capitulo 46

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Luego de clases me fui con Teresa a la casa, debía buscar la forma de decirle que me iba con La Bestia el fin de semana. Ella debe cubrirme ya que si digo que me voy será un problema y sobretodo con mi madre.

Cuando entramos visualizamos a mi padre y hermano sentados viendo la televisión.

—La suerte no está de mi parte —bufé. Se supone que mi papá ya tendría que estar trabajando pero no, aquí se encuentra.

—Hola niñas, es un gusto verlas —anunció mi papá desviando su vista a nosotras.

—Hola señor Sarmiento, tenía tiempo sin verle —habló Teresa con una inocencia bien fingida.

—Es agradable verte por aquí.

Bueno para mí era ahora o nunca sé que después de esto Teresa me va a matar pero no me interesa.

—Papá Teresa vino porque que queríamos anunciarte que nos vamos el fin de semana de viaje —hablé lo más rápido que pude y me alejé de mi amiga disimuladamente.

Mi papá se sorprendió pero después formó una sonrisa que me alivió.

—Pero ¿cómo harás con el trabajo y la universidad? —ya lo tenía planeado porque sabía que preguntaría.

—No tengo que trabajar papi y bueno con los trabajos de la universidad ando muy adelantada no hay problemas con eso.

Mi hermano me miraba mal pero no iba a dejar intimidarme por él y de Teresa no sé nada porque no la he visto pero siento su aura pesada en mi espalda.

—Entonces por mi está bien, avísale a tu madre de igual forma.

—Bueno Angeles y yo vamos a la cocina porque estamos muerta de hambre los dejamos por un rato —anunció mi amiga cogiendome por el cuello y llevándome arrastrada por todo el pasillo.

—Suéltame estúpida que me asfixias —me alejé de ella tomando aire.

Tiene un tanto de razón en estar molesta pero no para ponerse de ese modo.

­—¿Cuándo pensabas decírmelo? —interrogó golpeando el mesón con sus uñas. Da miedo.

—No había tiempo —me excuse —. Es más te debo una súper amiga —la abracé e intente besar pero ella se escudaba.

—Eres una mala amiga, ¿cómo te atreves a no decirme nada? No te mereces mi amistad —se cruzó de brazos indignada.

Suspiré, Teresa es la reina del drama.

—¿Si te cuento todo con lujos y detalles me perdonas? —sé que es feo la manipulación pero ella con el chisme se queda tranquila.

—Puedes sentarte — señaló el banco que estaba al lado de ella —, y contarme todo después decido si te perdono o no.

Y yo sintiéndome mal por tratar de manipularla y ella es peor. Al final le conté todo sin guardar ningún detalle.

—Dios santo por fin dejaras las telarañas nena —expresó con entusiasmo —. Hay que ir a tu habitación para empezar a hacer tus maletas, tienes que llevarte unos atuendos de infarto pero lo haremos después de comer porque de verdad yo si tengo hambre.

Es muy bipolar de un momento a otro cambia de humor.

—Entonces... si me vas a perdonar, ¿verdad? —le puse cara de gatito tierno.

—Obvio no —habló con la boca llena, pues agarró un pan que estaba guardado en la alacena.

—Bueno lo intente —reí.

Superando el DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora