Capitulo 81: Mujeres de plastilina

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Vieron esas películas de terror cuando suena el teléfono y la protagonista atiende pensando que es una de sus amigas, o su novio, o sus padres, pero en realidad es alguien que generalmente tiene la voz distorsionada y que le avisa que le quedan siete días de vida, o que está por vivir una horrorosa experiencia en la que terminara asesinada por un tip con una máscara y un chuchillo o puede ser que se salve y quede traumada de por vida sin poder dormir por la cantidad de pesadillas intermitentes que la van a asechar. En fin sea lo que sea que la voz diga, irremediablemente la cara de la actriz que recibe la noticia es la misma cara que tiene Tori en este momento que su adorable, o no tan adorable según la castaña, esposa le está dando el "notición" del día.

-¿Qué dijiste? – Tori indagaba a Jade desde su lugar en la cama

-Que hoy tenemos día de padres e hijos en el colegio de las niñas – le anunciaba la pelinegra desde adentro del vestidor.

-¿Qué dijiste? – Para la deportista era lo mismo que le estuvieran diciendo "no abras la puerta del baño porque adentro está el enmascarado que va a destriparte con su sierra" Jade apenas asomó la cabeza por la puerta

-Lo siento cariño, pero es lo que oyes – la fotógrafa tuvo que volver a adentrarse en el vestidor para evitar que su esposa viera como se reía de su cara de paralizada ante lo que le había anunciado. Una vez recuperada volvió a asomar sus rostro – Hoy... dentro de una hora más o menos... tu... yo – se lo decía lentamente casi como burlándose de ella – y las niñas, tenemos el día de padres e hijos en el colegio – explicó. Tori lo negaba con la cabeza, esto no podía estar pasando, debía ser una pesadilla o algo por el estilo

-No...no...no ¿Dime que no es cierto? ¡Jade! – la llamó - Dime que no es cierto por favor ¡Dimelo! – suplicó

-Lo siento mi amor, pero es tan cierto como que tu y yo acabamos de hacer el amor – le dijo desde la profundidad de su armario. Tori seguía agitando la cabeza negándolo

-Eso no fue hacer el amor... eso fue... fue... fue un engaño ¡Me engañaste! - la pelinegra tenìa una sonrisa malévola en su rostro, menos mal que su esposa no la podía ver – Me engañaste – volvía a decir a lo Pimpinela – Me despertaste con mi desayuno preferido "fruta sobre Jade" y después me dejaste repetirlo pero sin fruta y...y..y... Necesito salir de aquí como sea – la castaña trató de levantarse pero algo se lo impidió - ¡Auch! ¡Amor! – Volvió a chillar - ¿Me puedes sacar las esposas? – preguntó adolorida y poniendo su mejor cara de súplica.

-No hasta que tus hijas y yo estemos listas – anunció la fotògrafa saliendo del armario semidesnuda con la prenda elegida en sus manos.

-Ya sabía yo que algo te traías en tus manos – le dijo mirándola sospechosamente – Ayer lo hicimos en el auto, en el gimnasio, en la ducha, sobre la mesada, en el jardín...

-Siempre lo hacemos en todos esos lados amor, no hay nada de raro en eso – Era cierto – Lo único raro fue retenerte esta mañana para que no huyas como todos los años en este día – explicó con su vestido puesto.

-Jade por favor... No puedes hacerme esto... - trataba de safarse de las esposas - ¡Socorro! ¡Socorro! – pidió auxilio

-Mamá – Alexandra y Salome entraban a la habitación ya listas con su uniforme

-¡Niñas! - Tori pensó que eran sus salvadoras – Que bueno que llegaron, sáquenme de aquí por favor...

-Buen día mami – saludaron las jovencitas sin prestarle demasiada atención al pedido de su madre – ¿Ya le elegiste la ropa que se va a poner mami para ir? – le preguntaron a Jade

Cuando, donde y como el amor quiera (Jori adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora