Era una noche lluviosa de invierno en Buenos Aires.
Una muchacha rubia salió de un bar después de trabajar. Desplegó su paraguas y empezó a caminar hacia la parada del autobús que la llevaría a su casa. La muchacha entra por una angosta calle y muy atenta a cualquier ruido, últimamente Buenos Aires no es una ciudad para que una muchacha camine sola por las noches.
Lo único que escuchaba era el ruido de las gotas cayendo sobre su paraguas y sobre los charcos del piso, el frío era intenso y de vez en cuando soplaba una fuerte ráfaga de viento helado, la muchacha continuaba caminando rápidamente hacia la avenida La plata donde allí se tomaría el autobús. De repente una fuerte ráfaga de viento sopla rompiéndole el paraguas.
La chica maldecía su suerte y no prestaba atención a su entorno hasta que escuchó unos pasos que venían hacia ella desde atrás. Sin pensarlo empezó a caminar hacia la avenida y no se atrevía a mirar hacia atrás, los pasos la seguían y seguían.
No pudo soportarlo más y echo una mirada de reojo sobre su hombro. Un hombre alto con un impermeable con capucha le cubría el rostro, usaba guantes y unas botas de cuero negro, no se le veía ninguna expresión, los ojos estaban tapados por la oscuridad. La muchacha aceleró el paso, tenía miedo de que fuera un violador o un ladrón, empezó a aguzar el oído.
El ruido de los pasos se escuchaba cada vez mas cerca y también se escuchaba una fuerte respiración acompañando a veces por lo que parecía una especie de gruñidos. La chica ya estaba muy asustada pero al fin llegó a la avenida y dobló hacia la derecha, camino unos pasos y hecho una mirada sobre su hombro otra vez.
Ahora estaba totalmente asustada, el sujeto la seguía muy de cerca, tal solo 3 metros los dividía.
Se le ocurrió meterse en el primer edificio o negocio que encontrara, pero todos estaban cerrados, entonces diviso una iglesia a pocos metros. Camino directamente al portón de la iglesia y apenas subió el primer escalón miró hacia atrás y vio al sujeto que se detenía frente a la iglesia.
La muchacha subió hasta estar al lado de la puerta y se dio vuelta y se quedó contemplado el sujeto.
El sujeto se había detenido justo delante del primer escalón y tenía la vista fija hacia la chica, el vapor le salía por la boca y con las luces de la calle se veía muy claramente. Entonces el sujeto lanzó una carcajada ahogada como una especie de burla, luego se dio vuelta y continúo caminando hacia la esquina de la calle.
La muchacha se lo quedó mirando como se alejaba y luego entró a la iglesia.
Las preguntas son, ¿quien era aquel sujeto? ¿Y por qué se detuvo ante la iglesia?
Ustedes saquen sus opiniones.
