Capítulo 17

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Nos dirigimos hacia la salida y pasamos por delante del equipo de baloncesto en el proceso

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Nos dirigimos hacia la salida y pasamos por delante del equipo de baloncesto en el proceso. Mi mirada se centra en un chico en el que no había reparado antes. Es rubio. Con la oscuridad que nos rodea no logro diferenciar el color de sus ojos, pero sí noto que su rostro tiene facciones angulosas que me resultan muy atractivas en él.

Mis comisuras se levantan para mi sorpresa y para alucinar más: ¡él me devuelve la sonrisa! ¿Qué me está pasando?

Me digo a mí misma que le tengo que preguntar a Eric quién narices es ese bomboncito.

Salimos de la fiesta junto con Scott que no sé en qué momento se ha unido a nosotros. Zoe se ha debido quedar dentro con Bianca porque no hay rastro de ella.

—¿Estáis saliendo? —pregunta Scott mirando alternativamente a Ian y a su hermana.

Los aludidos se miran y un sonrojo tiñe las mejillas de Khlóē.

—No hemos hablado de ello, Wright —contesta Ian un poco avergonzado.

Scott se pone delante de él y coloca sus manos en sus hombros. Abre los ojos con dramatismo.

—Menos mal, todavía estás a tiempo de recapacitar. Piénsalo muy bien porque...

Jamás nos enteraremos de la razón porque Khlóē le da una colleja, seguido de un golpe con la mano abierta en la espalda.

Eso tiene que picar.

Todos miramos alternativamente a ambos hermanos.

—No lo has hecho —susurra Scott enfrentando a Khlóē que da un paso atrás —. Corre, hermanita.

No lo tiene que repetir, la pelirroja sale corriendo como alma que lleva el diablo en dirección a la residencia. Supongo que rezando para que no se le rompa un tobillo al correr sobre esos tacones altos, muy altos. Admito que me sorprende verla con semejante soltura, yo ya me habría comido el suelo.

—Bueno, mi noche de besitos y lo que surja se ha ido a la mierda —dice Ian rascándose la nuca.

—Con suerte tendré una buena noticia para la revista si alguno de los dos muere.

Después de unos segundos de silencio todos rompemos a reír.

No sé cuánto tiempo estamos riendo, pero creo que nadie recuerda el motivo por el que hemos tenido que salir de la fiesta.

°•   ҉   •°

Cuando Eric se despierta yo estoy frente al ordenador.

Levo cerca de dos horas intentando escribir un correo decente para Chelsea y Chad. Una hora entera he estado mirando la pantalla sin poder escribir una sola palabra.

—Ly, son tus amigos, no el rector de la universidad —dice antes de darme un beso en la sien.

Releo lo poco que llevo escrito y, quizá llamarles de usted es un poco exagerado.

El amor no es para mí [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora