I COME BACK ━━bts

07. LIKE THE OLD TIMES

07. LIKE THE OLD TIMES

               Palabras que luchaban por salir. Que anudaban algo en su garganta, y allí ardían con el calor de mil soles. Que dolían, y desgarraban. Un horrible sentimiento plantado en el pecho, palpitando con fuerzas, y expandiendo toda esa condenada melancolía por cada molécula en su cuerpo.

Era doloroso.

Él se sentía así, Park Jimin parecía sucumbir ante esa auténtica angustia que había estado arremolinando en su interior desde aquella noche en la que ella, la chica que tenía a tan solo centímetros de distancia justo ahora, desapareció de la faz de la tierra.

Haberla escuchado decir esas palabras, entremezclandose con su "tonta esperanza" -como ella lo describió- de que él seguiría esperándola como si nunca hubiese sucedido nada, había sido el equivalente a un millón de cuchillos apuñalando sin piedad alguna su corazón.

Si fuera todo tan simple, y tuviera que dejar su consciencia en blanco, no dudaría en tomarla y asegurarle que una parte de él aún seguía debilitándose al escuchar su voz, observar su persona, y simplemente estar en su presencia.
Y de eso no cabía duda, lo supo incluso desde el primer momento en que la vió atravesar las puertas del auditorio. Algo se encendió, emergiendo desde lo más profundo de su alma.

Porque entre ellos yacía una historia, una herida... algo que no había tenido ese cierre digno. Un amor que jamás planeó ser acabado, una relación que se sometió a la obligación de ser olvidada y tachada de la mente de todos aquellos que habían tenido la dicha de contagiarse de su química. Ambos lo sabían.

Nunca se dijeron adiós.

¿Se había acabado realmente?

Y así, de la misma forma que aquello se le venía a la cabeza, la culpa comenzaba a carcomerle de forma tortuosa. Porque lo que él había hecho, fue una manera horrible de rasgar ese lazo tan puro y transparente que poseían. Había manchado y destruido todo lo que, con tanto esfuerzo, lograron construir.

¿Acaso ella lo sabía?

Era ahora o nunca. Iba a hablar, ni siquiera él sabía con exactitud lo que diría, pero sentía la necesidad de hacerlo. De lo contrario, las palabras atiborradas en su garganta acabarían por ahogarlo.

Sus labios se abrieron, decididos. El pardo de sus ojos escaneó con lentitud la expresión de Bak Cleo, que no se había atrevido a mirarle en ningún momento desde sus anteriores palabras.

—Cleo...-

—¡Jimin!

Abandonó todas sus intenciones. La dispersa mirada de una Cleo ensombrecida le provocó un pinchazo en el pecho. Pronto los orbes de su ex novia viajaron a sus espaldas, donde Jimin pudo saber con exactitud a quién pertenecía la voz que los había interrumpido de una forma tan inoportuna.

Se volteó, con el rostro formado en una mueca no muy agradable. Escaneó con desconcierto y contrariedad a la imagen de In Nayeon, que lo observaba con la intranquilidad misma surcando cada rincón de su ofuscado rostro, el cual -por cierto- se encontraba parcialmente cubierto con algunas manchas negras que parecían haber sido mal lavadas.

Se percató de los movimientos a su lado, lo cual le provocó volver a la posición anterior. —Cleo.

Ella ya se había puesto de pie, afirmando el agarre de su bolso, e inhalando incómodamente una gran cantidad de aire. Se le notó tragar con dificultad, y luego de negar lentamente, habló.  —Debo irme, Jimin. Ve con ella.

No, él sabía que ella no debía irse.

Se colocó de pie también, sobrepasando un poco la altura de la joven, por escasos centímetros. No le despegó los ojos de encima, cuyo brillos se notaban alarmantes, casi afligidos. —¿Hay alguna posibilidad de que podamos hablar luego?