Capitulo uno. (Cordelia Salavert)

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Girasoles.

Son las flores favoritas de Cordelia, salían de la simplicidad y lo común, sabía que si un día alguien le regalaba flores le gustaría que fueran girasoles, para ella significaban tranquilidad, sus vibrantes tonos amarillos y la suavidad de los pétalos unidos por una semilla que podría lucir amenazadora si no hubiera preciosos pétalos a su alrededor ...

Para ella estas flores eran una metáfora, significaba que un montón de cosas bellas estaban acompañadas de cosas no tan bellas, pero eso hacía solo, y representaba que no todo podía ser bueno.

Mientras dibujaba un girasol en la última hoja de su libreta, Cordelia recibió un llamado de su madre para bajar a cenar. Ella era una chica de ciudad, siempre fue soñadora, desde que era niña tenía esa cualidad, era difícil para ella dejar de soñar o inventar historias en su cabeza, de vez en cuando ponía un poco de música y escapaba de su realidad ...

En su mente fabricaba asombrosos escenarios que le encantaría protagonizar, siempre tuvo en mente ser alguien grande, alguien reconocida, sin embargo, estos últimos años ella se sintió perdida, tan lejos de eso ...

No imaginaba su vida como la de ahora, casi no tenia amigos, estaba en la universidad, se dio cuenta de que las personas tenían un lado malvado, un lado que al principio ocultamos y después dejamos salir. No le gustaba cómo eran las personas, la manera en la que la sociedad se había vuelto tan insensible, intolerante, tóxica. Buscaba la paz interior, pero en un mundo como este es difícil de encontrar, ciertamente triste porque para ser tan soñadora su fé en las personas, en las amistades, el amor ... se había perdido.

Uno de sus mayores defectos era vivir en el futuro, es decir, preocupada siempre por "lo que va a pasar" y no por él ahora "lo que esta pasando". También se consideraba hasta cierto punto intenso, no controlaba completamente sus emociones, y en muchas ocasiones se dejaba llevar por ellas, lo que le causaba muchos problemas. La paciencia no era lo suyo, sobretodo cuando se trata de ruido o de una situación que salió de su control, trataba de mantenerse relajada pero la mayoría del tiempo sus intentos fallaban.

Se consideraba una adolescente aburrida, para su edad de 19 años ella tenia planes muy distintos, quería fiestas, salir, viajar, estudiar, leer, tener hobbies, ser interesante, culta, y en este momento ella sintió que lo único que había logrado de todo eso era estudiar.

Sin embargo, a pesar de sus defectos, sus virtudes la hacían brillar. Era una persona verdaderamente leal, cuando abría su corazón estaba dispuesta a dar todo por esa persona, amigos, familiares o quien fuera. Era inteligente, dedicada hablar, trabajadora, buena consejera y alguien con quien definitivamente podías hablar de libros pues era gran amante de la lectura.

Cuando Cordelia se imaginaba siendo feliz generalmente era sola, no se imaginaba teniendo planes con alguien más, durante tanto tiempo estuvo sola que se acostumbro a la idea de vivir así no solo ahora sino en el futuro. Y no es que le molestara estar sola, a ella le gustaba su propia compañía y disfrutaba de su soledad, la diferencia es que "sentirse" sola la deprimía de cierta forma, la hacia sentir sin protección, sin alguien con quien hablar... No es lo mismo querer estar sola por decisión que por obligación.

Durante la cena habló con su madre un poco sobre el nuevo año escolar pues estaba a unos dias de volver a clase y dejar sus valiosas vacaciones de verano...

-Cordelia, ¿Ya revisaste el calendario escolar? no quiero que vayas a perder las fechas de la validación de tus materias

-Si mamá, lo revise en la mañana, ya me dieron mi horario también, pero se ve bien

-¿Si? ¿Por?

-Solo llevo clases 4 días, los lunes son de descanso

-Ah bien, te servirá para descansar o adelantar tus créditos

*Ahhh, esos estúpidos créditos* pensó Cordelia. En su Universidad la obligaban a cumplir créditos culturales, deportivos y sociales, así que se veía obligada a tomar cursos y talleres extra para cubrirlos.

-Tal vez pueda adelantar algún deportivo

En realidad Cordelia odiaba el deporte y el ejercicio, no era buena en ninguno y le costaba mucho trabajo hacerlo, pero sabía que si no los acreditaba se atrasaría y no la dejarían empezar su servicio social, así que no podría graduarse.

Al terminar su cena Cordelia corrió a su habitación a ver cuál de los talleres deportivos la convencía para hacer los créditos que le faltaban.

-A ver veamos que hay... basquet nah, futbol menos, yoga no me convence... Animadoras... ¿Animadoras? eso suena bien pero no tengo la condición.. ni el cuerpo, danza...

Su vista se quedo pausada en el taller de danza mientras pensaba las opciones positivas y negativas que tendría entrar a ese.

-A ver las positivas me gusta bailar, se ve divertido, mejorare mi coordinación, me encanta la música e incluso podría aprender... las negativas es que hay una presentación frente a toda la escuela al final del curso.

Al final decidió que no era lo suficientemente negativa para rechazarlo, se pondría muy nerviosa ese día pero aun faltaba y cumplir con los créditos era mas importante que su vergüenza. Reviso rápidamente si los horarios del taller quedaban con su horario y para su sorpresa sí, las cosas estaban a su favor..

Lo inscribió y anoto con pluma sobre su horario "Taller de danza el lunes a las 5:00pm"

Al parecer seria un interesante y movido comienzo de semana...

QuiméricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora