"Por un dulce roce sobre aquella piel cálida y blanca era capaz de ofrecerle el mundo y ponerlo a sus pies, por un beso de sus labios podía vestirlo de oro y oropel si él así me lo ordenaba, sentirlo cerca, vibrar con su respiración eran mi delirio... Pensé que mi compañía y amor eran lo único que necesitaba para ser alguien diferente m; pero la derrota fue la que culminó con mi tragedia y la desilusión por la persona que más anhelaba en mi vida. En mis memorias se presenta él bailando sensualmente al ritmo de las notas de un acordeón sobre esa tarima de aquel bar para extranjeros de Tailandia, observándome fijamente con esos intensos ojos color avellana y atrapándome con el aroma que su piel emitía.
Lo amaba, lo adoraba como a un Dios y deseaba ser el amor que le salvara la vida. Se convirtió en mi verdugo, la persona que me quiero llevar a la cama a pesar del dolor. Kwon JiYong se convirtió en mi obsesión y en mi propia destrucción".
SeungHyun se sentía sumamente confundido y atormentado por aquellas palabras que SeungRi escupió, soltándose brúscamente del brazo de su hermana quien quería sacarlo de la sala, YoungBae se acercó a él, colocando su mano sobre el hombro de su mejor amigo en señal de aliento.
— ¿Tú también lo sabías, YoungBae?
— Hyung —Suspiro- Si... Yo también lo sabía.
— ¡¿Y POR QUÉ DEMONIOS NUNCA ME DIJISTE NADA?!
— ¡Porque no me correspondía a mí decírtelo! Ni a HyeYoon noona ni a Dami noona, era algo que JiYong debió decírtelo desde el instante que pusiste un pie en Corea. Pero también es comprensible que no quisiera decírtelo si a leguas se te nota que no puedes escuchar algo que se trate de él.
— Si esas niñas son mis hijas como el estúpido de SeungRi acaba de decirlo, debieron decírmelo, incluso cuando se los pregunté directamente y los tres se encargaron de dar excusas sin sentido del porque no me podían hablar del origen de ellas dos, ¿O me equivoco HyeYoon?
Un silencio se formó en la sala cuando el personal del hospital les pidió que guardarán la calma.
— SeungHyun... Ahora que ya lo sabes, creo que es prudente que tanto tú cómo JiYong hablen, ya no puedes pensar únicamente en ti y en tu propia tragedia, ahora sabes bien que hay 2 niñas que te necesitan y que debes estar bien con JiYong para que ellas también lo estén —Habló Dami.
SeungHyun caminó directo hasta donde JiYong estaba, lo tomo del brazo brúscamente y ambos salieron del hospital, subiéndose al auto del mayor con un rumbo desconocido, ambos con el ánimo destrozado. Llegaron a un solitario mirador, en completo silencio, SeungHyun suspiró profundamente mientras apagaba el motor, JiYong solo limpiaba sus lágrimas, tratando de idear las palabras adecuadas para poder hablarle, pero todas sus ideas se dispersaron cuando escuchó sollozar a SeungHyun.
— SeungHyun yo... Desde hace mucho quería que habláramos de todo esto pero no encontraba las palabras adecuadas para externarlo.
— ¿Siempre actuarás como un patético cobarde? —Suspiró- Que más da, nunca voy a saber porque nunca me lo dijiste en el momento.
— ¿Cómo te lo podía decir SeungHyun? Tú y yo nunca hemos estado bien, y las pocas veces que nos vimos solo te dedicabas a insultarme y maldecirme. ¿Con qué confianza podía decirte esto? Yo no quiero que mis... Nuestras hijas sigan pagando por mis errores, son las únicas inocentes en esta historia tan sordida como lo es la nuestra.
— ¿Si son mías?
Aquellas palabras calaron ondo en JiYong y sintió como si le hubieran dado un golpe directo en el estómago.
— Creo que Hannah es la prueba fehaciente de que Dios hace lo que se le pega la gana, ¿No crees? Te juro que desde el principio, desde el instante que supe que venían en camino, intenté que lo supieras pero de cierta forma y por culpa mía estabas errado en no saber de mí, pero en esto no solo se trataba de mi o de ti, te cerraste a escuchar mis palabras o a tu propia hermana.
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TAILANDIA
General Fiction¿Qué sucede con las personas obsesivas? Algunas pierden el control, otras la dignidad y otras pierden absolutamente todo. No quiero ser un perdedor, no quiero ser como el resto de las personas que por unas cuantas noches de pasión son capaces de pe...