Superando el Dolor

capitulo 30

A mi hermano lo quiero como si fuese mi otra mitad como si hubiese salido de mí, puede ser lo que sea pero nadie es perfecto y estaré con él en sus buenos y malos momentos, los hermanos están para quererse, cuidarse, y protegerse aunque muchas veces no es así. Alexander tiene un carácter muy peculiar, está pasando por la típica rebeldía que nos da a todos sumándole a eso que tiene un rencor que lo hace ser como es. Sé que no hay excusas porque yo no actuó de esa manera pero es que nadie actúa igual que otra persona y mi relación con él después de tantos años empieza funcionar.

Hay hermanos que se odian, que se traicionan, incluso hay quienes rompen el vínculo familiar y es lamentable que se llegue a eso. Yo pensé que mi hermano me odiaba y sufrí mucho y aun sufro porque nuestra relación aunque haya avanzado sigue quebrantada y es por culpa de nuestros progenitores...

Después dela entrevista tan efectiva fui a mi cuarto a redactar, me senté en mi escritorio que tiene fotos de mis padres, mi hermano, mis amigos, y mis gloriosos Yankees, además que ahora tengo el cactus que adorna muy bien al lugar donde hago mis sueños realidad, ahora me pondré a trabajar —Haré uno de mis mejores trabajo —declaré, me encanta escribir, no solo manuscritos, me encanta escribir para bloguees, revistas, artículos, la escritura no solo se limita a escribir libros como muchos piensas... Y voy a realizar un excelente artículo sobre mi hermano.

Estaba muy distraída terminando el trabajo cuando escucho mi teléfono sonar, y caigo en cuenta que ha pasado mucho tiempo y ni siquiera me he comunicado con La Bestia, —Que no sea el diosito —rogué, cogí el teléfono y suspiré al ver que Dios escuchó mis suplicas. Era Teresa quine estaba llamando.

—Hola cariño.

—Hola señorita, "me beso semidesnuda con mi hombre en una fiesta".

Me carcajee al escuchar las incoherencias de esa mujer.

—Muy graciosa perra, en ese momento quería que me enterraran viva.

—Si te iban a enterrar algo, lástima que llegamos a interrumpir.

Ahora era ella la que reía como foca convulsionando.

— ¡Cállate! Siempre andas con tu mente cochina Teresa.

—Todos los vimos así que no puedes decir nada.

—Te juro que no estábamos haciendo nada malo solo nos estábamos besando celebrando la victoria.

—Yo lo sé, eres muy mojigata para hacer cositas en un baño, y los chicos lo saben también.

—Todos menos Serpiente, ¿viste cómo me miraba?

—Ese imbécil estaba molesto porque perdió, y luego su zorra barata lo arrastró al baño con la intención de verlos a ustedes y como él sabe que no eres de esas mujeres al verte así se enojó pero no le hagas caso eso se le pasará, pero a mí no. A esa rompe pelotas de Paola hay que darle su merecido.

Suspiré mientras ella seguía contándome que pasó en la batalla y cómo fue que todos dieron al baño. No podía creer lo que me estaba contando, fui muy estúpida al confiar en esa chica.

—Ella tiene problemas, fue la que vomitó mi chaqueta y la camisa, seguro planeo todo esto, ¿pero con que motivo? No la conozco.

—Cuéntame mejor lo que paso.

Empecé a detallarle paso a paso lo que sucedió mientras Teresa vociferaba maldiciones del otro lado de la línea.

—Está loca, yo sabía que no debías ayudarla. Hay que tener cuidado con ella y habla con Serpiente se ve que ya está tragado por esa pero tú eres su mejor amiga, debe creerte.