~Capítulo 29~Yo también te quiero.

1.6K 139 6
                                    

-(TN)—La voz de mi madre al mismo tiempo que entro por la puerta— ¿Qué ocurre? ¿Por qué gri...?—Cortó su pregunta de golpe, haciéndome girar hacia ella, logrando ver que su expresión estaba seca y sus ojos abiertos de par en par al ver a un hombre en mi cama.

La oí dar un grito y cerrar la puerta de golpe, echándose a gritar al mayordomo—

-¡Jimin!, Jimin, Jimin—empecé a moverlo para que se despertara—

-mmm—gimió bajo las sábanas y acurrucándose aún más— Un momento más—

-Jimin, es mi madre. Se va a llamar a la policía—Abrió los ojos como platos y se incorporó con rapidez—

-Pero si no he hecho nada—Habló levantando las manos—Es la primer vez que ni siquiera e intentado desvestirte mientras estamos en la cama y me quieren encerrar tras las rejas ¿Qué coños pasa en este mundo?—Lo vi sonreír en son de broma—

-Jimin, no bromeó. Mi madre es capaz de encerrarte tras las rejas, sin necesidad de tener antecedentes penales o haber hecho algún delito—Lo miré sintiéndome desesperada ¿cómo coños podía estar tan tranquilo?—

-Lo sé, muñeca—Se inclinó hacia mi e intentó besarme, pero yo me aparté— ¿Aun no me perdonas?—Sacudí la cabeza, confirmándolo. Resopló un poco decepcionado—

-Vale, vale. Al menos me has dejado dormir contigo—Me guiñó y se levantó de la cama—Recuerda que en tu cama ya he reposado mi sexy trasero—Vaciló haciéndome sonreír sin poder evitarlo—Te quiero (TN)—

Se acercó de inmediato a la ventana y echó una pierna afuera, y luego la otra. Se estaba marchando... ¿Cuándo lo volvería a ver? ¿Y si se va a ver a otra pensando que ya no tiene oportunidad conmigo?—

-Jimin—corrí hasta la ventana, al mismo tiempo que él se detuvo de seguir bajando y mirarme. Me incliné sobre él, tomando su rostro con mis manos y presioné mis labios sobre los suyos. Introduje mi lengua en su cavidad bucal, y empecé a acariciar su lengua, serpenteándola con la mía y generando sensaciones que me hacían desear jamás separarme de él. Mordisqueé suavemente sus labios y saboreé un poco más su boca hasta que él ruido de mi puerta se escuchó, con un grito de mi madre, gritando que detuvieran a Jimin—

-Yo también te quiero—- Hablé apartándome de él, quien me sonrió y luego continuó trepando de prisa. Giré con rapidez y cerré la ventana, colocándome allí, con los brazos abiertos para impedir que alguno de los empleados que ya hacían en mi habitación, treparan y fueran tras él—

-Señorita por favor, retírese—Habló uno de ellos. Cuyo nombre no sabía. En realidad no conocía a ninguno de mis empleados—

-No me toques. Odio que me toquen—Hablé con desprecio. En ese momento no me sentía tan superiorizada a los demás, pero esa era la única forma de darle a Jimin, tiempo para escapar. No quería verlo en la cárcel, y menos si descubrían que él estaba en una banda peligrosa, que trabaja con drogas... él dijo que a los que los atrapaban los torturaban y no me imaginaba que le hicieran tal barbaridad— No me pongas ni un dedo encima—Hablé molesta, manteniendo la mirada a aquel joven. Pero solo duré poco tiempo, puesto que sentí que mi madre me jaló con fuerza, haciéndome de lado. Miré desesperada hacia la ventana, viendo como el sirviente se asomaba para ver—

-Señora, ya no está—Habló. Jimin era bastante rápido y eso me alegraba. Se había escabullido muy bien.

-¡Búsquenlo!—Gritó mi madre exasperada. Todos salieron corriendo de mi habitación, dejándonos a mi madre y a mí, a solas—

-¿Quién es, (TN)? Dime quién es. Esto no se quedara impune. Maldito violador—

-No me ha violado—Respondí molesta—Y si me haya acostado con él o no, eso no es de tu incumbencia. ¡Es mi vida!—

War of hormoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora