I'll take you to the hell

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Nerviosa y emocionada, Alexa entraba a la habitación con Daniel y miranda, se había estado preparando toda la noche para este momento y ahora iba a aprovecharlo al máximo.

-Saben, lo estuve pensando mucho y me emociona esto de estar los tres juntos, así que quiero probar algo más.

-¿Qué quieres probar? – preguntaba Daniel sonriente y enternecido por la expresión de emoción de Alexa.

-Quiero ser una dominatrix o algo así, nada demasiado salvaje –decía ella sonriendo.

"Mierda" era como si los pensamientos de miranda y Daniel se hubieran conectado, los ojos de ambos se abrieron grandes por la declaración de Alexa y ambos tragaron saliva, incapaces de pensar una respuesta y también incapaces de decirle que no a la curiosa criatura que estaba frente a ellos.

-¿Puedo?

Aun impresionado, Daniel respiraba profundamente antes de responder -lo que tú quieras- "solo espero que no me mates" pensaba el después de dar su respuesta recordando la pequeña platica que tuvo con Gustav por la tarde.

-¿Y tú si quieres? –preguntaba Alexa a Miranda

-Bueno ¿a qué se viene a esta casa? Si no es a experimentar –Respondía miranda preguntándose como Alexa podía seguir viéndose tan tierna después de haberles dicho lo que quería.

Después de aceptar, Daniel y Miranda comenzaron a devanarse la cabeza pensando en que es lo que querría hacer, lo que no sabían, era que mientras ellos daban su función Alexa había estado seleccionando algunas cosas con ayuda de uno de los asistentes.

-Bueno tú mandas entonces- decía Daniel esperando no arrepentirse de sus palabras.

-Primero quiero un beso - decía ella alzando sus brazos hacia Daniel.

Al cargarla él sintió que querer a esa chica era algo indescriptible ella parecía ser un libro abierto algunas veces, era tan transparente que su rostro reflejaba cada emoción, pero aun así cada reacción suya era tan inesperada, como desde aquella vez en la oficina y hasta ahora ella no dejaba de intrigarlo porque siempre había algo más que descubrir de ella.

-Bien ahora quiero que se desnuden y se acuesten en la cama boca arriba.

Lo primero que hizo fue vendar sus ojos, luego con calma ato las manos de cada uno a un lado de la cama con una cinta de seda, la habitación estaba ambientada por el ligero sonido de "take you the hell" que Alexa tarareaba mientras los ataba.

"If you're gonna treat me right
I'll take you to heaven every night
But God forbid you leave me by myself
I'll take you to hell, take you to hell"

-Por favor dime que eso no es una amenaza –susurraba Daniel con una sonrisa nerviosa.

-Aun si te llevara al infierno te gustaría –respondió ella antes de darle un pequeño beso en la boca -también a ti te va a gustar –decía dirigiéndose a Miranda.

-Ok, admito que esto es inesperado, pero confió en ti.

De pronto ambos sintieron como las manos de Alexa comenzaron a recorrerlos desde el cuello hacia la parte inferior de sus cuerpos, su mano era pequeña y cálida y su toque era delicado como si una pluma se estuviera deslizando sobre ellos, su piel comenzó a erizarse haciéndolos sentir escalofríos. Por momentos sus manos parecían querer detenerse en alguna parte de sus cuerpos y masajearlos, pero no lo hizo, solo los recorría de arriba abajo ejerciendo un poco de presión de vez en cuando, los roces que tenía con los miembros de ambos comenzaron a ponerlos ansiosos, tanta suavidad se había vuelto como una tortura, deseaban que los tomara con fuerza, que los presionara, inclusive que los azotara, pero al mismo tiempo no querían que dejara de tocarlos como lo hacía. Poco a poco sus caderas comenzaron a moverse casi con voluntad propia como reclamando o más bien suplicando que los tomara con fuerza, después de sentir que sus cuerpos comenzaban a reaccionar por sí solos tomo un hielo en cada mano y los dejo derretirse un poco para que las gotas de agua helada les cayeran en el pecho y abdomen. En ese momento ellos soltaron su primer gemido.

