Pacto con un Demonio [Klano]

3

Kengkla llevaba tan sólo un día en la universidad y ya tenía a todo el mundo comiendo de su mano, tanto a chicos como a chicas. A los chicos porque en verdad Kengkla era bueno en todo aquello que hacía, y tal como había dejado claro era bueno en fútbol. Techno observó su prueba con envidia y no le quedó más opción que aceptarlo en el equipo. Las chicas, por otro lado, desprendían corazones de cada uno de sus poros porque el muy caradura de Kengkla se sonrojaba y se hacía el tierno frente a ellas. Además siempre estaba dispuesto a ayudarlas.

¿Cómo alguien podía ser tan falso? Cosas de demonios suponía Techno, pues no había otra explicación.

A Techno le hubiese encantado seguir observando, pero cada vez que estaba a la vista, Del de alguna forma lo encontraba y corría hasta él con mirada herida por el rechazo. Cada vez se le hacía más difícil ignorarla. Si por él fuera, se quedaría, la escucharía y gritaría "¡Sí, quiero ser tu novio!", pero eso no podía ser. Si lo hacía, debía dejarse quitar la virginidad por el desgraciado demonio. Pero si hasta entonces Techno moría de envidia por lo bien aceptado que fue Kengkla eso no se comparó con la terrible traición que presenció al finalizar el día.

Techno estaba saliendo de la universidad, a escondidas para no toparse con Del, cuando los vio: Del colgada del hombro de Kengkla. Ambos riendo como idiotas, despidiéndose en la puerta como si hubiesen sido amigos toda la vida.

¿Cómo es que Kengkla había logrado todo aquello que Techno siempre soñó pero jamás alcanzó?

¡Un momento!

Antes de tan siquiera saber que estaba haciendo, Techno caminó con sus puños al aire hasta alcanzar al demonio.

—¿¡Qué mierda pretendes!? —le gritó, llamando la atención de algunas chicas alrededor. Techno se esforzó en bajar la voz—. ¿Quieres conquistarla?

Kengkla frunció el ceño.

—¿Cómo crees eso? —le preguntó el demonio—. Es absurdo ¿Es que no me oíste cuando dije que intervendría? Bueno, hago lo cliché, ya sabes, hacerme su amigo con la intención de ayudarle a conquistarte, después de todo, te he observado bastante.

Techno palideció.

—¿Qué tú qué?

Kengkla sacudió el cabeza, exasperado.

—Definitivamente eres estúpido. Ya te dije que no puedo deshacer el pacto. Debo cumplirlo, así que prepárate porque no podrás seguir evitando a Del. —Y la sonrisa que le dedicó fue... siniestra.

***

Techno prácticamente corrió hasta su casa. No había nadie que lo esperara, ni nadie que lo acompañara, y de repente se sintió solo. Podría haberle dicho lo que estaba pasando a algunos de sus amigos, pero jamás le creerían. De hecho, también se sentía herido por ellos. De repente todos sus amigos se habían acercado a Kengkla durante las prácticas y él había quedado en un rincón, ignorado. Todos estaban detrás de él y nadie, ni siquiera Pum, en las gradas, se acordó de él. Estaba seguro que si no fuera por el pacto, hasta Kengkla lo hubiera ignorado.

Ingresó directo a su habitación. Kengkla ya estaba allí, recostado sobre su cama y controló sus rasgos, no iba a enseñarle debilidad alguna, no después de escuchar como utilizaría todo lo que sabe sobre su persona para lograr obtener su pureza.

Pensó en gritarle que saliera de su cama, pero en su lugar, tiró su mochila al suelo y se dirigió al baño, ¿Por qué? Porque las lágrimas estaban deslizándose por sus mejillas.

¡Era tan estúpido llorar en un momento así! Pero se sentía tan... solo. Al entrar al baño abrió la ducha y se metió con uniforme y todo debajo del agua.

El agua estaba fría, tanto que caló sus huesos. Abrió el agua caliente, la que tardó en calentarse. Y cuando lo hizo, las lágrimas ya habían desaparecido, dejándole la garganta un poco seca y un pequeño dolor en el pecho.

Llorar era bueno, eso había oído en televisión. Y era cierto.

Con el corazón más ágil, después de atravesar aquella pequeña crisis, estaba como nuevo. Sin cerrar el agua, se despojó poco a poco de la ropa mojada. Primero los calcetines, después el pantalón, y así hasta tener todo el uniforme en el suelo.

—Espero mi otro uniforme este limpio. —Dijo, observando y pensando que el que acababa de sacarse no se secaría para la mañana siguiente.

No fue hasta que estuvo totalmente como dios lo trajo al mundo que finalmente se percató de la presencia de Kengkla a su lado.

El grito de Techno fue como de costumbre: Réplica exacta de una persona histérica.

Kengkla le frunció el ceño en señal de desaprobación. Pero había algo más en su mirada, algo que Techno no estaba seguro de cómo interpretar.

—¿Sabes que me molesta más allá de tu grito? —preguntó Kengkla. Pero prosiguió sin esperar respuesta—. Lo horrible que se pone tu cara al gritar. Se desfigura toda, se llena de arrugas. ¡Qué desperdicio de facciones!

Techno usó los primeros minutos en calmar el corazón que se le salía de la boca, los siguientes, para procesar lo que el demonio quiero-robar-tu-virginidad le dijo.

—Claro, porque ahora, según tú mi rostro es tan hermoso.

Kengkla se encogió de hombros.

—Creo que no sabes aprovecharlo bien. Usualmente te ves muy lindo, pero ahora tu... —y calló.

—No entiendo lo que tratas de decirme, maldito demonio.

—Yo tampoco... —Kengkla de repente tenía un rostro lleno de incredulidad para sí mismo—. ¿Acaso acabo de decir que eres lindo? Oh, creo que hablé mucho con Del.

¿Del pensaba así de él? ¿Qué era un chico muy lindo?

No.

Claro que no.

Del no pensaba nada de eso por sí sola. Todo era producto de su deseo. Ningún sentimiento podía ser real allí.

Y eso le hizo volver a llorar.

Se esforzaba tanto día a día por ser alguien mejor, alguien bueno, alguien productivo para la sociedad. Y todo lo que recibía a cambio era puro "lástima tu cara" "eres feo".

—¿Vas a volver a llorar? —Le preguntó Kengkla, un poco asustado, y al ver que así era, desapareció en una explosión de nube negra, dejándole más desolado que nunca.

—Ni siquiera un maldito demonio puede tenerme un poco más de aprecio, aun cuando lo que debo darle a cambio es mi pureza...

Y algo hizo clic es su cabeza. Algo peligroso.

Su vida era una mierda ¿Por qué seguir luchando contra ello?

¿Por qué no dejar que Del le pidiera ser su novia? Ese había sido su deseo después de todo. ¿Por qué no dejar que el demonio lo tomara? Total, un sufrimiento más a su vida no le haría mal a nadie. Y tendría a Del para reconfortarle. Tendría a una chica linda a su lado como había soñado, y nadie podría decirle que era feo, o al menos no tan abiertamente.

Esa noche, Techno no cenó. Se fue a la cama y concilió el sueño con una sola idea en mente: Dejar que pasase todo lo que tenía que pasar. 

Nota; Gracias por leer, y por recomendar el fic <3