21. REVENGE

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21. REVENGE







⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀—Oh, no creo que eso vaya a funcionar.

Son Karina sintió la desesperación bombear en sus venas. En cuanto estuvo a punto de alcanzar el botón anti-pánico para solicitar ayuda de las enfermeras, Cleo logró alcanzar su muñeca con un brusco apretón que le arrancó unos cuantos jadeos de dolor. Pues, si debía ser honesta, comenzaba a asustarse. De por sí, ambas se encontraban encerradas en la habitación, ya que la pelinegra había colocado las trabas respectivas en la entrada.

—Y te recomiendo no intentarlo... —empezó, mientras comenzaba a disminuir la fuerza con la que sostenía a la otra chica. —Quiero decir, incluso si intentas deshacerte de mí en éste momento, te encontraré nuevamente. —explicó con lentitud, con una evidente burla en su rostro, como si le estuviera hablando a una niña. —Y yo que tú... no elegiría eso. Se podría decir que ahora me pueda llegar a apiadar de tí ¿No crees? —enarcó ambas cejas, mientras que el semblante de Karina palidecía de a poco. —Mírate... sería demasiado... no soy tan mala de todas formas. —negó, como si lo estuviera reprochando. La diversión crepitaba de sus ojos, disfrutando al máximo éste momento.

La contraria tragó con nerviosismo. Y aún si se lo hubiera querido debatir internamente, las manos de Cleo ya se habían encontrado sosteniendo el botón y llevándoselo lejos de la camilla, a uno de los laterales de la habitación. Se limitó a mirarle todos los movimientos, dejando que el sonido de sus tacos remarque con una especie de cinismo y elegancia la manera en la que se movía dentro la habitación. 

—No sé qué es lo que quieres, pero-

—Ah, puedes ahorrarte toda esa mierda. —cortó la pelinegra, volteándose hacia su lado. Una vez dejó el botón sobre una de las mesitas que yacían en el cuarto, se volvió a encaminar hacia la joven recostada, ésta vez posicionándose a los pies de la camilla, justo como lo había hecho cuando recién llegó. —De hecho, no he venido hasta aquí para darte el beneficio de la duda y preguntar si en verdad fuiste tú. —sentenció, firme. —Al contrario, me encuentro aquí porque, justamente, sé las cosas que has hecho a mis espaldas. Lo sé todo, Karina. —asintió, con un tono austero y una mirada tan dulce como una roca. —Y ese es el punto, ¿Verdad? —inquirió, buscando introducir con más fuerzas esa espina verbal. —No sólo tuviste tu jodida boca rebalsando de emoción mientras te la pasabas diciendo que mi desaparición te había venido como anillo al dedo para poder obtener migajas de la atención de Jeon... sino que también decidiste darte el lujo de inventar todo un maldito drama alrededor de mi nombre, afirmándole a Seokjin que había sido yo quien estuvo detrás del escándalo de la foto con la profesora Cho Miyeong.

Y Cleo apreció el momento justo en el que el alma de Karina pareció dejar su cuerpo por escasos momentos. Haber sido recriminada de aquella forma era algo que -definitivamente- no se encontraba en los planes de la castaña. Por eso mismo, ahora no sabía cómo reaccionar realmente. Se había quedado petrificada cómo una estatua en el lugar, sin siquiera poder quitarle la vista de encima a su contraria, muy a pesar de que en sus adentros se encuentre muriendo cohibida.

La otra chica lo sabía. Y había estado disfrutando cada bendito segundo de ésta tensión que crecía entre ellas. Sin dudas, había esperado demasiado tiempo para poder tenerla así, arrancándole la máscara y regocijandose en ese semblante de pura vergüenza.

De repente, y como si todo se tratara de un exagerado drama, Karina rompió en llanto. Sus manos fueron a parar a su rostro, tapándolo casi en su totalidad. Mientras que aturdidos sollozos brotaban de sus labios de manera ahogada y demasiado sentida. Casi como si fuera real. Pero no lo era.

I COME BACK ━━btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora