06. SILLY HOPE

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06. SILLY HOPE


              Park Jimin perpetraba un avance sigiloso, a paso calmado y serena respiración. Al contrario de su interior, él se mostraba extremadamente tranquilo. Por dentro, sin embargo, se sumía en un alterado mar de nervios, dudas y cuestiones que le habían estado carcomiendo la consciencia desde que vió a su ex novia atravesar las puertas del auditorio aquella mañana.

Desde ese momento que había estado inmerso en una especie de shock, donde el único núcleo de todas esas extrañas sensaciones encontradas era nada más ni nada menos que la mismísima Bak Cleo.

Hace un rato que había salido del taller con los chicos, y decidió quedarse unos minutos más para esperar a Nayeon, ya que ambos acordaron irse juntos. Pero ahora, todos esos planes se volvieron completamente nulos ante éste repentino encuentro. Ante Cleo.

Simplemente no podía creerlo. Y si debía colocar en palabras como se sentía, sería pues una tarea imposible.

Incluso ahora mismo, mientras se dirigía a ella, y la veía a lo lejos, en su estómago se formaba un nudo rebosante de inquietud. Aún más, observando el lugar donde se encontraba.

Aquel árbol de cerezo, uno de los tantos que abundaban en el campus. Más, no se trataba de un sitio cualquiera, ya que había significado el comienzo de la historia entre ellos dos; había sido exactamente ese el lugar donde Park Jimin le había pedido que sea su novia. Y eso solo fue el comienzo, porque a partir de ese día, se reunirían en numerosas y constantes ocasiones bajo esa tupida copa repleta de flores, en aquella madera vieja caoba del banco donde solían sentarse a observar la vida flotar frente a sus ojos.

Los recuerdos habían comenzado a bombardear su mente de forma despiadada. Uno tras otros, como flashes, sin siquiera darle tiempo a asimilar realmente todo lo que estaba sucediendo. Y al mismo tiempo eran dolorosos, una antigua reminiscencia de algo que se había ido, como los mismos pétalos del cerezo a sus alrededores, que se perdían en la magnitud del todo.

Jimin se detuvo al verla de cerca. Sus labios dejaron escapar un involuntario soplido de sorpresa, sus manos aferrándose a las asas de la mochila en sus hombros, y sus ojos analizando cada mínimo movimiento de su autonomía, como si quisiera confirmar que no se tratara de otro sueño traicionero. Uno de los tantos que había tenido desde el verano pasado.

Y es que, si así quisiera, podría confundirla totalmente con otra cruel jugada de su inconsciencia. Porque al vislumbrarla en detalle, se atrevía a afirmar internamente que Cleo aún seguía siendo una de las chicas más bonitas que había visto; en el banco, con sus piernas cruzadas, y su fija mirada en algún punto del campus, se veía indiscutiblemente perfecta. La remarcada fisonomía que poseía encerraba aquellos ojos de brillo tenue y delicado, cuya oscura infinitud se volvía más clara ante la luz del día. Con ello, un par de pómulos agraciados y ligeramente coloreados de un carmín agradable se alzaban a la par de los labios gruesos que largaban el hálito pendiente cada tanto.

Ver a Cleo siempre le había parecido majestuoso.

Y eso provocó que el pecho se le oprima aún más, con ese amargo gusto de una culpabilidad irrefutable.

—Ya deja de pensar tanto.

Escuchó su voz por fin. Inmediatamente, sus latidos se aceleraron, y algo en él aumentó el nerviosismo. Supo que aquellas palabras se atribuían a la forma en que la chica lo conocía tan bien, incluso luego de tanto tiempo.

Ella se volteó a mirarle, a labios plegados con una sonrisa jovial, le dió el asentimiento que necesitaba para saber que su presencia no molestaba y que, por consecuente, podía tomar el lugar que quedaba a su lado.

I COME BACK ━━btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora