🔗T R E I N T A Y C I N C O🔗

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Yugyeom cerró con suavidad la puerta de su recámara con JungKook que a penas había despertado algo desconcertado, dejándolo solo para que pudiera reponerse pues su mente seguía nublada.

Por el otro lado, el perrito lo habían llevado al veterinario y después a un refugio para que alguien pudiese adoptarlo.

Kim estaba realmente enojado, no sabía nada de un chico con cabello verde, omega que quisiera hacerle daño a JungKook y como sabía tanto, claramente su padre estaba detrás de todo y eso era lo que le preocupaba.

Su padre sabía mucho.

YoonGi estaba en la sala, irritado por su impotencia de no haberse dado cuenta antes y haber tardado tanto tiempo en ir a ayudar a JungKook.

—Ya despertó... pero, aún está mareado —Musito el azabache bajando las escaleras para sentarse con el alfa. —¿No recuerdas algo más?...

—No le vi la cara... tsk —Sus dientes hicieron un chirrudo. —Yo... ah, soy patético —Vocifero mirando al piso. —Casi mata a Jungkook y ese perrito hizo de más ayuda que yo

Yugyeom se sentó a su lado después de que una de las chicas dejará dos tazas de té frente a ellos haciendo una reverencia antes de irse.

—Pero si nadie hubiera estado con él, no le habrían ayudado... muchas gracias hyung por haber estado con JungKook...

YoonGi suspiro con sus manos en sus bolsillos mirando la taza de té caliente, entrecerro los ojos y sin responder se la bebió toda, Yugyeom abrió los ojos como platos y casi escupe el líquido en su boca por la sorpresa pues realmente el té estaba ardiendo.

El rostro del alfa se tiño de rojo y luego se levantó decidido con su labio inferior temblando por la fuerte temperatura que acababa de recorrer su garganta.

—Yo... Ah —Suspiró bajando la mirada. —Vendré más tarde, iré a comprarle algo a JungKook,... además el quería estar contigo... gracias Yugyeom —Musito y luego salió de aquella gran casa dejando sin palabras al alfa que sólo lo miro desde atrás sintiéndose mal por YoonGi.

Últimamente creía que Min pensaba que desde su llegada a la vida del chico que consideraba su hermano, era un cero a la izquierda para el omega.

El azabache subió nuevamente las escaleras hasta la recámara abriendo con suavidad la puerta, encontrándose con un consternado Kook que picaba un trozo de gelatina de fresa levantando suavemente su pérdida mirada para ver a Yugyeom con sus labios resecos y entreabiertos.

El mayor se acomodó a lado del castaño desprendiendo sus feromonas en un intento por calmarlo besando su frente con cariño.

—¿Cómo te sientes amor? —Preguntó con suavidad acariciando su cabello peinandolo detrás de su oreja.

—Estoy... cansado... —Musito JungKook con un tono de voz a penas audible mirando su brazo que estaba pensado. —¿Dónde está?

—¿Quién bebé?...

—Yoonie y... el perrito —Se acurruco en el pecho de Kim esperando una respuesta mientras escuchaba su respiración.

—Al perrito lo llevaron a un refugio para que lo adopten... y, YoonGi salió un momento para comprar algo... —Corto un trozo de la gelatina y lo llevo a los labios del menor quien lo comió con lentitud.

—¿Volverá?...

—Dijo que lo haría

Kook asintió y se quedó un momento en silencio, aún se sentía mareado y creía que todo le daba vueltad.

—Gyeomie... mi lobo... él...

—Me llamo Kookie... —El mencionado lo miro completamente sorprendido. —Lo sé... lo sentí, de cierta forma sabía que estabas en peligro... te llamé muchas veces e incluso cuando iba a buscarte a la Universidad YoonGi llegó contigo

—Pero... ¿C-cómo?...

—No sé como te escuche ni tampoco como sentí lo mismo que tú Kookie... pero... sólo se que de una u otra forma, estamos conectados

—No tengo tu marca Yugy... —El menor bajó la mirada pero el alfa llevo su mano a su barbilla para levantar su rostro haciendo que lo mirara.

—Pronto la tendrás amor... pero, ahora sabes que no es necesaria que la tengas para que sintamos lo mismo...

Yugyeom poso sus labios sobre los de JungKook en un pequeño beso sin moverse solamente sintiéndose ambos el uno al otro.

Al separarse el menor finalmente lo abrazo con fuerza teniendo su rostro escondido en su pecho.

El contrario correspondió al gesto con una de sus manos entre las hebras del cabello de Kook para calmarlo pues sabía que su lobo aún seguía asustado.

El azabache dejo dulces besos en las mejillas ajenas siendo sumamente dulce con el menor.

—Ya estás conmigo Kookie... nadie te hará daño, no volveré a dejar que nadie más te lastime, te lo prometo

—Yugy... —La voz del omega se rompió.

—Te voy a cuidar amor... créeme que lo haré incluso mejor que antes

Star.

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