Ya era la media noche y no podía resistir más con el cansancio que tenía, necesitaba dormir, así que decidí dejar el trabajo de la escuela a un lado e ir a la cama. Me cambié. Me puse mi pijama y fui al baño para cepillarme los dientes, al salir de éste me encontré con mi mamá.
-¿Ya te vas a la cama Lusi?- Me preguntó adormilada.
-Sí, estoy cayéndome del sueño y no puedo continuar con el trabajo- Respondí-. Así que mejor me voy a dormir y continúo mañana temprano.-
-Bien, descansa- Dijo entrando al baño, yo seguí mi camino hasta mi habitación. Apagué las luces y me tumbé en mi cama y al poco tiempo me quedé dormida.
Desperté sobresaltada, respiraba agitadamente y por alguna razón estaba sudando demasiado. Me sentía sofocada, pero al mismo tiempo tenía un tremendo frió. Me quedé sentada en mi cama por un rato, miré el reloj digital sobre mi cómoda, eran las 3:00 am había dormido casi unas 3 horas. Una vez que se me pasó el malestar me volví a recostar. Estaba viendo fijamente al techo hasta que sentí que mis ojos se empezaban a cerrar, pero entonces, escuché un leve silbido. Abrí mis ojos rápidamente y volteé hacia donde creí que provino aquel sonido. Sólo vi la pared de mi habitación. En eso, noté que algo se movió en una esquina y, efectivamente, había algo: una especie de bulto oscuro, que se movía. Tragué saliva. Mi corazón empezó a latir rápidamente, ¿qué podría ser eso? Mis ojos se empezaron a acostumbrar a la oscuridad y podía ver más claramente que esa cosa parecía un persona, estaba en la esquina observándome, no sabía qué hacer, que pasaría si intentara hacer algo. Qué haría eso, de repente, un relámpago; y su luz iluminó todo el cuarto y pude verlo muy bien ahora, esa cosa era era horrible, más que parecer humano, era una criatura espantosa y amorfa. Me miraba fijamente desde la esquina. Empecé a respirar agitadamente. Sentía miedo, un miedo que jamás había sentido antes. Cuando vi esos ojos que me obervaban, sin darme cuanta empecé a llorar. Pude oír cómo comenzó a llover, entre la oscuridad aun podía ver como esa cosa me miraba, me miraba fijamente. Mi mente estaba en blanco. No pensaba en nada más que en eso y como observaba, no podía dormir, no podía moverme, tenía miedo, mucho miedo ahora que sabía que eso me miraba.