Pacto con un Demonio [Klano]

5

Por un cuerpo puro, obtendría cien años de vida.

El último cuerpo que Kengkla tomó fue hace 99 años.

No tenía opción, necesitaba un pacto, necesitaba un cuerpo puro. Sólo por ello contrató al demonio clase baja, Type.

Sólo por ello estaba dispuesto a llevar su pacto hasta el final: Poseer a Techno. De no hacerlo, las consecuencias serían fatales, él moriría.

Una fuerte y estridente carcajada retumbó en la calle desolada en la que aún se encontraba Kengkla, sacándolo de sus pensamientos. Segundos más tarde, se escuchó una queja. Supo quiénes eran antes de verles. Giró su cabeza hacia su derecha, donde estaba ubicado el bar más roñoso de todos (por lo tanto más popular de la zona) y vio a Tharn, abrazando a su sirviente de pacotilla, Type.

Kengkla dibujó su hermosa sonrisa de lado. Tharn y Type, la pareja feliz.

Type lo vio, y al hacerlo se detuvo en seco. Kengkla gozó de su miedo, pero al final, suspiró.

—No voy hacerte nada, no huyas.

Pronto estuvieron los tres dentro del bar, compartiendo una fuerte cerveza.

—Es bueno que llegaras a esta hora —Le dijo Tharn. Kengkla le devolvió una mirada interrogativa—. Tú hermano Can estuvo por aquí.

***

A Techno, para haberse acostado con una sola idea en mente, la verdad es que le costó mucho despabilarse a la mañana siguiente al despertar.

Kengkla no se veía por ningún lado, y eso era un alivio. Pero en cuanto se puso de pie y se dirigió a la cocina, sintió la soledad albergarle. Se hizo el desayuno, el cual se quedó mirándolo. Tardó mucho en comérselo, y para cuando terminó, miró la hora con una sensación de náuseas en la boca del estómago. Tenía una misión que cumplir: Echar su vida a perder. Sí. Techno iba a aceptar toda la mierda que la vida le mandó y estrecharle la mano. Echar por la borda todos sus esfuerzos por querer ser alguien mejor.

Echarse para atrás ya no era una opción.

Luego de asearse y vestirse para universidad, Techno caminó hasta el edificio, imaginándose todo lo que sucedería. Primero, Del lo estaría esperando. Esta vez no tenía razones para huir. Le sonreiría, y haría lo que siempre soñó. En cuanto Del le pidiera ser su novia, él gritaría de alegría y un SÍ para que todo el mundo oiga.

Dejarse llevar por las emociones no debería de resultar tan malo. No después de llevar años enamorado en secreto de Del.

La parte más difícil sería sin duda volver a casa y terminar el pacto con Kengkla. Pero aún tenía tiempo para pensar más detalladamente en eso.

***

Al llegar a la universidad, como bien esperaba Techno, Del lo estaba esperando con unas bolsas colgando de sus manos.

Techno sintió un repentino mareo. La emoción en los ojos de Del no era de verdad, aunque lo pareciera, pero no. Aquella adoración era producto de los poderes de Kengkla. Sacudiendo la cabeza, dispersando esos pensamientos, se dijo que no tenía nada de malo aceptar lo que el chico le ofrecía, sea sincero o no, después de todo, era producto de su deseo. Así, Techno Caminó tratando de no mirar a nadie alrededor, en especial por si allí se encontraba Kengkla.

"No" se dijo de repente. Mirar al demonio no era tan mala idea. Podía demostrarle que no era cobarde, por ello lo buscó. El demonio se hallaba cerca, ya mirándole con aquellos ojos llenos de confianza pura.

Techno se dio ánimos. Inhaló y dejó salir el aire lentamente.

—Techno —Del salió a su encuentro con una voz llena de adoración.

Y Techno se derritió ante esa adoración en el tono de su voz.

"Sí, no tiene nada de malo dejarse querer un poco" se dijo, devolviéndole una sonrisa a su amor.

—Del.

Lo que Del traía en sus manos eran varios (muchos, para ser exactos) regalos. Todas cosas que estaban relacionadas con la información que Kengkla le había dado sobre él.

—Tu amigo me aconsejó que los entregara lentamente mientras te cortejara, pero no me pude controlar. Mira, todo es tuyo... —Y le entregó la bolsa. Pesaba demasiado—. Un balón de fútbol, una camiseta original y muchas cosas más...

Del se sonrojó. Techno también. Aunque se formó un silencio incomodo en el que ninguno parecía saber qué decir, hasta que Del se dignó a romperlo.

—Quiero hacerte una pregunta.

El corazón de Techno latió, completamente desesperado. Sabía cuál sería la pregunta. Sus manos temblaron un poco.

— ¿Quieres ser mi novio? —Preguntó Del.

Fuegos artificiales, un arco iris, luces de colores, mariposas en el estómago, navegando entre las nubes, y muchas cosas más fue lo que vio y sintió Techno.

¿Cómo es que había llegado a pensar que aquello no podía parecer real? ¡Por el maldito amor a Dios (o Satán)! lo era. Lo sentía. E hizo lo que en su imaginación: Gritó que sí, con la primer sonrisa genuina en un tiempo.

—Sí, sí. Claro que sí quiero, Del. 

***

Nota: Hoy toca doble actu, más tarde estoy subiendo el siguiente.