Capitulo 67: Es tu turno

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Dos años después - Casa West Vega – Sábado en la mañana

-Isa... Isa... - Jade llevaba más de quince minutos tratando de despertar a su hija menor que estaba ocupando el otro lado de su cama – Isabela... cariño... es hora de despertar – la pequeña de dos años y medio tenía la cabeza en el estómago de su madre mientras con su brazo derecho abrazaba a Uno, en realidad Jade no sabía muy bien qué número de hipopótamo era, pero era uno de los peluches de Emma que habían pasado por todas las manos de sus hermanas – Vamos chiquita mía, despierta para mamá – pidió.

-No... - la pequeña daba vuelta en la cama negándose a cumplir los deseos de su madre

-Vamos cariño – La fotógrafa acariciaba suavemente su espalda. Años de despertarse con los besos y las caricias de su esposa, le habían enseñado, que no hay mejor forma de lidiar con una "madrugona West" que haciéndolo con cariño. Es por eso, que generalmente tenía que empezar a despertar a sus hijas media hora antes de lo previsto. No era un tarea que alguna de las madres tuviera asignada específicamente, lo hacían según quien estaba disponible, y en este momento que su esposa estaba en el último entrenamiento antes del receso de verano, era la pelinegra la que tenía que comunicarle a sus hijas la dura noticia de que había que despertarse. Años atrás, Jade hubiera empezado por Emma, la mayor de sus hijas era la peor de todas a la hora de levantarse. Con decirles que durante todo el primer año de universidad, el cangurin hizo que Tori, la única que se levantaba temprano, la llamara antes de irse a correr para que no llegara tarde a sus clases. Luego seguían las mellizas, Salome era la más fácil de todas, un beso en su frente y la pequeña ya estaba lista para empezar su día. El gran problema era con Darcy. Darcy directamente no se despertaba, había que cambiarla dormida, bajarla a desayunar dormida e inclusive viajaba al colegio semi dormida, al día de hoy ni la castaña, ni la pelinegra entienden como la niña es una de las primeras en su clase. La siguiente en la lista para despertar era Alexandra, no era que al lechucín costara despertarla, sino más bien, daba miedo despertarla. Cada vez que una de sus madres entraba a la habitación para hacerlo, encontraban a su hija en diferentes posiciones, con las piernas colgando de la cama, con la cola hacia arriba, durmiendo hacia un lado, hacia el otro y hasta a veces dormida en el piso sobre sus dos almohadas. Una vez que se superaba el golpe de encontrarla durmiendo en alguna forma rara, había que enfrentarse a la ira dehaber tenido la "osadía" de interrumpir algún sueño que la niña estaba teniendo. Los retos de Alex a esa hora de la mañana no era algo que alguien quisiera vivir. Justo cuando pensaron que despertar a su última hija no podía ser más difícil o diferente que sus otras hermanas, viene Isabela y adopta una nueva modalidad. Cuando Tori se levanta y antes de irse a correr, revisa las habitaciones de sus hijas, Isa la está esperando con los brazos abiertos, para que la castaña la lleve a terminar de dormir con su otra madre. Es entonces cuando, luego, alguna de las dos tiene que despertarla con las habituales modalidades usadas con alguna de sus hermanas. Pero es después de despertarla donde se complica la cuestión, por el ritual mañanero que tiene el lobito. Isabela necesita pasar un rato arriba de los brazos de su mamá Jade, para después desayunar en las piernas de su mami Tori.

-Isa... despierta... vamos a desayunar con tus hermanas – Jade acarició su cabecita y besó su mejilla varias veces - ¿Nos despertamos? – insistió. La pequeña pelinegra se movió quedando boca arriba y le estiró sus brazos a su madre para ser recogida, los ojos no se abrieron por nada del mundo. Sonriendo, Jade, levantó a su niña y ambas marcharon en busca de las otras dormilonas - ¡Buenos días! – con Isabela en brazos, la fotógrafa entraba en la concina y saludaba a sus otras tres hijas.

-¡Buen día! – saludó Salome mientras comía sus cereales

-¡Buenos dìas mama! – Alex la recibía con entusiasmo - ¡Desayuno! ¡Desayuno! - pedía

Cuando, donde y como el amor quiera (Jori adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora