~19~

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Harry corría hacía la cancha de Quidditch, mientras le suplicaba a sus amigos que se alejarán.

Estaba por perder el control, lo sentía, él sentía como la corriente corría por su piel, era magia, magia descontrolada, sabía que iba a estallar, y no quería que sus amigos salieran dañados.

"¡Váyanse!" "Por favor, aléjense" "no quiero dañarlos"

Exclamaba el chico desesperado, se estaba cansando de tanto correr, pero debía ser rápido, y alejarse lo suficiente.

Sus amigos y Lupin le pedían que se tranquilice, que respirará, no iba a pasar nada.

Él no los escuchaba.

De pronto el niño chocó con una barrera invisible y cayó sentado.

Trató de seguir avanzando pero no podía, miró y detrás de él estaba Dumbledore, sentado en el suelo.

—Siéntate Harry por favor— Murmuró el hombre sonriendole.

El chico luego de decirle que era peligroso, y que estaba por estallar, notó que el hombre no iba a alejarse, así que se sentó mientras trataba de recuperar el aire.

Luego de un rato en el que Harry y Albus solo se observaban, el chico perdió la paciencia y le preguntó al hombre que buscaba lograr.

—No entiendo ¿por qué corres Harry?— Dijo Albus arrancando una flor silvestre mientras la miraba de cerca.

—No puedo controlar mi magia señor, va a estallar y no quiero lastimar a nadie— Respondió el chico observando la flor que tenía Albus.

—¿No puedes o no lo intentas?— Preguntó el hombre serio mientras jugueteaba con la flor.

Harry no respondió y el hombre sonrió.

—Te explico Harry— Comenzó a decir Albus levantando la mano sosteniendo la flor— Tú tienes total control de tu magia, tú decides si quieres que sea dañina— comentó mientras la flor en su mano sufría cortes — O quieres transformarla en algo hermoso— La flor se sanaba y volvía  a crecer mientras brillaba.

Puede ser mortal. Explicó Albus, mientras hacía que la flor se marchite.

Pero también puede ser vital. De la flor marchita salía una pequeña mariposa y volaba muy lejos de allí.

—Sea como sea, tú eres quien tiene el control Harry. Estás sobrecargado de magia, y está tiene que salir, pero tú decides cómo.

El chico luego de ver a la flor pasar por distintas etapas, sonrió, y se concentró.

Él no quería que su magia sea dañina, quería que sea hermosa.

Su cabello comenzó a electizarce, pero al abrir los ojos, no eran negros, sino que tenían destellos dorados.

Y entonces estalló, lanzando una brisa cálida mientras cientos de mariposas revolotean a su alrededor.

Las mariposas volvieron a estallar creando una nube de brillos plateados.

—Será cuestión de práctica y tiempo para que crees un ser vivo Harry— Comentó Albus mientras se paraba sonriendo.

Ayudó a Harry a levantarse y dejó que el niño corriera a abrazar a Remus y sus amigos.

Todos estaban sorprendidos, y maravillados ante la escena que presenciaron.

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Dumbledore le explicó a Harry que él tenía absoluto control de su magia, que no era al revés.

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