El amor no es para mí [COMPLETA]

Capítulo 18

Hola, en este capítulo veremos la casa de los McLain. Al final del capítulo está la construcción (Sims 4) de las plantas dela casa y de las habitaciones de Emily y Andrew. Por ese motivo recomiendo leer este capítulo con Internet para que disfrutéis de las imágenes.

El viernes llega antes de lo que me hubiera gustado.

Por primera vez las clases pasan rápido y, sin saber cómo, ya estoy en el parking de al lado de mi residencia con Eric y mi mochila esperando a mi hermano e Ian.

—Estoy nerviosa.

Eric acuna mi cara con sus manos y deja un besito en mi nariz.

—No lo estés.

—Gracias, Eric. No sé qué haría sin tus maravillosos consejos.

Él niega poniendo los ojos en blanco.

—A lo que me refiero, querida, es que no te va a servir de nada estar nerviosa. No hay forma de que el viaje de tres horas sea mejor, suerte que Ian te ha decidido ayudar en ese aspecto y con respecto a tu madre... sólo te queda confiar en que tu padre haya cumplido y no esté presente.

—Lo sé, pero me estresa.

—Y me hago cargo, pero recuerda que si la cosa se pone fea me puedes llamar sin dudarlo para enterrar un cadáver. Es más sería genial que si tienes que hacer uso de esa llamada sea este fin de semana porque está mi hermano y te aseguro que es de fiar.

Es inevitable que me eche a reír. Rodeo su cuello con mi brazos y le doy muchos besos por toda su cara mientras él se ríe.

—¿Qué haría yo sin ti?

Eric pone la mano en su barbilla y tras unos segundos responde:

—No lo sé, pero seguro que tu vida sería de un gris aburrido. Ahora tiene muchos colores y eso es sinónimo de diversión.

—Ya estamos aquí —dice Ian llegando a nuestro lado con una sonrisa algo tensa.

Pobre, no debe ser plato de buen gusto estar en medio de todo este drama.

—Llámame cuando llegues —pide Eric rodeando mi cintura con sus brazos y acercándome a él.

Asiento y antes de darme cuenta sus labios chocan con los míos. Nos vemos obligados a separarnos cuando Ashton carraspea.

—Por si no lo recuerdas tenemos por delante tres horas de viaje, así que guarda lo que sea en el maletero y no nos hagas perder más tiempo.

Miro el reloj y me cruzo de brazos encarándole.

—He estado esperando diez minutos. Si tanta prisa tienes, haber llegado antes.

—Diez minutos son más que suficientes para despedirte, ¿no te parece?

Antes de poder contestarle Eric sujeta mi barbilla y vuelve a besarme de manera suave y dulce.

—Déjalo, no merece la pena —susurra cuando nos separarnos.