Culpa

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Mi teoría del caos se resume

Básicamente a la catástrofe que

Generan mis labios al rosar levemente tu cuello

Jairo A. Torres

"-No

-¿Por qué no?"

-Maldita sea- "porque no quiero en este momento" ¿Por qué nunca fue capaz de pronunciar esas palabras? se preguntaba mientras caminaba hacia su apartamento- nunca más, te lo juro –dijo llevando una mano a su pecho tratando de apagar la sensación de vacío, esa maldita angustia contenida que no permite ni llorar ni estar en paz.

«Nunca nadie será lo suficientemente atractivo o valioso como para volver a doblegarme» se decía molesta por estar recordando cosas sin sentido.

Tendido en el piso de su oficina con la mirada perdida y una erección aun latente, Daniel se encontraba procesando todo lo que acababa de suceder, cuando alguien más abrió la puerta para encontrarlo en esa extraña situación.

-Wow ¿Qué rayos? – Si había algo que el hombre definitivamente no esperaba era ver a Daniel en esa situación.

- Sabes venía con la duda de ¿Por qué acaba de salir una pequeña chica a toda velocidad! -decía elevando su tono con cada palabra haciendo notar su descontento- pero al verte en esa posición me empieza a preocupar la respuesta.

-Gustav, soy un imbécil- Por más que lo pensaba, Daniel no lograba entender las cosas ¿qué clase de reacción era esa, que significaban las palabras de Alexa?

Y peor aún sin importar lo frustrado que estuviera nunca debió comportarse de esa manera, aun con la actitud cínica que Alexa estaba tomando, en ningún momento le insinuó nada, de hecho; el que haya tratado de mostrarse comprensiva ante la situación, de ninguna manera fue una invitación. Uno tras otro esos pensamientos taladraban su cabeza con insistencia.

«Pero sus palabras, esa no era la reacción típica de una mujer en esa situación ¿o sí?» por más que lo analizaba no podía terminar de entender lo que sucedió.

-Daniel, por favor no me digas que hiciste una tontería tan grande como...-

-¡No! Pero casi. ¡Maldita sea! – decía Daniel sin dejar que su amigo terminara de hablar. Al mismo tiempo golpeaba el piso con coraje y arrepentimiento, mismo que ayudaba a disminuir poco a poco su erección y remplazaba la excitación con culpa.

- Carajo Daniel ¿Cómo pudiste hacer algo así? ¿Cómo se te ocurre? ¿y las modelos? Tú sales con esas chicas todo el tiempo ¿en qué momento pasaste de ser un playboy a un maldito acosador? ¿Qué te pasa? jamás te creí capaz de algo así ¡es una empleada! ¿Qué demonios pasa contigo? Carajo ¿si quiera es mayor de edad? ¿si sabes que podría demandarnos por esto?

Gustav apenas podía contener la indignación de saber lo que su amigo acababa de hacer.

-Maldita sea, ya lo sé Gustav todo eso ya paso por mi cabeza también, yo no soy esa clase de persona, pero no sé qué demonios me paso, no sé cómo pude perder el control de esa manera y ya me siento bastante culpable por mí solo, gracias. Y si es mayor de edad ¿Cómo si no estaría trabajando aquí estúpido?

Los ánimos y las voces de ambos hombres se elevaban, pero al ver a su amigo notablemente perturbado Gustav decidió bajar el tono para llegar al fondo de todo.

-Bien, porque te conozco te creo Daniel, pero necesito saber cómo es que todo esto paso.

-Ella no es una persona normal Gustav – Daniel se recompuso tanto como pudo y se acomodó en su sillón, pero tanto sus palabras como su postura, con la cabeza mirando al piso, demostraban la imagen de un hombre derrotado.

-No voy a mentirte, me alivia un poco ver que no estas orgulloso de lo que acabas de hacer, ahora explícame que pasó para ver cómo podemos arreglar este asunto.

-¿Por dónde empezar? creo que le origen de todo esto, fue un incidente que ocurrió en los baños hace unas cuantas semanas.

Daniel relato a Gustav todo lo que había sucedido con Alexa, desde el momento en que la vio en los sanitarios, la prenda de encaje, la cena, el lascivo interés que Demian empezaba a mostrar en ella, hasta lo sucedido minutos antes y su desconcertante reacción.

-Cielos Daniel ahora no se si reírme o sentir pena por ti- Gustav meditaba las palabras de Daniel mientras servía un vaso de tequila para cada uno.

-De verdad quieres tomar tequila en este momento, te recuerdo que esa botella es bastante fuerte.

-Bueno tu situación también es bastante fuerte amigo. Dependiendo de cuál sea la postura de ella té podrías haber metido en un enorme problema, es decir, es ella no parece haberse insinuado en ningún momento.

-Pero tienes que admitir que lo que dijo después de lo que paso fue bastante confuso, no entiendo nada carajo.

- Si eso es verdad fue un discurso muy... peculiar, y ¿tienes idea de que vas a hacer ahora?

-Por supuesto que no, para ser sincero esperaba que después de contarte todo, tu tuvieras una idea-

- Jajaja ¿De verdad esperas que yo arregle tu desastre? –

-Esperaba que por lo menos pudieras ayudarme un poco, para ser sincero, agradezco que seas tú el que me encontró y no Demian o Vincent-

-Es verdad, esos sinvergüenzas no te habrían perdonado la burla por ningún motivo.

-Ni lo digas, en momentos como este me pregunto cómo un santurrón como tú puedes seguir siendo nuestro amigo.

-Pff santurrón yo ¿quién es el rarito que se la pasa rescatando personas en desgracia?

-Cállate, solo ha pasado dos veces.

-Bueno como sea cuando uno está seguro de lo que es, puede arriesgarse a pasar por la mierda de vez en cuando sin salir embarrado.

-ja, tampoco eres tan genial.

- No, pero soy mejor que ustedes -decía Gustav bromista y altanero.

-Si, lo eres- Las palabras de Daniel llevaban un poco de nostalgia, nunca se lo dijo, pero siempre admiro su determinación y capacidad de saber lo que quería e ir por ello, como hizo con su familia.

Lo cierto es que Daniel nunca había experimentado un sentimiento tan fuerte que lo impulsara a hacer lo mismo que su amigo, por el contrario, él estaba bastante más cómodo con su libertad.

-Entonces ¿me vas a ayudar?

-Francamente no tengo idea de cómo amigo, pero suponiendo que la chica no decida demandarte tal vez puedas enviarla unos días a trabajar en la obra en lo que se te ocurre algo supongo que no vendría mal el apoyo de un diseñador de tiempo completo inclusive podría servirle a ella, no creo que lo rechace.

-Suena bien, así podría incluso mantenerla alejada de Demian en lo que se me ocurre que hacer.

-jajaja, ¡Demian! A caso ¿Estas celoso?

-No lo sé Gustav, en este momento no tengo idea de nada, pero la sola idea de que Demian trate de acercarse a esa chica me causa dolor de cabeza.

Los celos nunca habían formado parte del vocabulario de Daniel por lo que sentirlos por una chica que apenas conocía le parecía realmente improbable, pero mientras no definiera sus emociones no quería correr el riesgo te tener a su amigo merodeándola.

Una Aventura con el jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora