He oído las historias. La historia sobre la novia que se sumergió en un lago, agarrando su nuevo anillo de boda.
He oído hablar de el hombre que encontró el cadáver de la mujer, flotando justo por debajo de la superficie del agua. Escuche como le arranco la banda de oro de sus manos e hizo su camino de vuelta a casa.
He oído hablar de como se ahogo en su bañera con el anillo puesto en su dedo.
He oído hablar de cómo el paramédico tuvo que cortarse el dedo para conseguir el anillo. Ella tenía que tener el anillo. He oído cómo ella condujo su ambulancia al lago.
He oído hablar de este anillo maligno. Esta simple banda de oro. Simple, pero de belleza inquietante. El anillo que ama el agua, y que sin embargo hace que la gente quiera poseerla.
Yo debería de tener ese anillo. Incluso si tuviera que arrancarlo del dedo hinchado de un cadaver.
Estoy escribiendo esto como una advertencia para todos.