29. Los declaro... ¿Rey y Reina?

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Pov

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Pov. Alissa.

Toda mi vida crecí escuchando frases como "Cuando termines la universidad, tendrás que quedarte en casa con tus hijos". "A tu esposo no le gustara que trabajes". "Debes portarte como una buena esposa". Tal vez por eso me enamore de Connor Gallace la primera vez que nos vimos en esa reunión de negocios. El siendo un chico revoltoso, imprudente y con una sonrisa encantadora. Mi madre lo describía como el esposo perfecto; a pesar de que solo teníamos diez años. A esa edad estaba perdidamente enamorada del chico de ojos magnéticos, de cabello revuelto y personalidad arrolladora. El me inspiraba a hacer atrevida. Fue el primer hombre en cada faceta de mi vida. Mi primer beso, mi primer novio, mi primera vez, ahora... sería el primer y único hombre con el que me case y padre de mi hija. Connor sabía que tenía control sobre mí y no le importo; así como lo amé, lo odié... o eso quise hacer. A quien le puedo mentir, nunca lo odié, nunca pude hacerlo porque cuando cumplí dieciséis años y conocí que era la sexualidad, también aprendí a que no solo tu novio podía tocarte. Así que cuando Connor se marchó por un año a el internado, ese año la pase junto a Stefan.

El primer hombre que ame; el único hombre que pudo ocupar ese lugar en mi vida. Mientras Connor me enseñaba a ser atrevida, arriesgada y que no me importara lo que el mundo opinara de mí; Stefan me enseñó a que yo valía mucho y que podía cumplir metas que me propusiera. ¿Tal vez era su edad lo que me hacía sentir perdida por él? Stefan tenía mi edad en ese momento, solo diecinueve años, mientras que yo tenía solo diecisiete. Una adolescente hormonal, con ánimos de que el no solo me enseñara lo que significaba la filosofía, quería que me mirara, que me sintiera y que me tocara.

Y lo logre, lo logre por un año y medio... Hasta que mi deber regreso.

Connor piso el pueblo de nuevo y mi madre me prohibió regresar a la biblioteca o estar cerca de Stefan, se sentía como si hubiera sido un amor de verano; pero ni siquiera eso entendía; porque mi amor de verano siempre había sido Connor. Ante su regreso tuve que volver a mi papel como novia ejemplar, la futura señora Gallace, la muñeca perfecta que colgaría del brazo del menor de los Gallace; siendo la futura pareja perfecta de esa familia. Renunciando a mis sueños, a mis ideas y de nuevo, teniendo que vivir de lo que Connor necesitaba.

Tal vez por eso no sentí celos de la llegada de Annabeth a su vida; siempre la comparé con Stefan; ella era su Stefan, la persona que lo sacaba de su rutina, de su vida diaria y lo hizo soñar con algo más que solo la apariencia o el dinero. Yo lo entendía, yo sabía lo que significaba ser algo que los otros esperaban, por eso me aleje... Y fui en busca de mi oportunidad de ser feliz.

Hasta esa noche donde mi vida cambio.

19 de noviembre

Lo recuerdo muy bien, estaba sentada en mi cama, leyendo un libro de la universidad; era algo relacionado a los trastornos mentales, no recuerdo los detalles y la verdad, eso fue lo de menos. Llevaba sintiéndome mal desde hace semanas, culpe a varios alimentos que había consumido días antes y al hecho de que mi madre me había organizado una dieta porque debía "reconquistar" a Connor. Ya todos en el pueblo sabían que nosotros no estábamos juntos, aunque inventaron historias muy extremas, entre ellas, que los tres teníamos una relación; me reía mucho al escuchar esas historias que claramente no eran verdad.

La Casa De NaipesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora