Sabine estaba sentada en su celda, sosteniendo el papel con fuerzas en su mano. El hombre que la torturaba abrió la puerta. - Ya es hora. - Dijo el hombre.
Ella lo mira. - Estoy lista. - Estaba muy calmada.
- Escuche. Solo quieren un poco de información. Ofrézcale algo, cualquier cosa.
- Gracias, pero prefiero morir.
- Entonces, ya no debes temer. Eres completamente libre. - Se fue dejando la puerta abierta.
Sabine quedo confundida. - ¿Que? - Se levanto y salio de la celda. Vio que había un hombre en el rincón del pasillo, pero no se movía. Cuando ella se acerco, descubrió que era un maniquí. Siguió su camino, hasta llegar a una puerta antigua que la llevaría a la Galería de las Sombras.
V entro a la habitación. - Hola, Savine.
- ¿Tú? ¿Eras tú?
- Si.
- ¿No era cierto? ¿Y el Quim...
- Lo siento, el destructor fue destruido. Su tripulación, todos fueron ejecutados. No se nada sobre Thrawn. Por fortuna, te vi antes que ellos.
- ¿Así que tu fuiste? ¿Tu me hiciste esto? ¿Que quieres de mi? ¿Tu me secuestraste? ¿Me torturaste? No te entiendo V. ¿Por que?
- Dijiste que querías vivir sin miedo. Desearía que fuera mas sencillo pero no lo era. Se que tal vez no me perdones. Pero tampoco te seria fácil de entender lo difícil que fue para mi hacer esto. Cada día veía en mi todo lo que ves en mi ahora. Cada día quería detenerlo. Pero cada vez que te negabas a rendirte, sabias que tampoco podría.
- ¡¿Pero que estas... ¡Estas enfermo!
- Pudiste haberlo detenido, Savine. Pudiste haberte rendido pero no lo hiciste. ¿Por que?
- ¡Déjame sola, te odio!}
- ¡Eso es! Al principio, también creí que era odio. El odio era todo lo que conocía. El odio creo mi mundo, me aprisiono, me enseño a comer, a beber, a respirar. Creí que.. moriría con ese odio en mis venas. Pero entonces algo pasó. Me pasó, como te pasó a ti.
- ¡Cállate! ¡No quiero oír tus mentiras!
- Tu propio padre decida que los Artistas usaban las mentiras para decir la verdad. Si, yo cree una mentira. Pero como tu la creíste, encontrasteis algo verdadero respecto a ti.
- ¡No!
- Lo que fue cierto en esa celda, es cierto ahora. Lo que sentiste ahí tiene todo que ver conmigo.
- ¡Ya no puedo sentir nada, ni miedo!
- No huyas de eso, Savine. Estarías huyendo de tu vidas.
Sabine empezaba a jadear por la situación. - No puedo respirar. - Ella cae al piso por la falta de aire, pero V la atrapa y la ayuda.
- Escúchame. Este podría ser el momento mas importante de tu vida, comprométete. Te arrebataron a tus padres. Te arrebataron tu hermano. Te arrebataron a tu hermana. Te pusieron en una celda y te arrebataron todo lo que pudieron, excepto tu vida. Y creíste que era todo lo que existía, ¿Verdad? Que lo único que te quedaba era tu vida. Pero no fue así.
- ¡Me mentiste! - Ella dijo llorando.
- Encontraste otras cosa. En esa celda encontraste algo que importa mas que tu vida. Porque cuando amenazaron con matarte al menos que le dieras lo que querían, le dijiste que preferías morir. Enfrentaste tu muerte. Mantuviste la calma, mantuviste la tranquilidad. Trata de sentir ahora lo que sentiste entonces.
- *jadeo* *jadeo* Me sentí...
- ¿si?
- Mareada. Aire. Me quiero ir. Me quiero salir.
- Hay un elevador, nos llevara a la azotea. - Ya arriba. Era de noche y había tormenta.
V se quito la capa para dársela a Sabine, pero esta no lo quiso. Directamente empezó a caminar por debajo de la lluvia. - Dios esta en las gotas. - Cerro los ojos y sintió como cian en su cabeza. Seguía caminando hasta el borde del edificio. Cuando V la veía, de por si se veía a si mismo. Recordaba la noche que se escapo. Tanto ella como él, en el pasado, habían levantado sus manos y gritaban, para disfrutar de su libertad, para disfrutar de una vida libre del miedo. *Trueno*
V estaba en la rockola y puso la tercera canción. Sabine, ya cambiada de ropa, se le acerco detrás. - V. Ya me voy.
- Hay ochocientas setenta y dos canciones aquí. Las he oído todas, pero jamas baile con ninguna de ellas.
- ¿No me oíste?
- Si.
- No puedo quedarme aquí.
- Lo sé. - La mira. - Bien. Ya no encontraras mas puertas cerradas.
- Pensé conservar esto, pero no me pareció correcto, sabiendo que eras tu. - Le entrega el papel con la autobiografía.
V toma el papel. - No lo hice. ¿Puedo mostrarte algo antes de que te vallas? - Ella asiente.
V la llevo a una habitación, donde encontraron un altar y el poster de una película. - "Las Salinas". Era real.
- Si.
- Es preciosa. - Dijo Sabine viendo la foto de Valerie en la portada. - ¿La conociste?
- No. Escribió la carta poco antes de morir. Y te la hice llegar como ella me la hizo llegar a mi.
- Pero entonces fue cierto.
- Si.
- Estabas en la celda junto a ella. Y es de lo que se trata todo esto. Te estas vengando por lo que le hicieron a ella. Y a ti.
- Lo que hicieron me creo. Es un principio de todo el universo, una acción crea una igual y opuesta.
- ¿Así es como lo entiendes? ¿Como una ecuación?
- Lo que la Republica me hizo fue monstruoso.
- Y la Republica creo a un monstruo.
- ¿Sabes a donde iras?
- No. Eso pudo asustarme antes, pero... Supongo que debo agradecerte. - Ella le abraza. - Gracias. Hasta pronto. - Dejo de abrazarlo y dejo el edificio. Sabine volvió a caminar por la misma calle, donde camino la noche que la asaltaron casi mas de medio año atrás. V se quito la mascara y la lanzo a su espejo. Se sentó en su silla y puso sus manos sobre la peluca, empezó a llorar por recordar su pasado.
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Sabine en el Imperio - (rebels - Fanfiction)
Science FictionRecuerda, recuerda, ese cinco de Noviembre. Pólvora, traición y complot. Nadie puede decir que espantosa traición, en el olvido quedo. ¿Pero quien era el hombre? Se que su nombre era Guy Fawkes, y se que hace cuatro siglos, intento derribar el edifi...