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Kengkla tomó la mano de su pareja Techno y juntos desaparecieron para aparecer en un lugar rodeado de lapitas por donde miraran.

—Es el cementerio... —Dijo Techno mirando al chico por el que había decidido morir—. ¿Por qué me traes aquí? —No lo entendía.

Kengkla no le soltó la mano y con la que tenía libre señaló a un grupo de personas a unos metros de distancia.

—Ellos no podrán vernos, acerquémonos —Y tiró de Techno—. Es tu velorio.

Techno se sorprendió y de inmediato miró al grupo de personas, un poco más interesado. ¿Quiénes habrían asistido? Él no conocía a mucha gente. Pero allí estaban quienes una vez habían sido sus amigos y sus compañeros en el equipo de futbol.

—Se sienten culpables... —susurró—. No deberían

—No deberías preocuparte por eso.

Techno se sintió mal. Le gustaría poder hacer algo, por más daño que algunos le hayan hecho a decirle palabras. Pero Kengkla tenía razón. Él ya no era un humano. Pertenecía a otro mundo. Aun así, deseó de todo corazón lo mejor para todos ellos. Buscando distraerse, miró a la otra punta, y sus ojos se abrieron.

—Del...

Sí, allí, en su velorio, estaba Del. No estaba sola, estaba acompañada por un chico un poco más alto. Techno lo reconoció, partencia al equipo de básquet. Ambos tenían sus manos entrelazadas.

—Es libre... —Susurró, sin poderlo creer, pero Kengkla le escuchó y le sonrió.

—Lo es, y feliz también. Aunque...

Las palabras de Kengkla se vieron interrumpidas por un sollozo constante, proveniente de Del. Techno se preguntó cómo es que ella no lo odiaba después de haber estado con él casi saber por qué.

—No sé porque salí con él —sollozó—. Pero no era mal chico... Nadie nunca fue justo con él... Y se esforzaba tanto. Vi muy tarde el daño que le hacían en la escuela.

Techno se sintió albergado por un sentimiento extraño, pero justo en ese momento Kengkla soltó lo que para él era un gruñido, entonces lo miró.

—¿Qué sucede? ¿Y cómo es que Del no me odia?

—Sucede que me choca que haya visto el tipo de persona que eres cuando ya no estás. Aunque creo es algo bueno... y Del no te odia, si bien algunos de sus recuerdos fueron alterados, cree que salió contigo porque eres tierno, de hecho lo eres, pero ella no pensó eso hasta ahora. Puedo decirte que es sincero esta vez. Yo iba a implantar otro tipo de recuerdos, pero padre no me dejó, ya que Del merecía ser feliz con quien amaba —Parecía que a Kengkla le costó mucho decir esas palabras—, que es ese chico a su lado, por lo que debíamos implantar algo con lo que se le perdonara fácilmente.

Techno caló lo que Kengkla realmente quería.

— ¿Querías hacerla quedar como mala?

—Sí.

—Pero ella no me hizo daño, yo se lo hice a ella. Tu padre tiene razón. —Kengkla puso los ojos en blanco.

Entonces, un suave ¡Bum! sonó a su espalda. Era Ae de la mano de Pete. Esos dos ya habían hecho las paces.

—Techno, Kengkla sólo está celoso, eso es todo. —Dijo Ae.

—¿Qué se siente estar en tu propio velorio, Techno? —Le preguntó Pete

Techno se tomó unos minutos antes de responder. Minutos en lo que se acercó más a su pareja para reposar su cabeza en sus hombros.

—Extraño.

—Es normal —Techno se acordó entonces que Pete también fue humano.

—¿También viste tu propio velorio?

Pete asintió.

—Sí.

—Yo lo acompañé —Interrumpió Ae—, como Kengkla lo hace ahora contigo. Su padre estaba ahí, y créeme, Pete estaba como Kengkla lo está ahora, asqueado de tanta hipocresía. —Techno frunció el ceño sin entender, por lo que Pete se vio en la necesidad de explicar.

—Mi padre era homofóbico, y por más que yo estaba estudiando medicina, la carrera que él quería para mí, me odiaba, pero allí estaba, llorando sobre mi ataúd.

— ¿Tin también presenció su velorio? —Preguntó Techno, curioso.

Entonces todos le miraron y asintieron, y como si le hubiesen llamado, Can apareció junto a Tin, Tar y Tum.

—Sí —Respondió Tin ya que había escuchado la pregunta—. Solía espiar a mi hermana también. Dejé de hacerlo cuando dio a luz a su hija. Ella se había casado con un buen hombre. Me alegré de haberlo hecho porque los hilos de su vida ya no dependían de mí. No moriría por su enfermedad.

***

Media hora después, Kengkla mostraba su ceño fruncido al igual que Can ya que Tin abrazaba como si tuviera pegamento en su cuerpo a Techno.

Tar también tenía el ceño fruncido, lleno de celos. Tin era su papá ¿Por qué abrazaba otro? Tum tuvo que encargarse de abrazarle y darle besos para calmarlo.

Ae aún no salía del asombro por el comportamiento. Pete sonría.

—Sólo le cae bien, déjenlo. Es bueno tener amigos.

De pronto, todos callaron ante la presencia de Tul que entró a la sala acompañado de su pareja.

—Han pasado dos semanas, y aún no conozco formalmente a la pareja de mi segundo hijo. —Parecía serio, pero Techno vio más allá de eso. A Techno le cayó bien, dándose cuenta que también se ganó un suegro increíble.

¿Cómo los demonios parecían ser ángeles?

Techno habrá perdido la vida en el mundo humano, pero ganó mucho más de lo que tuvo nunca. Jamás se arrepentiría de su elección.

Irse a dormir al lado de Kengkla, ver cómo lo cuidada, como lo trataba, como siempre se cercioraba de tener sus dedos entrelazados, asegurarse que estuviera siempre cómodo, y sobre todo, de hacerle saber que le quería era lo mejor en su vida.

Y por Dios, aunque esto fuera irónico, pero amaba al demonio a su lado con todo lo que tenía.

Poco a poco, con el tiempo, fue conociendo a toda su familia, porque ahora eran eso, una gran, gran familia.

Tul era el Rey. Y fue gracias a él que se hizo viral lo del diablo pide el alma a cambio de un deseo. Sus tres hijos fueron todos varones. Techno conoció el pacto de cada uno de ellos, como Can después de algunas parejas finalmente dio con Tin, también supo cómo nadie había confiado en él hasta que lo vieron cuidar del pequeño Tar. También conoció la historia de Ae, quien podía deshacer pactos de los cuales los humanos se arrepentían, pero a un gran costo. Pete era un arrepentido. Tar, bueno, él había heredado el poder de su abuelo, pero al tener a su pareja, la cuarta, ya no había vuelto a tomar ni un solo alma ajena. De hecho, Tum no formaba parte de su pacto, sino que era un humano que había adivinado lo que era mientras buscaba una presa.

Y lo mejor de todo, Tul le contó infinidad de cosas sobre Kengkla, quien ya no sabía cómo ocultar su rostro rojo de la vergüenza.

—No importa —Le dijo Techno al final del día—. Ahora te amo más. —Y le dio un beso en la mejilla, haciendo reír a todos los presentes. 


Fin

Nota: Gracias totales por acompañarme en este fic y haber soportado que en un momento dejé de actualizar. Gracias, gracias.

Quiero volver a leer el libro de Kengkla x Techno xD


Perdón los errores. Trabajaré en futuros proyectos para compartir con ustedes


Love you!!!

Pacto con un Demonio [Klano]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora