El reloj.
Despertó a Cordelia con el ruido, sus ojos se abrieron lentamente, recordaba la noche anterior, se quedó dormida en los brazos de su primer amor, había sido una gran cita, y amaba el hecho de que a Eric también le había gustado.
Se preparó para ir a la escuela, Eric pasaría por ella como ya era costumbre así que no planeaba llegar tarde. Bajo con una sonrisa y esperaba que fuera un buen día, pero en realidad termino siendo todo lo contrario..
Cuando bajo su madre tenía una expresión seria. Cordelia se preocupó un minuto, creyó que su madre quizá había visto a Eric dormido con ella y había mal interpretado la situación.
Sin embargo, no fue eso la razón de su molestia, en realidad su madre ni siquiera los había visto.
-Buenos días mamá -saludó ella sonriendo un poco para liberar la tensión.
-Buenos días -contestó su madre algo seca.
-¿Está todo bien? -preguntó Cordelia algo insegura.
-Si es solo que... tengo que hablar contigo.Cordelia comenzó a ponerse nerviosa, pocas veces su madre lucia tan seria como en ese momento, y esto quería decir que en verdad sería un motivo serio.
-Tu padre quiere que pases navidad con él.
Cordelia se quedó pensando... ¿En serio? Después de no buscarla, no preguntar por ella, desentenderse ahora ¿quería regresar como si nada a pasar las fiestas?
Cordelia no solo estaba molesta, estaba triste, no podía creer cómo era que se manejaba su padre con ella, al final siempre pensaba que se había acostumbrado, pero nunca dejaba de sorprenderla.
-¿Tengo que ir?
-Solo si tú quieres -respondió su madre con una sonrisa triste en el rostro.Y es que había algo que nadie sabía, ni siquiera su madre, pero gracias a su padre Cordelia jamás había querido una relación amorosa, porque pensaba "como si el hombre que es mi padre, al que por ley debería amarme como soy, no lo hace, alguien externo va a soportarme y quererme como soy".
Y es que los problemas paternales que podrían parecer superficiales o un simple berrinche, en realidad tienen mucho más de fondo.
Por eso Cordelia siempre se sintió insuficiente, es por eso que nunca dejo que nadie se acercara, porque pensaba "¿como alguien va a quererme si alguien en esa regla básica como lo familiar no lo hizo?"
Cordelia miró a su madre y asintió, escuchó cómo tocaban el timbre y simplemente se dirigió a la puerta.
-Hola bonita -ese lindo chico, ese que había roto la regla por un minuto estaba parado frente a ella con un hermoso girasol y la sonrisa más linda que tenía.
-Hola bonito -dijo ella intentando sonar y sonreír convincente, no quería hablar con nadie sobre el tema así que trataría de verse lo mejor posible ante todos.
Eric notó algo extraño en ella, pero no quería preguntar tan pronto, no estaba seguro si tenía algo o quiza él estaba mal interpretando su comportamiento.
De camino a la universidad Eric al fin habló.
-Te veías muy linda ayer, me fui antes de que llegara tu madre, no quería meterte en problemas, pero me sentía tan cómodo contigo que por un momento quise correr el riesgo de quedarme.
-Fue lindo, en realidad dormí muy bien, gracias por quedarte conmigo, lo necesitaba... -Cordelia suspiro algo triste mientras miraba por la ventana el camino, no podía sacarse de la mente todos los pensamientos sobre su padre y a decir verdad su autoestima bajaba considerablemente con eso.
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Quimérico
RomansaEn un mundo como este, tristemente lleno de malicia y malas intenciones, personas que han perdido la sensibilidad, la cordura, los valores, la honestidad, la empatía... Las mismas personas que le han quitado el valor al único sentimiento más fuerte...