Tragó saliva y miró a Aquiles.
Hugo seguía observándoles desde la ventana.
- Será mejor que me vaya - pronunció el joven cuando se dio cuenta de la situación.
- Nos vemos otro día - respondió la chica nerviosa.
El moreno se despidió de ella y volvió sus pasos entre aquellas calles.
Mientras, Eva seguía mirando a Hugo.
- ¿Podemos hablar? Te lo puedo explicar - le gritó acercándose al edificio.
El chico suspiró y acto seguido cerró la ventana y desapareció tras ella.
La morena supo en ese instante que todo estaba mal.
Intentó llamarle y le dejó decenas de mensajes mientras seguía en el mismo sitio, bajo su habitación, en la calle.
Ni una sola respuesta.
Cuando la noche comenzó a refrescar, se vio obligada a marcharse antes de caer enferma.
Se sentía mal, impotente y triste a la vez.
No debió ocultarle nunca nada al chico, en qué estaba pensando.
Dejó su móvil sobre la mesita de noche de su habitación una vez llegó al hostal y se metió a la ducha a despejarse.
Apenas llevaban unas horas bien como pareja, no podía salir todo mal ahora.
Fruto del cúmulo de emociones que guardaba, mientras el agua corría por su cuerpo, las lágrimas también comenzaron a hacerlo.
Volvió a la cama con los ojos rojos e hinchados y comprobó por última vez su teléfono.
Una notificación a causa de un mensaje de Aquiles:
" Espero no haber ocasionado muchos problemas con Hugo. "
Y otro mensaje, esta vez del rubio:
" No me llames más. "
Y sin poder evitarlo, volvió a convertirse en un mar de lágrimas.
---
Se asomó a la ventana a fumar.
Estaba feliz.
Por fin podía dar por finalizada la composición de la que Eva era dueña.
Todas aquellas letras y melodías eran suyas, porque ella era la musa.
Su sirena.
Como había bautizado el tema.
La noche había caído y suspiró antes de encender el cigarro.
Pero no le dio tiempo a ello cuando vio dos jóvenes caminando cerca del paseo mientras conversaban animadamente.
No les dio importancia.
No hasta que sus ojos, a pesar de la oscuridad, reconocieron las siluetas.
Era imposible, no podía ser.
Eva le había dicho que esa noche no podía salir porque debía hacer algo para su madre.
Sin embargo, a esas alturas, reconocería su cuerpo entre multitudes.
Y estaba seguro de que era ella.
De repente se giró.
Y pudo comprobar que no se equivocaba.
Sus ojos.
El azul de ella y el verde de él, se conocían a la perfección y no dejaban lugar a la duda cuando se encontraban.
Primero sintió como una parte de él se rompía.
Dos días juntos llevaban y ya le había mentido.
Luego, al reconocer a Aquiles, su tristeza se transformó en ira.
Ese chico nunca había intentando nada con ninguna chica.
¿Por qué ahora? ¿Por qué con Eva?
No quería seguir viendo aquello.
Pero observó cómo parecían despedirse y Eva se acercaba a su ventana.
Estana dolido y furioso, impotente y decepcionado.
No quería oírla, no ahora al menos.
Y la ignoró.
Escuchó como le gritaba algo y fue testigo de como casi ardía su móvil tras tantas llamadas.
Fue claro y conciso.
" No me llames más ".
Tras ese mensaje se echó a la cama y rompió en un llanto desolador.
Se había enamorado de ella hasta niveles que nunca antes había experimentado.
Había creído que era recíproco.
Y había resultado ser un error.
Quizás no estaban destinados a estar juntos y esto solo había sido una advertencia del destino para que pararan incluso antes de empezar.
Pero no podía creerlo.
No se hubiera esperado eso de ella.
Y para que mentir.
Estaba terriblemente celoso.
Y lo peor de todo era que, con todas las cosas que tenían encima, ya nada sería igual.
***
¡Hola!
Perdonad mi ausencia y la tardanza en subir capítulos, pero están siendo días complicados en clase y apenas tengo tiempo.
No sé si voy a poder seguir actualizando siguiendo el horario normal, pero tranquilxs que seguiré haciéndolo en cuánto pueda.
Os dejo hoy un pequeño pero intenso capítulo de drama.
Contadme cómo creéis que acabará todo.
Espero que os esté yendo bien, nos leemos el miércoles.
🤍🤍🤍
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Firmando Historias
FanfictionMykonos, Grecia. Ella escapa de la rutina. Él busca respuestas a su pasado. Un bar, una casa antigua y un cuaderno. Una playa, una canción y una historia. - Firmando Historias.