18. LOST CASE

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18. LOST CASE

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Bak Cleo odiaba, con su alma entera, la vulnerabilidad.

No era el tipo de persona que se mostraría débil frente a cualquiera, que derramaría lágrimas estando en la presencia de alguien que no formara parte de su círculo íntimo. Era consciente que parte de esa coraza que llevaba a su alrededor era lo que contribuía a todo ese aura de confianza y seguridad que se arraigaba a su persona usualmente. Pues, desde joven había aprendido que mostrarse de manera frágil no haría más que otorgarle el arma de doble filo a todos aquellos que se propongan hundirla. Porque, en su cabeza, la vulnerabilidad era el sinónimo de la derrota. 

Así es que muy pocas personas habían llegado a presenciar sus momentos de quiebre. Además de sus padres, quienes siempre habían estado ahí para sostenerla cuando el mundo se le venía abajo, Jimin, Seulgi, y Jungkook habían sido quienes tuvieron -en muy pocas ocasiones- la oportunidad de verla llorar. De verla en los momentos donde nadie más lo hacía.

Y aún así, doblegarse emocionalmente frente a ellos le seguía significando algo tremendo. Porque había intentado convencerse de que la única persona que estaría ahí para consolarla no sería nadie más que ella misma, que no necesitaría de otro hombro para llorar.

Pero era difícil. Más aún en éstos tiempos.

Y es por eso que, cuando el primer sollozo impactó contra la chaqueta de Jeon Jungkook, que se había encontrado sosteniéndola firmemente hace ya un par de minutos, supo que el caudal de lágrimas que se avecinaba no podría ser detenido ni aunque quisiera.

—Hey...

Él se había limitado a no decir demasiado. Sabía que en éste tipo de situaciones, lo mejor era brindarle sus momentos y esperar a que ella decida contarle qué era lo que realmente sucedía.
Pero, si debía ser honesto, la preocupación que burbujeaba en su pecho no ayudaba para nada. Y tener que observarla de aquella manera, con el cuerpo temblando, el rostro pintado en pena, y la mirada inundada en desasosiego, le hacía pensar que algo muy malo había tenido que pasar para hacerle llegar a ese nivel de dolor.

Porque sí, a leguas se veía que Cleo llevaba consigo algo que le molestaba, que le causaba algún tipo de sufrimiento. Después de todo, Jungkook la conocía demasiado bien como para saber que ésto no era un simple llanto cotidiano.

—Lo siento... —entre hipos, ella se separó de él. Aún con las manos del chico sobre sus hombros, que no se sentía seguro de soltarla todavía, se disculpó, bajando la mirada.

Él suspiró, permitiendo que sus labios se transformen en una línea recta. No le despegó la mirada en ningún momento. —Cleo, linda... —murmuró, tomando con suavidad uno de los mechones azabaches que se le entrecruzaban en el rostro, y colocando el mismo detrás de su oreja. —Está bien, no debes disculparte.

Una angustia horrible yacía en su interior. Algo demasiado pesado en su pecho. Y es que, no sabía exactamente a qué razón se atribuía éste repetino calvario. Pero tampoco se sorprendía. Pues, sabía que era todo parte de ese mismo bajón que sufría cada vez que provocaba algo como lo que había pasado hace momentos. Todo lo de Seokjin y Karina la habían dejado exhausta, tanto física como emocionalmente. Y el hecho de haberse encontrado con Park Jimin no aportaba positivamente a la situación. Al contrario, es como si le estuviesen echando más sal a la herida. De por sí, sus emociones se encontraban extremadamente maleables, haber tenido que enfrentar a su ex pareja, y dejar que todos esos sentimientos vuelvan a aflorar como si nada, no había desencadenado nada efectivo en su estado de ánimo.

Jeon reparó de la forma en que ella mordía su labio bajo, mientras se volteaba levemente hacia uno de sus lados. Casi por inercia, él le siguió la mirada, y por unos instantes sintió que una pieza de todo éste rompecabezas encajaba a la perfección. Debido a que allí, de pie, y observándoles sin disimulo, se encontraba el que alguna vez fue su mejor amigo: Park Jimin. La mirada que el pelinegro le brindó hubiera sido lo suficientemente tosca como para calar los huesos de cualquiera que le observase. Pero no del rubio. Pues éste, de igual manera, se encontraba sosteniéndole ese gesto con uno un tanto desafiante, si se podría llamar así. Claramente, lo que parecía mermar entre ambos no era precisamente paz ni alegría. Jungkook tragó con fuerzas, mientras que por dentro sentía las chispas de una ira enterrada comenzar a quemar de a poco. Nada bueno sucedía allí.
Entonces creyó saber qué pudo haber ocurrido. No era coincidencia encontrarlo justo en el mismo lugar de donde Cleo había venido. Se sintió molesto. Estaba seguro que Jimin había tenido algo que ver en el estado de Cleo.

I COME BACK ━━btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora