IV - Trabajo juntos

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Un par de semanas ya han pasado desde que la demonio se vió forzada a cumplir con su nuevo trabajo temporal para reforzar los recién formados lazos entre su fundación y la fundación de quien ahora era su no-querido compañero de cacería casi obligatorio.

Así es, han estado trabajando juntos.

La demonio siempre busca divertirse con sus cacerías, pero su compañero nunca le deja disfrutar las cacerías pues noquea a los objetivos y se los lleva, así sin más.

Aún así ambos habían comenzado a conocerse y así. Aunque era algo forzoso sacar tema de conversación cuando duermen casi uno al lado del otro.
Digamos que el dormir en dos habitaciones, una al lado de la otra no es muy agradable.

Menos para alguien tan solitaria como _____ Azazel Prometeus.

Ahora mismo ambos estaban en una cafetería esperando alguna señal de un nuevo objetivo.

Era un ambiente callado y un poco tenso, pero al menos no era un aura de muerte como lo fue los primeros días.

La mayor estaba bebiendo con calma una malteada de chocolate con sus piernas cruzadas, mientras el sujeto cabeza con forma de nube bebía un batido de fresa.
La mujer, como era de esperarse atraía la atención de todos los hombres que pasaban frente a la cafetería. Algunos la reconocían por ser la mejor cazadora de monstruos en toda América -y probablemente en el mundo-, otros la conocían por sus participaciones en muchos eventos importantes… y otros simplemente se quedaban babeando ante tan perfecta figura.

Más de uno seguro se lanzaría a besarla si no fuera porque estaba con alguien más.

Aún así la demonio no hizo o dijo nada. Estaba tan acostumbrada a que todos la envidiaran que simplemente las miradas le daban igual.

Es más, probablemente le dolería si no le vieran con lujuria.

Updyke notaba todas las miradas morbosas a la mujer, algo que le molestaba bastante ya que muchas mujeres comenzaron a mirar con odio a la cazadora, además que otras empujaban a sus acompañantes para irse de ahí.
Encima resultaba molesto que muchos le miraban a él con caras de envidia y celos, como si fuera su culpa que no pudieran tener una noche de lujuria con tremendo bombón.

Aún así suspiró y los ignoró todo lo que pudo.

– ¿No te molesta que te miren así? – dijo, rompiendo el silencio.
– ¿Hmm? Ah, no. Ya estoy acostumbrada, es típico que los hombres me miren así. –
– ¿Porque tienes buen cuerpo o porque eres famosa? –
– Ambas honestamente. Digo, no me importa que me vean. Mientras no intenten nada estúpido está bien. –
– Ajá… –
Mmhm. –

La demonio volvió a sus asuntos de drenar cada gota de vida de su deliciosa malteada en lo que la nube volteaba a ver la cafetería.

Las opacas ventanas marrón apenas dejaban ver el interior. Estaba un poco llena, apenas habían un par de mesas desocupadas dentro.
Las camareras se movían de lado a lado, mientras el mesero subía las escaleras para ir al segundo piso.

Era un trabajo algo pesado, pero bastante disfrutable sin duda.

¿Qué hubiera sido de él si fuera camarero?

Bueno, no tendría un departamento en la zona rica de la ciudad, eso seguro.

Pero… ¿Tendría amigos? ¿Mejores amigos?

⭔O.M.C.A. (Updyke × Reader)⭔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora