~CAPÍTULO 27~ Demasiado tarde, Jimin

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-¿En estos momentos? (TN) está en mi casa, en mi cama y ya que no estas—Se apartó más lejos de mí mientras me observaba quiñándome el ojo derecho—La voy a follar como nadie lo ha hecho—Abrí los ojos de par en par sintiendo que el corazón se me aceleraba y quería salírseme por la boca—

-¿Quieres hablar con ella? Espera le paso el teléfono—Me guiñó acercándose para darme el celular—Amor, responde. Es tu Ex novio—Me guiñó. Tomé el teléfono sin quitar la mirada de Taehyung, quien parecía más complacido que nunca—

-¿aló?—                                            

-¡Maldita sea! ¡Eres una...!—Lo escuché gritar furioso pero detuvo sus palabras—(TN) por favor, no hagas algo de lo que puedas arrepentir. Te quiero. Por favor espérame que vuelva para poder hablar... por favor—

-Solo hay algo de lo que me arrepiento—Hablé sintiéndome más molesta que hace un momento, al haberlo oído casi insultarme de perra—Y es de haberte conocido Jimin. ¿Cuál es el problema que me acueste con Taehyung? Si tú también te has estado acostando con esa maldita rubia que has de tener acostada a tu lado.

-Perdóname, te juro que no lo vuelvo a hacer, pero ¡Sal de ahí!—

-Demasiado tarde, Jimin. No me interesa volver a verte ni de largarme de aquí—corté la llamada con prisa y sin esperar respuesta. Estaba demasiado enfadada ¿Cómo tenía el descaro de confirmarme que se había acostado con aquella zorra?—

-Bueno nena, Entrégame el celular—Taehyung extendió su mano con intención de quitármelo, pero rápidamente me hice de lado y lo manoteé para alejarlo de mí—Me excitas más cuando te pones así de salvaje— Se inclinó colocando sus manos en mis rodillas para volver a acostarse en mí, al mismo tiempo que buscaba mi boca.

Moví mi pierna derecha y la puse entre las suyas, y con todas mis fuerzas la levanté propiciando un fuerte golpe en su entrepierna. Lo vi agacharse casi de inmediato, llevando las manos entre su ingle, soltando gemidos y maldiciones de dolor—

-Lo siento cariño. Tampoco me apeteces—Lo empujé con mi pierna y lo tiré hacia un lado mientras se seguía quejando. Rápidamente tomé mis pantalones y me los coloqué, sin dejar de estar furiosa.

-Park no te quiere— Habló casi audible, emitiendo jadeos.

-¡Y tú tampoco!—Grité furiosa—Consíguete una zorra que te haga el favor Taehyung, no me busques que no quiero saber nada relacionado con sus estúpidas bandas por el resto de mi vida ¡¿Lo oíste?!—Me acerqué furiosa y levanté el pie derecho para propiciarle una patada en el rostro, haciéndolo gritar—

Lo observé sangrar el labio inferior, haciendo que mi cuerpo se tensara ¡Eres una salvaje (TN)! ¿Cómo has podido hacerle esto? Una gran culpa y desesperación me embargó por completo al verlo sangrar y quejarse de dolor—

-Perdona—Me incliné de inmediato para tomar su rostro con mis manos—Perdona. Te juro que no pensé en lo que hacía—Lo ayudé a levantarse un poco, aun expresando dolor en su rostro y soltando una pequeña sonrisita por sus labios—

-Eres una salvaje—Habló entre dientes mientras fruncía el rostro. Su labio sangraba más y su mandíbula, al parecer también le dolía—

-¿Un botiquín?—Pregunté arrepentida y desesperada— Sonrió nuevamente y levantó más el cuerpo para echarse sobre mi cuerpo y presionar sus labios sobre los míos, haciéndome saborear su sangre levemente dulce. Me aparté de él y él se volvió a quejar, esta vez llevando las manos a sus labios. Al parecer el dolor en su ingle, ya le era mucho menor—

-idiota. Ni siquiera en momentos como estos puedes dejar de hacer cosas como esas—

-El botiquín está saliendo de mi habitación, al fondo del lado izquierdo—Me puse de pie y rápidamente salí de la habitación. Seguí las indicaciones hasta dar con el botiquín. Tomé lo que necesitaba y regresé de prisa. Taehyung seguía sentado en la cama con las manos sobre los labios y mandíbula, moviéndola lentamente y expresando dolor—

-Déjame ver—Le pedí sentándome a su lado y sujetando su rostro con mis manos. Su labio estaba reventado. ¡Maldita salvaje! ¿Es que jamás piensas en lo que haces?—

Tomé algodón y agua oxigenada para limpiar la herida y luego le pasé alcohol y finalmente una vendita—

-Debo de aceptar que eres la primera mujer que se atreve a desafiarme y golpearme del modo en que lo has hecho. En realidad, jamás una mujer ha intentado golpearme— Sonrió de manera agradable pero molesta para mi gusto, porque demostraba complacencia de algo.

-Tú tienes la culpa. ¿Quién coños te mandó a contestarle a Jimin?—

-Pues solo quería que te deje de joder. Que se entere que si él saca los pies del plato y se acuesta con otras mujeres, tú también puedes hacerlo—Curvé los labios y enseguida respondí—

-Pues, para que te enteres. Yo no me acuesto con otras mujeres— Él sonrió exageradamente, contagiándome esa sonrisa. Él era extraño, pero tenía que aceptarlo: era bastante agradable.

-Pues yo me refería a que te podías acostar con otros hombres, nena. No creo que tus gustos se inclinen por ese lado ¿Verdad?—

Arqué las cejas y sonreí de costado, desafiante ante.

-¿Quién sabe?—Hice una broma—

-Pues eso lo arreglamos, ya—Se inclinó hacia mí a velocidad de un rayo e intentó besarme, pero la vendita se lo impidió, chocando y sobando su herida, que ocasionó que se apartara expresando un poco de dolor—

-Creo que vamos a tener que esperar para otro momento—Resopló un poco molesto—Al menos tendré un recuerdo tuyo mientras no te vea—Un cosquilleo por mi estómago ¿Por qué Jimin jampas me había dicho cosas como esas? Para él siempre había sido una busca desesperada, para hallarme y tener sexo. Uno muy bueno.

-¿Te llevo a casa?—Añadió. Asentí casi de inmediato. Nos pusimos de pie y salimos de la habitación, en dirección a su auto. Vaya día de decepciones y enfados con todo mundo—

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-¿Nos vemos otro día?—Preguntó Taehyung sujetando mi mano izquierda antes de bajar del auto—

-No lo sé. No tengo ganas de nada, Taehyung—

-Ya verás que luego las tendrás. Solo déjame desocuparme de asuntillos y te busco cada vez que lo desees. Me tienes a tu disposición (TN). Siempre hay tiempo para ti si me necesitas—Mordí mi labio un poco nerviosa. Eso había sido tan agradable y tierno. Aunque tal vez es una de sus técnicas para hacerme caer. ¡Maldito putos perros son los hombres!—

-Ok. Te llamo cuando te necesito—Intenté zafarme de su mano pero él con prisa me jaló y me vivió hacia él para presionar sus labios con los míos, en un beso, algo interrumpido por la vendita—

-Nos vemos, nena—Se apartó dejándome ir. Suspiré resoplando un poco enfadada, y luego bajé del auto para entra a mi casa y tratar de olvidar el maldito día que había tenido hoy.

Día de decepciones. Maldito Jimin. Seguramente no debes de perder tiempo y debes de seguir revolcándote con esa puta.

Me dirigí a mi habitación. Prendí el ordenador y me mantuve distraída allí por un largo rato hasta que el sueño se apoderó de mí y luego me quedé profundamente dormida.

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Eran pequeños ruidos, como si un ave picoteaba la ventana. ¡Lárgate estúpida ave! Me removí en la cama cansada de ese ruido que retumbaba mis oídos. Abrí los ojos y miré la ventana... no había ninguna ave. Me quedé observando la ventana a la luz de la luna. Segundos después vi como algo volvía a golpear mi ventana. ¿Piedras? ¿Eso eran piedras?—

Pegué un brinco y Salí de la cama para acercarme a la ventana. Alguien botaba las piedras desde abajo con intención, la pregunta era quién.

Me paré junto a la ventana y la abrí con rapidez para mirar hacia abajo. Allí estaba él con el brazo hacia atrás y disponiéndose a lanzar una próxima piedrecilla. Mi corazón aleteó y revolvió mi estómago haciéndome asomar una sonrisita ante su ocurrencia de llamar mi atención y despertarme.

War of hormoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora