Cuando, donde y como el amor quiera (Jori adaptación)

Capitulo 48: La resurrección de la bestia

En una pastelería de New York – último día de abstinencia

-¿Qué te parece este Lern? – Jade le daba una cucharada de su pastel de boda. En realidad eran varias muestras de pasteles que las chicas estaban tanteando para decidir uno para la boda.

-¡Asco! ¡Detesto las avellanas! – La pelinegra se asqueaba - Me gusta más el que está comiendo Camz ¡Disculpe! – llamó a la persona que las estaba atendiendo. Era un hombre joven de serio porte - ¿Puede traernos más de ese pastel? – señaló el pedazo que estaba comiendo la bailarina.

-¿El de mousse de chocolate blanco con relleno de cajun? – las chicas se miraron

–Si ese – afirmó la ojiverde – Y un latte para mi – agregó Lauren.

-Un café negro para mi – pidió Jade

-Yo quiero leche con chocolate – levantó la mano la bailarina.

-Disculpe pero nosotros no servimos café ni el resto. Esto no es un café – se excusó el hombre. Jade y Lauren se miraron.

-¿Usted está queriendo decir que venimos a este lugar a elegir el pastel de la boda de nada más y nada menos de Jade West y Victoria Vega y usted nos dice que no nos van a servir café? – Modo perra activado - ¿Acaso tiene idea de cuantas pastelerías nos han molestado para tener la exclusiva tarea de hacer el pastel de esta boda? – le dijo firmemente

-Seguramente usted no tiene idea de lo que está haciendo, por eso voy a evitar llamar a su superior y hacerlo que lo corran. Pero no pienso darles el gusto de tener su torta en mi boda – protestó con esa mirada de superior - tal vez en otra pastelería nos atiendan como la gente – dijo la fotógrafa y agarrando su cartera se levantó

-¿Puedo llevarme mi pastel? – a la bailarina le había gustado el cajun.

-Un momento por favor – Una señora mayor aparecía – Sabrán disculpar a Juan, el es nuevo aquí. Deja Juanpa yo las voy a seguir atendiendo yo – se dirigió al joven – Mi nombre es Luisa ¿En que puedo ayudarla Señorita West? – La mujer la reconocía.

-Bueno estoy segura de que como ya lo habrá leído en todas las revistas, me casó en unos meses y mi madre insistió en que pasará por este lugar para probar sus pasteles – contó.

-Si, si. Su boda con la señorita Vega es conocido por nosotros. De haber sabido que venían las habría atendido yo desde un principio. Sepan disculparnos – La mujer quería esa venta como sea.

-Disculpas aceptadas señora Luisa. Mis amigas y yo queríamos una bebida para acompañar las tortas que estábamos probando – explico. La mujer les aseguró que en unos minutos llegaban el café, el latte y la chocolatada, acompañadas por más muestras de tortas para los clientes VIP

-¡Dios! Adoro cuando nos chupan las medias así. Estoy segura de que Juan mañana está buscando trabajo – A veces la ojiverde no tenía piedad.

-¿Viste la cara que tenía cuando escuchó mi apellido? – Jade se reía a la par de Lauren.

-Si Tori se entera de que ustedes dos están abusando de los empleados las mata. Y como dama de honor de mi Tori – Lauren no quería recordarlo – tengo el deber de contárselo – las amenazó Camila. Las otras dos la miraron. Cuando la bailarina le contó a la morena que Lauren y Jade habían hecho llorar a mitad de los empleados del catering, Tori amenazó con raptar a Jade y llevársela a Las Vegas para casarse en un lugar de mala muerte y se aseguró de decirles que si seguían maltratando gente la luna de miel iba a ser en medio de la franja de Gaza.