13. INCOMING CHAOS

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13. INCOMING CHAOS









⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Aquella madrugada del sábado podría percibirse como una noche más en el historial de una arribotada y despreocupada juventud. Una en donde el descontrolado anhelo por un poco más de emoción hacía de las suyas, provocando que el alcohol mezclado con las penas mal ocultadas en aquellos rostros joviales no causen más que un efímero éxtasis que tan pronto como venía, se iba. Como si tocar el cielo fuera sumamente posible, pero con la desalentadora condición de aterrizar en el infierno luego.

Seulgi lo había comprobado desde el primer momento en que decidió adentrarse a la semejante multitud de la pista. Sabía, con extrema certeza, que intentar atravesar la misma era lo equivalente a querer perpetrar una misión imposible, y mas aún a éstas horas de la madrugada, en donde el volumen de personas aumentaba como una masa gigante de cuerpos alocados y ropa exuberante que se movía al compás de un encendido ritmo.
Pero es que, no lo hubiera hecho de no haber presenciado lo de hace minutos, cuando vislumbró, en una de las entradas de los pasadizos que dirigían a los baños y otras secciones del sitio, a una ofuscada Nayeon dirigirse con una visible fiereza hacia Wendy y Karina. Supo, por la tensa expresión en el semblante de la chica, junto con sus exagerados movimientos de brazos, señalando de manera acusadora a sus contrarias, que la novia de Park Jimin no se encontraba precisamente contenta aquella noche. Y tuvo toda la certeza del mundo de que algo sucedía, y quería averiguarlo.

Entonces emprendió su camino por el mismo lugar donde Im Nayeon se encontraba arrastrando a las chicas. Probablemente ésta buscaba un lugar no tan ruidoso para seguir torturándolas con sus insípidos berrinches. Mismos berrinches a los cuales Seulgi apostaba todas sus fichas, que se trataban a nada más ni nada menos que la presencia de Bak Cleo. Estaba casi segura de que así era, pues, ¿Qué mas podría ocasionar dicho comportamiento? Si bien, Nayeon siempre se caracterizó por ser una persona un tanto caprichosa e insistente con cualquier cosa que se le plantara en la cabeza, también poseía la característica de ser extremadamente fina y sublime a la hora de mostrarse en publico, por lo que no siempre perdería la compostura frente a personas que pudieran juzgarla y colgarle una etiqueta social que la identificaría por el resto de sus días. O eso era lo que ella pensaba. Sin dudas, un pensamiento un tanto superficial y evidenciable de una niña malcriada.

La amiga de Cleo continuó con su cometido, manteniéndose lo suficientemente cerca para no perderlas, pero con la distancia adecuada como para no ser vista. Es así que, luego de un par de minutos, acabó en las esquinas de unos de los pasillos del club que dirigían hacia uno de los patios exteriores del lugar. Se recostó sobre los ladrillos color vino que recubrían todo el muro a sus espaldas, logrando que -afortunadamente- haya suficiente oscuridad como para no ser descubierta. Luego de un momento, comprendió la razón de Nayeon de traer a Karina y a Wendy hasta aquí, pues el flujo de personas que transitaba por allí era absolutamente nulo, y la repercusión de la música ya no impactaba contra su panorama auditivo cual estruendo, más bien, se parecía a un lejano sumbido casi inentendible. 

—¿Qué diablos sucede con ustedes dos?

Kang Seulgi se enderezó en su lugar cuando disinguió la estridente voz de Nayeon lanzando un bramido al aire.

Por su parte y completamente ajenas a que otro par de oídos también se econtraba presenciando el inicio de una posible discusión, ambas jóvenes observaron a Nayeon como si ésta tuviera una tercera cabeza. La repentina increpación que la castaña les perpetuó provocó que sus rostros se convirtieran en una auténtica representación de un evidente desconcierto.

—¿Disculpa? —inquirió Karina, acomodando uno de sus largos mechones detrás de su oreja. Por suerte, se les facilitaba hablar sin tener que elevar la voz.

I COME BACK ━━btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora