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Al mirarse al espejo Techno observó las ojeras debajo de sus ojos. Apenas había logrado dormir un par de horas. Demasiadas cosas habían pasado y las pesadillas durante la noche lo terminaron por agotar. Se lavó los dientes con lentitud, tomándose todo el tiempo del mundo. Necesitaba reunir fuerzas para mostrar una sonrisa y esconder el dolor que su pecho aún albergaba. Y también para interrogar a Kengkla.

Camino a la cocina una mueca adornó sus labios ¡Odiaba tanto cocinar!

Pero, oh, sorpresa. Kengkla estaba ya sentado, con un desayuno sobre la mesa y el uniforme de la universidad puesto. Por alguna razón, Techno lo vio distinto aquella mañana, pero no lograba saber por qué.

—Gracias —dijo, sentándose a la mesa.

El demonio puso los ojos en blanco.

—No lo agradezcas, es lo menos que puedo hacer. Además, no estoy de ánimo para ver cómo se queman unos pobres huevos.

Techno debió hacer un esfuerzo para no atragantarse al comer, era increíble el apetito que tenía pese a todo lo sucedido. En un intento por comer más moderadamente, decidió mirar a Kengkla y empezar a preguntar.

— ¿Cuánto tiempo tienes antes de tomar mi virginidad?

—Cinco meses.

Los palillos quedaron suspendidos a mitad de camino hacia su boca. Se dio cuenta, un poco tarde, que fue la pregunta equivocada. Ahora tenía un tirón en la boca del estómago y el apetito se esfumó.

—Eso... eso es muy poco tiempo.

Algo extraño pasó. Kengkla también dejó de comer y lo miró más serio de lo que lo había visto hasta el momento.

—Eres el novio de Del. Ese era tu deseo, pero dime ¿Sigue siendo ese tu deseo? ¿Eres feliz?

No entendió a que venían tales preguntas, y no se supone que fuera Kengkla quien interrogara, pero Techno se vio negando.

—La verdad, no lo sé. Cuando Del me pidió ser mi novia, fue maravilloso. Cuando me dio un beso también, pero algo ayer cambió y por extraño que parezca, y por más que entienda que querer que alguien me quiera no está mal, me sentí... egoísta. Me di cuenta que mi deseo fue tan superficial. Tan vano. ¿Y qué clase de pregunta es si soy feliz? ¿De verdad? ¡Mírame!

No. No era feliz. Por más que Del lo esperara no era feliz.

—No está mal ser un poco egoísta. Nadie puede reprocharte el serlo un poco. De hecho te aplaudo. Voy a tomar mi pago, porque no voy a morir por algo así. Pero antes, quiero verte ser egoísta —Techno frunció el ceño—. Quiero verte ser feliz, quiero que no te duela tanto. Quiero que aproveches cada momento junto a Del porque ese fue tu deseo. Se egoísta y no mires atrás. El mundo se pierde la hermosa persona que eres.

Techno quiso poder decir algo, contar sobre los gritos desesperados de Del en sueños durante la noche que le habían atormentado. Pero también se encontró con tener ganas de seguir el consejo del demonio.

—Anoche, deseé haber deseado algo distinto.

—No lo hagas. No te arrepientas. No vivas tu vida así. Si sigues por ese camino, habrás gastado un deseo en vano. Se supone que los deseos deben hacerte feliz. Así que demuéstrame que valió la pena nuestro pacto, Techno.

Un escalofrío recorrió la espalda de Techno producto de haber escuchado su nombre en la boca del demonio.

—Pero... ¿Del no está sufriendo? ¿Muy dentro de ella, no se siente prisionera en su propio cuerpo?

Pacto con un Demonio [Klano]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora