parte trataba de que ninguno de los presentes mostrará su ubicación, no hasta al menos haber llegado al palacio.

Después de unos minutos de caminata, por fin estuvieron frente a frente a aquél muro de espinas, con una espada qué Christopher solía utilizar, empezó a cortar rama por rama dejando el suficiente espacio para que los tres chicos pudieran pasar.

— Bien, subamos.

Su mirada se dirigió a la ventana más cercana a tierra, sus amigos se miraron confundidos. Cómo coño quería Félix llegar ahí?

— No me esperaba esto...

Se quejaba Hyunjin mientras aguantaba el peso de sus acompañantes, un torre humana no era la peor idea. Pero claro que primero se necesitaba un poco de práctica.

— Felix no es por apurarte pero mis hombros creo que están a punto de romperse.

— Cállate! Nos puede escuchar.

Felix siguió con su acción para llegar a la torre y salvar a Chan, piso la cara de Minho por accidente. Pero al final pudo llegar hasta que sus pies tuvieron tacto con los pisos del antiguo castillo.

— Quédense ahí! Voy por algo para subirlos.

Tomó una larga cortina de color roja y la tiró por el ventanal, Minho fue el primero en tratar de subir a acompañar a Felix.

Pero cuándo este llegó a su altura, una bola de magia atravesó todo el lugar siendo apuntada contra el pecho de Minho. Quién sin opción alguna volvió a caer desde una altura no tan alta.

Felix quiso comprobar qué su amigo se encontrará en buenas condiciones, pero esto fue imposible cuando el ventanal qué había usado para entrar al castillo. Fue de nuevo sellado por aquellas puntiagudas espinas.

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— Nos volvemos a encontrar pequeño durmiente.

Esa voz resonó en la cabeza de Felix, haciendo que toda su sangre subiera por lo enojado que se encontraba.

— No te quiero matar, solo déjame llegar a dónde está Chris.

Levantó su arma, trandose de ver amenazador y sin que sus nervios tomarán el control de su cuerpo.

— No creés que es mejor qué descansé? Mi plan original era alejarte de él "matandote".

Hizo comillas con sus dedos en las últimas palabras, pues era evidente que solo lo sumergiría en un sueño interminable. Tal y como un estado de coma.

— Por qué no me deja estar con él? Yo lo amo... Nunca le haría daño.

Trató de razonar con la vieja bruja, pero está solo se rió.

— Felix, tu causas el dolor de Christopher. Sus problemas, las razones por las que no puede vivir en paz. Tú, solo haz traído desgracia a la vida de mi hijo.

— Eso no es cierto...

Su cabeza se removió a un lado al otro sacando todo las experiencias malas que le había echo pasar a su chico. Tenía que mantener su objetivo fijó, ser fuerte, no dejarse manipular.

— Como te dije Felix, tu siempre causaras daño en la vida de mi hijo. No importa si estás aquí o en otro lugar.

Felix no pudo seguir escuchando las molestas palabras de la mujer, su espada se alzó en alto y la soltó en dirección a la bruja.

Por la inexperiencia del menor la arma no logró hacerle ni un solo rasguño a la bruja.

— Quería hacelo a las buenas Lixie, pero no me dejas otra opción. Voy a ser yo quién te va a matar pequeño.

Sus ojos se iluminaron en un verde oscuro, mostrando su verdadero potencial.

Esa era el fin, para nuestro pequeño lindo héroe de cabellos rubios y tiernas  pequitas?

Esa era el fin, para nuestro pequeño lindo héroe de cabellos rubios y tiernas  pequitas?

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Fairytale ↬ ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora