La Emperatriz de TouMan (Tokyo Revengers)

Cap. 01: Renacer

Capítulo 1: Renacer

Era de noche en el distrito de Shibuya.

Mi cuerpo dolía de sobremanera. Tenía mucha hambre y frío. Yo estaba tirada en un callejón. No recordaba el cómo llegué aquí. Lo último que recuerdo es estar siendo asaltada por unos muchachos cerca de mi casa.

Me levanté y sentí mi cuerpo adolorido. Mis pies estaban descalzos y mis manos tenían las uñas rotas.

Corrí hacia la salida del callejón y vi una calle bastante iluminada por luces neón. Corrí con desesperación. No sabía dónde estaba.

Un golpe abrupto me hizo caer al suelo. Me había chocado con alguien.

—Oi, ten más cuidado niñata— La voz de un muchacho me hizo reponerme. Era un chico que parecía bastante mayor. Tenía rapada los lados de la cabeza y un tatuaje de dragón en uno de esos lados.

— ¿Niñata? — Murmuré y me levanté.

—Si no tienes qué comer, ven conmigo— Me dijo. Y caminó dándome la espalda. Era terriblemente alto e intimidante. Lo seguí.

Llegamos a un ascensor y marcó el piso 4. Al abrirse las puertas vi a una mujer con vestido traslucido. Me tapé los ojos.

— ¿Ahora recoges niñas en la calle? ¿Es tu novia? — Preguntó un hombre.

—Cállate, tiene que comer algo... Luego la echan de nuevo si quieren— El chico tomó mi mano y me jaló hasta una habitación. Varios sonidos obscenos se oían a través de las paredes. —Mi nombre es Ken Ryuguji, pero puedes llamarme Draken— Habló acercándose a su armario. De ahí sacó un buzo enorme. —Puedes entrar a la ducha y ponerte esto, así no tendrás frío. Iré a traer algo de comer.

El muchacho salió de la habitación dejándome sola. Definitivamente sabía quién era.

La Tokyo Manji se había hecho extremadamente conocida en mi escuela. Esto debido a que varios de los senpais pertenecían a ella.

Suspiré. Entré al baño y por fin vi mi aspecto. Parecía que me habían arrastrado del cabello, mi cara tenía un aspecto sucio y mis brazos tenían varios moretones.

Ahora lo recordaba.

(Flashback)

Regresaba a la habitación en la que vivía. Hace casi un año, mis padres y mi hermano mayor fallecieron en un accidente inusual. Estuve hospitalizada y me enteré luego de que me dieran de alta. Estaba sola. Mis tíos recibieron la herencia, así que me compraron un departamento extremadamente pequeño cerca de mi escuela media y se fueron al extranjero, cada mes me mandan dinero para sobrevivir. A mis 14 años, ya vivía completamente sola... y era horrible.

Tomo clases de inglés, así que regreso tarde a casa. En una de las calles logré ver a un grupo de chicos fumando, lamentablemente tenía que tomar esa calle para llegar a casa. Rogué porque las lecciones de kick boxing que me hicieron tomar mis padres de pequeña aún sigan en mi memoria. No quería tener que usarlas.

Me aferré a mi mochila y caminé frente a ellos.

—Oye, danos dinero— Una mano se posó en mi hombro provocando que me detuviera.

—Yo solo tengo para cenar— Dije tratando de no flaquear. Pero no podía.

—Perra, danos el dinero— El más alto se paró frente a mí y me soltó todo el humo del cigarro en la cara.