Cuando Ian ha conseguido calmarse se ha ido a la habitación de Ash a dormir la siesta. Seguro que descansar le va bien. Muchas veces es la única forma que tenemos de desconectar.
Sin embargo, yo he decidido ir al bosque. El susurro del viento en las hojas y el murmullo del agua entre las rocas del río consiguen relajarme.
Hacía mucho que no venía a esta zona del río, me trae muchos recuerdos de Matt y normalmente prefiero mantenerlos a raya, pero hoy necesito rememorar esos momentos.
Como si de una señal se tratase veo una madera en el suelo, es como un tablón y me acerco para leer lo que pone. Los años han pasado factura y la pintura que usamos se ha dañado, pero la reconozco. Es un cartel que hicimos Ian, Ash, Matt y yo para avisar que se estaban acercando a nuestra casa del árbol y eso no era buena idea. Tenían que alejarse.
Me adentro en el bosque alejándome de la orilla del río y encuentro otro cartel con otro aviso. Como pasaba con el anterior está muy deteriorado. Me acerco y paso la mano para quitar un poco de barro y consigo diferenciar nuestras iniciales: AIME.
Elegimos ese orden porque era del más mayor a la más pequeña. Sigo mi camino y antes de lo que esperaba me encuentro con la casa del árbol.
Recuerdo que nuestros padres la construyeron con mucho empeño para que fuese totalmente segura y al parecer lo consiguieron. La casa está en perfectas condiciones, o eso espero porque voy a subir.
La madera ha sido cubierta por numerosos líquenes, lo mismo con las cuerdas que todavía se mantienen atadas al árbol. Subo por el tronco apoyándome en los escalones que se pusieron con esa finalidad hace ya tantos años. Al levantar la pequeña trampilla un olor a humedad penetra por mis fosas nasales, sin embargo, no veo moho, así que termino de subir.
El interior está exactamente como recordaba aunque más sucio. La última vez que entré aquí lo hice con Matt y desde que él se fue no quise volver. Al poco tiempo Ian y Ash también dejaron de venir.
Observo en una esquina el cubo con piedras que era nuestra última línea de defensa. Sólo se lanzaron piedras una vez y fue Ian, que puede que el baloncesto se le dé muy bien, pero la puntería con piedras no era lo suyo y falló los tiros.
Visto en perspectiva casi fue mejor, no creo que hacerle una brecha a un niño sea plato de buen gusto para alguien. Aparto la mirada y la fijo en mi rincón favorito, ahí está la caja con los libros y cuentos, a ambos lados de ella dos tocones de madera que usábamos de asiento. Hay dos tocones más cerca de otra caja que todavía debe contener los juegos de mesa.
Me arrodillo delante de la caja y la abro. Una gran cantidad de polvo cae al suelo, la otra parte queda en suspensión provocándome un ataque de tos. Cuando se me pasa cojo el primer libro. La gran mayoría son cuentos de los hermanos Grimm, aunque el que he cogido es "Alicia en el país de las maravillas". El siguiente es Hansel y Gretel, recuerdo que era mi favorito y a Matt también le gustaba mucho. Me llama la atención un papel que hay entre las hojas.
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El amor no es para mí [COMPLETA]
RomanceAunque su estrategia de permanecer sola tras cambiarse de universidad no haya salido bien, Emily tiene claro que el amor no es para ella. *** Emily decide no hacer amigos y mantenerse en un discreto segundo plano, al final las personas que te rodean...