El Templo de El Roble es una popular leyenda mexicana que ha pasado de generación en generación entre los habitantes de un pequeño pueblo y gracias a eso, hoy en día sigue más viva que nunca. La dramática historia se lleva a cabo es una región remota cerca de una gran montaña, en donde las chozas están retiradas una de otra por largos caminos de terrecería.
Se dice, de que un día como cualquier otro, una mujer que vivía a las afueras del pueblo les dijo a un par de personas sobre las apariciones que tenía todas las noches.
Ella contaba, que todas las noches mientras dormía, entre sueños veía como de la imagen que tenia situada en la pared, salía misteriosamente una silueta de mujer, quien caminaba por los alrededores de la casa hasta ir hacia un canal de agua cercano, que en aquel entonces se llamaba "Santa Lucía", para luego terminar su recorrido en el hueco del tronco de un roble.
Aquel cuadro, tenía pintado la silueta de una mujer, de una forma tan especial que cualquier persona que la viera, se quedaba cautivado por la belleza.
Todas las noches pasaba lo mismo, mientras la mujer estaba en entre sueños, veía como la silueta salia del cuadro y caminaba por toda la casa hasta terminar en el mismo lugar, en el hueco del tronco de un roble.
Una día, la mujer decidida a averiguar quien estaba detrás de esa extraña silueta, se dirigió al mismo lugar de siempre para buscarla y la encontró con la falda mojada y repleta de cadillos de las hierba que ahí subsistían.
Este fenómeno común, que muchas mujeres del pueblo iban todos los días a los pies del roble a rezar y poco tiempo después se levanto el templo que hoy conocemos como "El Roble".