-Abre la boca – le decía a Miranda con un tono un poco autoritario– muerde -después de colocar el cubo de hielo entre sus dientes.

Para ese momento ni Miranda ni Daniel eran dueños de sí mismos, habían quedado totalmente a su disposición. Con su mano helada comenzó a masajear uno de los pechos de Miranda y entonces ella arqueo la espalda y soltó otro leve gemido, a Daniel en cambio le coloco el cubo en uno de sus pezones por unos segundos y luego de asegurarse de que estuviera bien frio soltó el cubo y lo sustituyo con su boca, la calidez que ahora sentía, comparada con el frio de antes era una sensación extraña y extremadamente placentera.

Ella estuvo jugando con la temperatura de sus cuerpos por un rato hasta que sintió cuanto les estaba costando contener sus cuerpos, lo primero que hizo fue concentrarse en Miranda, se colocó un arnés y en segundos Miranda comenzó a sentir tanto los movimientos de Alexa como sus manos atacando su miembro, por alguna razón tener las manos atadas la hacía excitarse aún más y entonces comenzó a sentir los espasmos que indicaban el clímax. Alexa separo una mano del miembro de Miranda y con la otra comenzó a hacer una ligera presión sobre el hueso de la cadera y entonces la hermosa diosa transgénero no pudo más y entre espasmos y gemidos exploto en un convulsivo orgasmo, que sin entender bien como, la dejo totalmente agotada, así que Alexa la desato para dejarla reponerse.

Era el momento de Daniel, Alexa se quitó el arnés y se acomodó para darle suaves mordiscos por todo el dorso, le besaba el cuello mientras trataba de acomodarse.

-¿Estas listo? –preguntaba ella después de besarlo apasionadamente.

-Si –dijo él secamente tratando de contener su desesperada necesidad de tocarla.

Ella se acomodó y dejo que el miembro de Daniel entrara en su cuerpo de un solo golpe y esa sensación era estremecedora para él y mientras Alexa se movía, él se convulsionaba y trataba de contenerse de hacer demasiados sonidos, entonces ella se detuvo y se acercó al rostro de Daniel.

-También a las mujeres nos gusta escuchar los gemidos de los hombres, así que si te sigues conteniendo no te voy a dejar terminar –acto seguido ella comenzó a moverse con mayor rapidez y luego se detuvo de golpe nuevamente, se levantaba hasta casi sacarlo y aplicaba un poco de presión, luego bajaba de golpe para después volverlo a sacar y continúo torturándolo hasta que el poco a poco dejo que los sonidos salieran de su boca y conforme los sonidos de Daniel. aumentaban ella también se movía con más velocidad, hasta que el cuerpo de Daniel se tensó, se agarró fuerte de sus ataduras y no pudo evitar robarle a Alexa el control de los movimientos hasta por fin terminar.

Cuando todo termino Alexa lo desato y el inmediatamente la envolvió en sus brazos. Sudado y agitado la presionaba con fuerza para no dejarla escapar.

-No sé si caíste del cielo o te escapaste del infierno, pero no pienso dejarte ir, solo deja que me reponga y entonces será tu turno pequeña -la respiración de Daniel era acelerada y sus latidos tan fuertes que ella podía sentirlos. Él la mantenía sujeta, pegada a su cuerpo mientras le daba tiempo a su mente para procesar lo que acababa de pasar, pero una parte de él parecía no necesitar tanto tiempo para reponerse y Alexa pudo sentir los espasmos de la cálida erección de Daniel tratar de abrirse paso entre sus piernas.

Después de que Miranda y Daniel estuvieron repuestos se dispusieron a compensar el tratamiento que Alexa les había dado, aunque ella no abandono su papel y aun los hizo experimentar unas cuantas cosas más, hasta que después de un par de horas los tres quedaron totalmente agotados y tendidos en la cama.

Una Aventura con el jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora