Viernes a la noche
"El apocalipsis", "El fin del mundo", "la devastación total", "el fin de los tiempos", estos eran uno de los tantos títulos que pasaban por la cabeza de Tori Vega en este momento, sentada en soledad en el sillón de su casa con un bate de beisbol en una mano y un vaso de coca ligth con hielo en la otra, la castaña dejaba que su mente vagara por los recuerdos. Recuerdos que aparecían a medida que la mirada de la deportista se posaba en el muro de fotos que su esposa se había encargado de construir como altar familiar y al que ahora observaba con intensidad.
La primera foto que llamó su atención fue la de Emma y ella todas embarradas entrando a la casa antes de que Jade fuera su novia. ¿Cuánto tiempo había pasado desde ese momento y quien iba a decir que justo cuando el mundo que Tori conocía se estaba por acabar, esa foto iba a ser la que iniciara el conteo de los momentos pasados?
Emma era a la primera que habían agarrado, la primera a la que la castaña había visto sucumbir antes ellos, y a la cual se habían llevado sin ni siquiera darle tiempo para que Tori le dijera que la la amaba. Su cangurin había quedado en manos de una de las apestosas criaturas que amenazaban el mundo de la deportista y la castaña no había podido hacer nada para evitarlo.
La basquetbolista se paró del sillón de un fuerte impulso y aun con bate en mano, se acercó a la pared que sostenía cientos de retratos. Cuando llegó cerca del muro no pudo evitar poner sus ojos en la foto que mostraba el momento en el cual ella sostenía a sus dos mellizas al lado de una Jade que había sido vencida por el sueño en la cama del hospital.
La basquetbolista dejó el vaso de gaseosa en la mesita y con su mano libre acarició el retrato. No pudo evitar reír ante los ojos bien cerrados de Darcy que hacían juego con con pacífica y a su vez eran lo contrario a los ojos abiertos e hinchados por el llanto de su hermana melliza Salome.
¿Quién iba a decir que estas personalidades tan diferentes iban a ser culpables de que Tori perdiera a sus dos hijas? La castaña agitó la cabeza tratando de sacarse esos pensamientos de la cabeza, no podía bajar los brazos ahora.
La segunda foto que recorrió con sus manos fue la de ella corriendo tras una castañita desnuda por la calle del barrio al que recién se habían mudado. A Alexandra siempre le había gustado llamar la atención y sin lugar a duda, en ese momento, su pequeño lechucín había pensado que no había mejor forma de hacerse conocer por lo nuevos vecinos que salir a corriendo calles desnuda
-Mi valiente Alex – decía Tori acariciando el retrato – Te dije que no fueras hacia él, te dije que me dejaras a mí, que yo lo iba a manejar, que yo me iba a encargar de esa apestosa criatura inhumana, pero no – suspiró – No me hiciste caso, fuiste tras él y ahora... y ahora... - se llevó la mano a la cara tratando de evitar que sus lágrimas saliera - ahora te he perdido para siempre – dijo con las pocas fuerzas que le quedaban. Le dio la espalda a los retratos, no podía seguir mirando más.
No podía, pero aun así tenía que tenía que despedirse de lo único que le quedaba y la unía con su familia. Volvió a mirar la pared de los recuerdos y se encontró de lleno con las enormes pestañas de Isabela. La castaña no sabía cómo carajo había hecho su mujer para sacar esa foto, pero lo había hecho.
Había retratado el rostro de su hija menor en modo conquista a la perfección y la deportista no pudo evitar sentirse orgullosa de haber sido ella la que había logrado esa perfecta mirada. Tori se acordaba ese día como si hubiese sido ayer, ayer antes de que todo este enorme pasara.
Ese día la deportista había discutido contra toda la armada West Vega durante casi un dia entero, tanto su mujer como sus hijas querían pasar las vacaciones en la casa de sus padres pero no había forma de que después de todo lo que habían vivido el último verano en esa casa, la castaña quisiera volver allí.
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Cuando, donde y como el amor quiera (Jori adaptación)
FanfictionVictoria Vega, es una aclamada jugadora de básquet en Londres hasta que es elegida para jugar en la WNBA, con un pasado negro y su fama de mujeriega irrumpe en New york sin saber que un encontronazo con una pelinegra, mandona, idiota le va a cambiar...