Capitulo 11~¿Estas enfadada conmigo?

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-Menos plática y más acción—Respondí bajando las manos hasta el bulto grande y endurecido de sus pantalones, apretándolo y haciéndolo gemir en mi boca.

Sus brazos me soltaron un poco para permitirme hacer que mueva sus pantalones y los desabroche, para finalmente sujetar su miembro con mis manos y sacar de sus pantalones. Estaba endurecido, erecto y bastante hinchado.

-¡Joder!—Habló Jimin mordiéndose el labio y apretando los dientes para no gemir con fuerza—

-¿Quieres que te haga el favor?- Pregunté arrimándome a su cuerpo y ejerciendo fuerza en mis manos, apretando su pene ¡Joder! Como moría por sentirlo en mi de nuevo—

-Haz lo que quieras muñeca—Gimió jadeante--- Te juro que follaré hasta que no puedas caminar—Mordió su labio, pero yo solo sonreí y apreté aún más fuerte su miembro, haciéndolo echar su cabeza haca atrás gimiendo ahogado. Tener el control sobre le me gustaba demasiado.

-Mmmm—lo oí gemir con más fuerza—

-Shhhh--- siseé mientras empezaba a inclinarme para terminar arrodillada y con su gran miembro frente de mi rostro. Mordí mi labio como un impulso propio y lo observé detalladamente. ¡Mierda! De verdad todo esto había cabido en mí. Apreté el entre piernas mientras sentía que mis bragas empezaban a humedecerse ante el deseo de que me introdujera su miembro.

Abrí la boca y me acerqué, hasta meter lo que cabía a mi boca, llenándola por completa y saboreando nuevamente a su pene. Deslicé mi lengua por este, saboreando cada parte de él. Lo relamí por unos segundos mientras lo oí gemir ahogado, entre dientes y tal vez tratado de hacer muy notorios los ruidos que emitía para que nadie lo oyera.

Apreté los dientes justo en la puntita de su miembro, haciendo que esta ves emitiera un gemido más fuerte que no pudo soportar. Continué relamiendo su miembro y luego empecé a envestí con su miembro a mi boca, dándole perfecto sexo oral. Metiendo y sacando su pene durante repetidas veces, hasta que después sentí algo tibio, con un sabor desabrido en mi boca, era semen. Jimin había eyaculado en mi boca.

 Me aparté y tragué su semen, y acto seguido intenté volver a meter su pene en sus pantalones, pero él me sujetó las manos, haciendo que lo mirase. Solo esperaba que me dijera una cosa… que quería follar—

-No lo guardes muñeca, lo necesitaremos—Pronunció con la voz aun ronca. Enseguida jaló de mis manos y me puso de pie, levantó mi falda y en solo segundo dejo caer mis bragas al suelo. Luego sujetó mis caderas y mi subió al lavatorio, colocándose entre mis piernas y besando mis labios de manera acelerada, metiendo su lengua en mi boca y acariciando la mía, haciéndome saborear cada parte de su boca. Chupando esos dulces y carnosos labios que tenía. ¡Me encantaban sus labios! ¡Este hombre era perfecto!

-¿Lista?—Preguntó ¿Qué pregunta es esa? ¡Joder si! Más que lista ¡Muero por sentirte nuevo en mí!—

Asentí gimiendo. Levanté un poco mi falda y llevé mis manos hasta atrás, sujetándome de atrás del lavatorio, y sentándome al borde de este, rodeé muy bien mis piernas en su cadera y eché el resto de mi cuerpo hacia tras, observando cómo el dirigí su gran miembro hacia mí. Apreté la mandíbula y jadeé.

-¡Ahh!—Gemí con fuerza a sentirlo entrar en mí. Jimin dirigió sus labios a los míos para ahogar mi gemido y hacer que nadie nos oyera, pero era inevitable. Lo sentía penetrarme tanto que me provocaba un placer inaplicable. Me dolía un poco, aun no estaba acostumbrado a su miembro, pero como lo había dicho, pronto e acostumbraría a él—Muévete—dije suplicante.

El empezó a moverse en mí, envistiéndome primero despacio y luego aceleró su ritmo, haciendo que el dolor se esfumara, transformándolo en más placer que solo provocaba que quisiera gritar de tanto placer.

War of hormoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora