~14~

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Lo que restó del año Harry no volvió ni siquiera mencionar a Draco.

Cuando sus amigos le preguntaban, él cambiaba de tema, cuando se cruzaba con el rubio miraba para otro lado.

Pero lo extrañaba, o al menos extrañaba tratar de llamar su atención, o pensar cómo hacerlo.

Y sus amigos se habían dado cuenta de eso, por eso le insistían que era inútil alejarse cuando había avanzado unos pasos. Pero Harry era muy terco.

El único alegre con la situación era Neville, quién defendía a Harry dándole la razón al alejarse.

Harry vivía en monotonía, por más que estuviera con sus amigos, haciendo deberes, o practicando Quidditch para postularse como buscador, no estaba realmente ahí.

Y eso preocupaba a sus amigos, ya que comenzaban a sospechar que lo que sentía el pelinegro era algo más que simple cariño de amigos.

Para empeorar las cosas, ahora parecía que Draco y Harry se cruzaban más seguido, en los salones, en los pasillos, en el comedor.

Incluso, en un par de ocasiones Ron notó que el rubio estaba mirando a Harry con una sonrisa, y que el pelinegro al verlo simplemente se iba en la dirección contraria.

Luego se le hacía muy complicado encontrar a su amigo, pero cuándo lo hacia tenía los ojos colorados, como si hubiera llorado.

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Las vacaciones llegaron, luego de los exámenes los chicos por fin pudieron respirar.

Harry había vuelto a casa, decidido durante esos meses olvidarse completamente de cierto rubio.

Pasaba la mayor parte de su tiempo con Sirius y Lupin, o con la familia de su padrino, que ahora era su familia también, adoraba estar con Regulus también.

Se mantenía ocupado la mayor parte del tiempo, pensando en todo menos en Draco.

Visitaba a Luna o a Ron, e ignoraba los comentarios de ellos sobre Malfoy.

Todos los que lo rodeaban se dieron cuenta de que algo no iba bien.

Y aunque insistieran, Harry siempre decía que estaba perfecto.

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Para su cumpleaños el chico invitó a Hermione, Ron y Luna.

Emocionado les mostró el libro que le regaló Lupin, y la cámara de fotos instantáneas que le dio Sirius, agradeció a sus amigos por los regalos, y se tomaron muchas fotos para colgar en su habitación.

Decidieron hacer una pijamada, mientras preparaban todo, una lechuza entró por su ventana dejando un paquetito en su cama.

Al abrirlo descubrió que era una escoba pequeña que al volar dejaba una estela de brillo, y una nota felicitandolo por su cumpleaños sin firma.

Pero Harry sabía de quién era, él conocía su letra, con el ceño fruncido tomó ambas cosas y las guardo dentro de un cofre, el cuál metió en un cajón de su cómoda.

Se disculpó con sus amigos un momento para ir al baño, donde comenzó a maldecir a cierto rubio.

Sus amigos escucharon, y se enojaron, se enojaron demasiado.

Pero entendían el regalo, ya que Harry para su cumpleaños también le había dado uno, era una Snitch, con la promesa de no rendirse, lo que justamente  hizo.

~¤~

Había comenzado otro año escolar, y parecía que Harry había olvidado completamente a Draco.

Ya que no lo miraba, evitaba cruzarlo, si lo nombraban no hablaba, hacia de cuenta que no existía.

Pero su conciencia le repetía constantemente haz que tu corazón crea, pero sos un mal mentiroso.

Y el chico se maldecía, porque sabía cuál era la verdadera razón de su insistencia en olvidar al rubio.

No entendía sus sentimientos, y no quería dañarlo.

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Luego de unas semanas, en las que todo el mundo notaba la tensión entre Malfoy y Potter, sucedió algo que derramó la gota del vaso para Hermione.

Estaban todos sentados cerca del lago negro, Harry muy concentrado trataba de retratar un fenix.

Cuándo de pronto, un pequeño carraspeo llamó la atención de todos.

—Hola— Había dicho Draco mientras jugaba con sus manos, Harry regresó su mirada al dibujo. —Tienes talento Harry.

Era un susurro pero la voz del rubio se escuchaba. "Ajá" respondió Harry, "gracias" dijo mientras terminaba de pintar el ave.

—¿Puedo hablar contigo?— Había preguntado el rubio, mientras sentía como todos los amigos de Harry lo miraban de una manera muy poco amable.

Harry escribió algo debajo de su dibujo,  se paró y se acercó a Draco, dándole esperanzas al rubio.

Pero en cambió Harry dijo "No, no puedes" y le dio el dibujo, luego se marchó de allí.

Al ver el dibujo, Draco pudo leer Soy Potter para tí.

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Pero el rubio no se rendía, siempre que podía trataba de hablar con Harry, todas esas veces era rechazado por el pelinegro, y nadie entendía nada.

Pero la que más harta de todo el asunto estaba era Hermione, ya que sabía que por culpa del rubio Harry sufría.

Ella se había dado cuenta de que el pelinegro cada vez que veía a Draco tratando de llamar su atención, sonreía levemente, pero luego lo rechazaba, y desaparecía por horas.

Una tarde esperó que el rubio saliera del salón de clases, lo tomó del brazo y lo llevó afuera.

Allí lo soltó y le dio un puñetazo en la nariz mientras le gritaba que era una maldita cucaracha.

—¿Qué es lo que buscas lograr?— Preguntó la chica mientras veía, sin remordimiento, la sangre que salía por la nariz del rubio.

—Nose de que hablas— Respondió Draco haciendo una mueca.

—No soy idiota Malfoy, puedo ver cómo miras a Harry, o los intentos fallidos por llamar su atención, si haces esto para lastimarlo te juro por Merlín que yo misma voy a encargarme de ...

—¡Me gusta!— Gritó Draco antes de que la castaña complete su amenaza— ¿Ok? Yo... yo en serio no quería alejarme, pero para eso debía decirle una verdad, una verdad dolorosa, y tenía miedo de que luego de saberla ya no me quisiera, así que preferiría...

—Que él mismo se alejará de tí, pero te diste cuenta de que te gusta, incluso más que eso ¿no?— Completó Hermione por Draco.

El chico triste miraba el suelo, mientras suspiraba y asentía.

—Todo lo que hiciste fue para que él no te odie, yo no veo la razón de porqué lo haría. Pero siempre te gustó, yo veía como lo mirabas, como si fuera lo más genial del mundo, siempre lo cuidaste, y ahora, ahora te das cuenta de que te gusta, y no podes dejar las cosas así.

Dijo Hermione comprendiendo todo.

—Amor a primera vista, el más poderoso, sobretodo en almas gemelas, para los magos es algo muy elaborado y difícil de ignorar.— Ron apareció detrás de la chica, él había escuchado todo, y le sonreía triste a Malfoy.

Ambos chicos le dijeron a Draco que no se rindiera, que ellos tratarían de convencer a Harry, al menos para que pudiera contarle la verdad.

El rubio sonrió mientras decía que ahora que entendía ese sentimiento, no se iba a rendir.

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Holi!!

Omg,omg, estoy shippeando fuerte con mi historia chicks, no puedo creerlo ahhh.

Orfanato Mágico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora