capitulo 48

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Me desperté malhumorada por no poder dormir toda la noche.

—Buenos días hija, hoy me voy otra vez —anunció mi padre.

¿En serio? Parece que el tiempo pasa volando cuando él está en casa.

—No es justo duras muy poco tiempo —me senté en su regazo y lo abrace como si de un oso de peluche se tratase.

—Pronto volveré recuerda que lo hago por mi familia.

—Bueno papito cuando yo termine la universidad no habrá necesidad que trabajes, no tienes ningún compromiso con Alexander o conmigo ya cumpliste tu deber de darnos educación.

—Nada de eso señorita seguiré trabajando porque me gusta y no soy un viejo para descansar del trabajo, solo ya no tendré tantas cargas y pediré cambio para la ciudad así los tendré a todos muy cerca bueno a tu madre y hermano porque tú te vas a Europa.

Lo miré con nostalgia. Ni siquiera es segura esa beca pero él está convencido de que la lograré.

—Ok señor como usted diga, haré el desayuno y luego me iré tengo mucho por hacer.

—Eres idéntica a tu madre —suelta de la nada.

—Bueno ya casi no papá la señora se hará un cambio de look esta semana —reí pero el frunció el ceño, eso me puso alerta me di cuenta de inmediato que él no sabía anda.

—Yo no sabía nada —susurró.

—A lo mejor es una sorpresa y yo me adelanté —hice un gesto restándole importancia —. No le digas porque luego pagaré yo las consecuencias.

—Soy una tumba cariño.

Hice el desayuno y comimos en perfecta armonía mi papá era muy buena vibra a pesar de todo lo que haya hecho y que a veces se le incorpora mamá.

—Papá —él estaba por irse —¿Tú amas a mami con la misma intensidad que ella lo hace?

Debía preguntárselo la duda me estaba carcomiendo.

—Estamos sincronizados en el amor hija, su corazón y el mío laten a un solo ritmo. El amor lo podrás encontrar en muchas personas pero solo una estará a tu misma sintonía.

Eso es muy cursi de verdad por lo cual mis dudas se incrementan.

Mis padres han estado juntos toda la vida y solo conocen su amor tampoco es que me pueden dar sermones, ¿o sí?

Decidí no pensar más en eso y buscar los exámenes que me había realizado con La Bestia, el laboratorio quedaba cerca del hospital así que aprovecharía para visitar ya que casi termina mi estadía en ese lugar.

Ya en el laboratorio no pasaron ni 5 minutos cuando me entregaron un sobre que contenía los resultados y no podía negar que estaba nerviosa pero era el momento de verlos, de espacio y temblando más que una gelatina los saqué leyendo lo que decía. Cuando terminé sentí que el alma me regresaba al cuerpo.

El resultado era negativo para todas las pruebas.

Me tranquilicé enormemente y llamé a la Bestia.

—Hola, amor —salude feliz.

—Pequeña Fiera, estaba pensando en ti.

Me derrito cuando me llama así.

—Te tengo una buena noticia, pero quiero dártela en persona cuando salga de trabajar iré a tu departamento.

—Está bien, quiero verte prepararé algo especial para ti. Nos vemos pronto, amor.

Superando el DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora