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Los años habían pasado, el tiempo se fue volando como las hojas recién caídas en otoño, Jungkook y Taehyung eran adolescentes ahora, cada quien con una vida diferente a la del otro, tras el avance de los días ellos dejaron de hablar debido a los diferentes horarios que manejaban, sin resentimiento alguno comprendieron la situación del otro.

Las terapias para Jungkook fueron pan comido el día que Seok Jin descubrió el meollo del asunto, lo que le daba un poco de curiosidad siempre fue que tanto conocería al niño de quién siempre habló Jungkook, nunca le dió un nombre fijo siempre se refiero a esa persona como "Kim", su lucha por salir del agujero donde se hallaba duro seis meses, por su lado Taehyung poco a poco recupero lo que un día perdió, desde ese entonces algo andaba mal en él pues siempre tenía luchas con algunos sueños que a su parecer eran un tanto extraños.

Volviendo a la actualidad, ahi se encontraba el chico alto, tenía presente un día especial, un día como jamás había vivido, un lugar, un jardín voluminoso en el que todos los días podrías sentirte agusto en el por su esplendida hermosura.

 Ese día con su tarde de miércoles el sol resplandecía en el agua turquesa de aquel manantial puro, que con su resplandor podías observar todos hermosos colores y los enormes arboles altos y verdes, llenos de ramas, frondosos, uno tras de otro que solo dejaba pasar algunos rayos de sol de esa tarde, se desplazaban junto con el agua que se movían suavemente con forme el viento movía los arboles de un lado al otro, que con poca fuerza también movía el agua y hacían que pequeñas olas hicieran mojar todas las rocas en su alrededor.

Las hojas de los árboles estaban muy verdes tanto que podía ver como aún no llegaba el otoño; donde ahí los gusanos podían alimentarse para que un día llagaran hacer una gran mariposa, ¡hojas grandes!, tanto que sabía que ese árbol era un árbol que había crecido en un lugar especial, apropiado para ahí desarrollarse, algunas otras hojas con unas franjas amarillas otras verdes claras; como el verde de aquel pasto que nacía poco a poco, entre esas raíces, mientras pasaban las horas, plantas fuertes y tallos firmes podían ser conjunto de un crecimiento ejemplar, acompañada de esa  tierra pura donde poco apoco crecieron para ser unos bellos arboles o frondoso arbustos.

En ese jardín donde los animalitos crecieron, en donde él creció de igual manera, metafóricamente, ahí donde los pajaritos, hormigas, cochinillas, gusanos, entre otros; hacían sus nidos como refugio de otros, y se escudaban en los llamativos pastizales de aquel lugar, ahí donde las hormiguitas trabajaban día y noche caminando para conseguir comida, observando que van una tras otras, otra asiendo una larga línea que llegaría asta su hogar, unas grandes y fuertes algunas pequeñas pero aun fuertes para poder conseguir su alimento,  pero hormigas que te pueden dar orgullo por su trabajo constante;  Podrías observarlas todo un día y pocas de ellas se rinden.

— Este dia es tan relajante, ¡me encanta! — Exclamó Tae quien se encontraba dejando la canasta de fresas sobre la mesa. Ahora tenía dieciocho años, actualmente vivía solo con Jimin, su abuela falleció cuando el solo tenía dieciséis años, sin conocer más familia, sin tener a donde correr decidió seguir con su empleo, aunque era un aburrido trabajo de medio tiempo amaba su vocación a pesar de no contar con dinero en demasia el se sentía basto con los siete mil wons que ganaba a la semana, sus estudios no se habían retrasado ni un poco su querida y tan admirada maestra de artes le había ayudado a tener una gran beca, la profesora Soomi le vio crecer y no crean que sólo le ayudo con la beca, incluso le ayudaba con los gastos de materiales costosos para sus estudios, Soomi en verdad apreciaba a Taehyung tanto como si su hijo fuese.

A pesar de que él ya no estudiaba más en ese plantel seguía frecuentando con la maestra Soomi, para el su más gran desapego de lo mundano era su lienzo blanco su pincel tan fino y un par de pinturas, entre gises, lápices, colores; y más material para poner en práctica y aprueba su talento en el arte. Había logrado sobresalir por si sólo,y se preguntarán,¿qué pasó con Jungkook?, Bueno la última vez que hablaron había sido hace un mes que las vacaciones de fin de curso de ambos había dado inicio, era Junio en un mes estaría abordando la universidad, tantas instituciones se peleaban por tener al mejor estudiante, y como siempre nunca faltaban también las abundantes propuestas, le llovian por llevar tan buen talento y pasión a la hora de tocar el violín.

𝓓𝓝𝓐  ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora