7. Es hora del Nuts.

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Nuts:  El término Nut Poker se utiliza para definir la mano más alta de poker en una jugada concreta en cualquiera de los tipos de poker.

Cuando tenía diez años, papá me llevó a una carrera de caballos, apostó un gran monto en ellos, tenía tan buena suerte que siempre ganaba por el que apostaba

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Cuando tenía diez años, papá me llevó a una carrera de caballos, apostó un gran monto en ellos, tenía tan buena suerte que siempre ganaba por el que apostaba. Me fascinaba eso, el ver como corrían los caballos, escuchar a la gente gritar como si aquel animal lo pudiera escuchar. El corazón me latía de manera acelerada, solo por la adrenalina de desconocer quién pudiera ganar, ni siquiera me importaba lo que papá había apostado, yo solo me fijaba en sus actitudes, el analizar la situación. Para la cuarta vez que papá me volvió a llevar, lo obligué a apostar por el caballo que menos esperanzas le parecían tener; papá dudo de mí, sin embargo, dio el dinero solo por regalarme la oportunidad de participar en mi primera apuesta.

Ese día, mi caballo ganó. Los demás eran rápidos, fuertes e incluso más grandes, pero no contaban con que ese día lloviera. Había estudiado aquellos ejemplares, muchos de ellos les temían a los sonidos fuertes, en especial al arma que daba inicio a la carrera. El último de aquella hilera de caballos era el único que lograba salir corriendo, pero fue alcanzado tan pronto como sus jinetes tomaron control de sus caballos. El día que mi caballo ganó, ese día analice el tiempo, la pista, los caballos... Mi caballo ganó, corrió rápido, fue ágil y sobre todo. Fue valiente.

Papá me miró con orgullo ese día y saliendo de ahí dijo algo, que jamás olvidé.

—No vas por lo normal, no sigues a las personas. Tú vas, por lo que tu instinto indica... Hijo mío, tu instinto te va a llevar demasiado lejos en la vida.

Ahora mismo. Creo que mi instinto me falló de miles de formas, Annabeth Gilmore, no era uno de esos caballos, no era a quien controlaban y solo apostaban por ella. Ella era el jinete de su caballo, era su apostador, su dueño. Yo solo estaba en el público para aplaudir por su éxito.

El día de la fiesta me había dejado claro que no esperaba que volviéramos a hacer amigos y menos a hablar. Su padre debía saberlo todo. ¿Me odiaba? Eso era casi imposible, mi pelea era con su hija, no con él, él debería sentir que mi interés solo iba a causar su despido. Pero papá no era así o eso pienso yo.

No soy el tipo de chico que solo se rinde ante los obstáculos, no soy aquel que solo deja que las cosas se solucionen por sí solas. Quería algo más, buscaba su atención y debía hacerlo de la única forma que sabía.

—Annabeth Gilmore.

La directora de la universidad se pone de pie sonriendo en dirección a la puerta.

Había ido en busca del director el lunes a primera hora, logré convencerlo de abrir un seminario de investigación en la facultad de derecho, no parecía muy interesado en esto, en especial, porque mi carrera estaba alejada del derecho. Tuve que pensar muy bien en mi propuesta y como la administración financiera, estaba entrelazada con el derecho. Hasta yo me sorprendí por lograr que me creyera. Cuando por fin me hizo caso y aceptó aquello, comenzó a pensar a qué estudiante le daría la oportunidad de darle el mando del seminario. Por supuesto, intervine.

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