01. HER RETURN

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01. HER RETURN

 HER RETURN

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               El regreso de Bak Cleo. Oh, bendita mañana la que les había tocado.

Porque turbando sus lívidos rostros, estaba la sombra que los había venido acechando durante el año entero que había transcurrido desde el grave acontecimiento. Ahora, cuando uno de ellos había dado la noticia de que -al parecer- lo que menos esperaban, se estaba haciendo realidad, aparentaron abandonar todo rastro alguno de frescura en sus tan despreocupados semblantes joviales, para sucumbir bajo la parálisis de la peripecia.

Supuestamente, las lenguas decían que Bak Cleo había reaparecido, y como consecuente, volvería a retomar las clases de la universidad.

—¿Ya se enteraron?

Karina apareció en la escena de repente, arrojando, sin importancia alguna, su bolso de estudio en el que era su respectivo lugar. La joven parecía haber corrido un maratón, dada a su entrecortada respiración y sus palabras arrastradas.

Todos la habían observado, asintiendo simultáneamente.

—Cómo no hacerlo. —espetó Nayeon, que estaba a un lado de Jimin. Quería intentar ocultar el temblor de inseguridad pura en sus labios. —Toda la universidad está hablando de eso.

—¿Creen que sea verdad? —inquirió Jin, rotando mirada entre los presentes. Sus orbes oscuros buscando frenéticamente alguna pizca de alivio en la expresión de cada presente.

Yoongi suspiró. —Hoy hablé con mi padre por la mañana, le pregunté si sabía algo y me dijo que estaba corriendo el rumor de que ya hace un mes desde que regresó.

—¿Qué?

—¿La estaban ocultando?

El pelinegro se hundió de hombros, mientras Seulgi se removía en su lugar para hablar, al mismo tiempo que enarcaba las dos cejas. —: Dicen que no recuerda nada. Mamá me lo contó.

—¿Se acordará de nosotros? —preguntó Wendy, atrapando dudosamente su labio inferior entre dientes.

Por unos segundos, todos permanecieron en silencio. Un sigilo tortuoso, alarmante, casi abrumador se cernía sobre ellos. Ninguno decía nada, pero al mismo tiempo todos querían decir todo.

—¿Y si nos recuerda?

—Lo más probable es que no, se supone que olvidó todo, ¿Verdad?

—¿Y qué si nos recuerda?

—Oigan, ¿Y si se acerca a nosotros? ¿Qué haremos?

—Ya, lo más probable es que no quiera saber nada de nosotros.

—Oigan, deténganse. —cortó Jungkook, haciendo que el grupo deje divagar en voz alta. Él los miro, intentando fingir que entendía sus inquietudes. Aunque realmente no lo hacía. Le observaron atentos. —¿Qué hay de malo en que nos vuelva a hablar? Después de todo fuimos sus amigos de siempre.

Reinó otro silencio. Se anunciaban entre el mismo las miradas inquietantes que todos se perpetraban entre sí.

—Tengo miedo... —anunció Wendy, nuevamente. Once par de orbes se clavaron en su persona. —¿Y si está enojada? ¿Qué si nos tiene como los culpables?

Seulgi ladeó la cabeza, para luego decir—: No somos culpables, pero sí cómplices. Todo el mundo nos ve así.

Ahora, toda la atención viajó a ella.

Nayeon, que se había mostrado realmente sorprendida ante las palabras de ésta última, decidió hablar. —¿Disculpa? —largó en un exabrupto. Sus ojos desorbitados desprendían vivaz indignación. —Ningún presente aquí tiene la culpa de lo que sea que le haya sucedido a Cleo.

La otra chica, imperturbable ante el histérico y exaltado tono de In Nayeon, la observó con sublime obviedad. —¿En serio? Pues pudimos haber hecho mucho más para ayudar al caso.

—¿Hasta cuándo seguirás con eso, Seulgi? —Hoseok se mostró frustrado. —Estábamos en todo nuestro derecho de no declarar ante la policía.

Se estaba excusando.

La pelinegra le observó inmediatamente, su semblante expresaba cuán desgustada estaba ante dichas palabras. —¿Es una maldita broma? Fue nuestra amiga desde que éramos niños, un poco de decencia humana no te habría hecho mal, Hoseok.

—Seulgi. —llamó Namjoon, brindándole una mirada de advertencia, la cual la joven ignoró olímpicamente.

—De todas maneras... —participó Kim Taehyung. —¿Qué diferencia hubiera hecho nuestra declaración? Ninguno de nosotros vió nada.

—De algo hubiera servido, Tae. Alguna especie de ayuda, no lo sé... por lo menos evitar que todos nos señalen y digan que tuvimos algo que ver.

—No puedo creerlo. —negó Nayeon, visiblemente exasperada. —Yo no soy culpable de nada.

La otra bufó sonoramente con hartío. —¿Podrías, por una vez en tu vida, dejar de hacer todo sobre ti? Esto no gira en torno a tu persona, Nayeon.

—Bajen la voz, les recuerdo que hay personas a nuestro alrededor. —anunció Taehyung nuevamente, que se había aproximado al centro de la ronda para hablar con su tono de voz casi inaudible.

Yoongi suspiró exhaustivamente, para proceder a irrumpir en la riña de las jóvenes. —Cómo sea, éste no es el momento para-

No pudo seguir hablando, porque Nayeon había rechistado con ese tono discordante. —Lo siento, pero no me quedaré para escuchar esto. —se removió molesta en su sitio, comenzando a colocarse de pie y tomar de forma brusca su bolso.

—Nayeon. —llamó Jimin, que no había participado en ninguna parte de la plática. Se escuchaba un tanto cansado.

Ésta no le dió respuesta alguna, para comenzar a ascender por los escalones que llevaban a la salida del auditorio. Realmente, le importaba muy poco si la clase estaba a punto de empezar, sabía que pronto podría hablar con su padre para explicarle la situación y safar de ésta. De todas maneras, la indignación que cargaba consigo era mucho más pesada ahora mismo.

Cuando hizo el amague para tomar la manija de la puerta, ésta se abrió con anticipación, dejando a relucir la presencia de alguien más en el auditorio.
Entonces fue insólita la gran sorpresa que se llevó cuando se dignó a alzar su enfebrecida mirada; los ojos, inundados en perplejidad misma, parecieron salirse de sus ejes; el hálito ardiente que sus labios largaban con furia, se desvaneció ipso facto, en menos de un santiamén; pronto el color abandonó fugazmente su piel, quedando blanca como una perla. Todo ésto en conjunto denotando la turbación en la que se había sumida el ultimátum de segundos.

No podía creerlo, ella estaba ahí.

Fue tanta la impresión, que sus piernas fallaron al retroceder en los escalones, haciendo que su pie flaquée y así toda clase de equilibrio o estabilidad se volvieran nulos. Acabó en el suelo, con la boca entreabierta y la respiración irregular.

Desde arriba, ella le donó una sonrisa acendrada que le envió una serie de escalofríos por toda su anatomía. No tuvo tiempo ni de sentirse humillada, porque nadie la miraba, más bien todos se encontraban con la vista sobre Bak Cleo, que ahora -sin preocupación alguna- le había tendido una de sus manos, en señal de ayuda.

Imposible.

Qué irónico.

Y sí, ahí estaba.

Bak Cleo había regresado. Y la maldita se encontraba sonriendo como si nada.






Sí, ella estaba de vuelta.

I COME BACK ━━btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora