Capítulo 21

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Al final, el domingo tuvimos que salir por la mañana

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Al final, el domingo tuvimos que salir por la mañana. Por lo poco que pude escuchar desde la habitación de Andrew el entrenador quería hablar con Ashton puesto que sólo quedaba una semana para el inicio de la liga.

Cuando entré en el coche vi a mi madre aparecer. Mi respiración se aceleró, pero enseguida entró Ashton al coche y arrancó. Llegué a escuchar cómo me gritaba asesina y alguna que otra barbaridad.

A diferencia del viaje de ida no hubo necesidad de parar y antes de darme cuenta ya habíamos llegado a la universidad. Estuve leyendo todo el viaje e Ian y mi hermano comentaban jugadas y demás para abordar el partido.

—Adiós, Emily. Espero que no faltes el domingo que viene —dice Ian cuando ya he cogido mi mochila del maletero.

Lo bueno de que el aparcamiento esté al lado de mi residencia es que no voy a tener que andar cargada. Ellos dos tienen que cruzar todo el campus andando.

En fin, su problema, no el mío.

—Allí estaré. No lo dudes —respondo con una sonrisa.

Ignoro a mi hermano —y él a mí, por supuesto— y voy directa al ascensor. Ni loca me meto ahora en la cafetería. Los viajes en coche me agotan.

Cuando el ascensor se abre y veo las máquinas de comida mi estómago protesta, así que decido comprarme un par de sándwiches y unas patatas. Me tengo que pelear con la tapa del hueco donde cae lo que compras porque está muy dura y tardo varios minutos en sacar mis preciados alimentos.

Con ellos en los brazos voy hacia mi habitación.

—¡LY!

No me giro al escuchar el grito de Eric porque sé que me va a alcanzar. Es al único al que le he dicho que al final volvía tan temprano. No me apetece mucho estar rodeada de gente.

—Hola —le saludo cuando llega a mi altura—. Anda, haz uso de la llave que todavía no has devuelto y abre, que voy cargada y se me va a caer todo.

—¿Ves que al final hice bien en quedármela?

Pongo lo ojos en blanco antes de soltar un bufido bajo.

Entramos ambos en la habitación y no me sorprende ver que Eric ha tenido la misma idea que yo.

—He tenido que bajar a por las bebidas —dice enseñándome las latas que están en sus manos—, pero ya lo tenía todo preparado. Un picnic en la habitación, ¿hay una idea mejor?

—Lo dudo.

Mientras comemos le pongo al día de todo lo que me ha pasado el fin de semana, aunque hemos hablado en un par de ocasiones e intercambiado mensajes varias veces no le he contado casi nada. Son cosas que es mejor contar cara a cara.

—Tu madre necesita terapia.

—Cuando he entrado al coche ha aparecido. Me ha llamado asesina y me aparecido escuchar algo como que me debería haber abortado.

El amor no es para mí [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora