11. WATCH THE WORLD BURN

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11. WATCH THE WORLD BURN

—Oh, estoy adorando ésto.

Wendy y Karina se adentraron en aquella habitación, y sus rostros se asemejaban a un poema.
El clóset de Cleo parecía salido de un auténtico film de moda; paredes blancas se revestían de percheros repletos de prendas de todo tipo, así como vestidos, pantalones, camisas, chaquetas, entre otros. Todo tipo de tamaños, formas, colores, y texturas invadían aquella diversa variedad. En el centro de la extensa habitación, habían especies de islas de mármol dónde calzados de -tambien- toda clase de modelos se exhibían a la vista. De la misma forma con bolsos, maletas, y un sinfín de accesorios de marcas reconocidas, evidenciando la calidad de cada producto.

Una vez más, no era demasiada novedad que Cleo sea poseedora de aquellos costosos productos. Desde siempre fue un hecho que su familia no contaba con un simple poder adquisitivo estándar. Más bien, en pocas palabras, se podría decir que poseían mucho dinero. Las empresas, acciones, contratos, propiedades, y todo con lo que contaban le permitía llevar ese alto y lujoso estilo de vida.
Es más, aquel departamento en el que se encontraban ahora, era parte de un costoso juego de edificios en una importante zona de Seúl.

—Había olvidado lo inmenso que era. —soltó Karina, apreciando con asombro el sitio.

Tanto las familias de ésta última, junto con las de Wendy, Seulgi, y el resto del grupo, tampoco se quedaban del todo atrás. Gozaban de un buen estatus económico, lo suficiente como para costear propiedades gigantescas, exuberantes viajes a todo el mundo, pertenencias caras, y mucho más. Aunque, la única diferencia es que la familia de Cleo se encontraba en la cima de la pirámide, si habría que describirlo de alguna manera. Ésta diferencia no era tanta, pero sí la necesaria como para que la envidia y ambición hagan de las suyas en contra de la familia Bak.

Porque sí, dichos clanes tenían mucho que ver en todo el calvario que había significado su desaparición.

Cleo rió por lo bajo, recostada sobre el marco de la entrada al clóset. —Los vestidos están en la esquina derecha, pueden elegir el que quieran.

Y sí, irían a aquella fiesta que Hoseok había dado a conocer en el chat grupal que poseían. Se trataba de un costoso club cuyos dueños -en parte- eran los padres de uno de los estudiantes de grados menores a ellos en la universidad, y seguramente compartían la titularidad del lugar con alguna familia del grupo mayor de amigos, lo más probable es que los padres de Cleo también sean dueños parciales del sitio.

No, no era mentira cuando se decía que aquellas familias poseían demasiado.

Ni siquiera sabían el nombre del organizador de la fiesta, pero tampoco les resultaba de suma importancia. Las tres invitadas no tenían la ropa adecuada para salir, y al principio se retractaron de la decisión de asistir por ésta misma causa, sin embargo, Cleo expresó que no tenía problema en prestarles ropa, y es por eso que ahora se encontraban eligiendo las prendas.

—¿Qué hay de ti? —inquirió Seulgi, colocándose a su lado. La joven se había quedado de pie, contamplando el lugar de igual manera.

—Buscaré algo en el armario de mi habitación, creo que lo tengo en mente.

Y así fue, dejó a las chicas en aquel sitio, permitiendo que puedan probarse y escoger lo que más cómodo le sentara, mientras que ella se marchaba hacia su cuarto para probar aquel vestido que había estado rondando en su mente.

En cuanto se lo probó, supo con toda la seguridad del mundo que esa prenda era la indicada; se trataba de una pieza satinada, de un intenso y oscuro rojo que brillaba con delicadeza a causa de su textura y composición, tenía pequeños breteles que recorrían sus hombros y acababan entrecruzandose en su espalda. No era largo pero tampoco demasiado corto, llegaba hasta un poco más abajo de sus rodillas. Ésto ultimo ignorando el pronunciado tajo a la altura de su muslo izquierdo, que dejaba a la relucir la suave y brillosa piel de su pierna. En la parte del dorso, el vestido se ajustaba a su cuerpo como si hubiera sido hecho a su exacta medida, remarcando con sutileza parte de su pecho, y las atractivas curvas que surgían por debajo de sus costillas, pronunciando una evidente y delicada cintura. En ella, ese vestido lucía realmente increíble.

I COME BACK ━━btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora